Javier Barraycoa Martínez (Barcelona, 17 de octubre de 1963)[1] es un filósofo y escritor español vinculado con el tradicionalismo.[2][3] Es doctor en Filosofía y profesor de ciencias políticas la Universidad Abad Oliba.[4]
Javier Barraycoa | ||
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Información personal | ||
Nombre en español | Javier Barraycoa Martínez | |
Nacimiento |
17 de octubre de 1963 Barcelona ![]() | (61 años)|
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Escritor, filósofo, político, profesor universitario, empresario y sociólogo | |
Área | Filosofía y sociología | |
Cargos ocupados | Presidente (desde 2019) | |
Empleador | ||
Partido político | Comunión Tradicionalista Carlista | |
Miembro de | Societat Civil Catalana | |
Escribió su tesis doctoral en 1993 sobre el tema «Poder de Dios. Poder de Estado. El protestantismo en la génesis de la modernidad política».[5]
Pertenece a la llamada Escuela tomista de Barcelona, que aglutina a un conjunto de discípulos del que fuera Catedrático de Metafísica de la Universidad de Barcelona, el doctor Francisco Canals Vidal.[cita requerida] En política ha ocupado cargos en la Comunión Tradicionalista Carlista en Cataluña.[6] Ha colaborado con La Gaceta[7] y Posmodernia.[8]
Es el actual presidente y también fundador de Somatemps, un think tank que moviliza a la sociedad civil en contra del independentismo catalán y que defiende la catalanidad hispánica.[9] También es impulsor del Club Empel,[2] un local de reunión de colectivos de ultraderecha en Barcelona.[3][10]
Afirma que también es fundador de la Sociedad Civil Catalana (SCC) pero la organización lo niega.[11] Sin embargo, Somatemps publicó en su blog una fotografía de él estando en una reunión de SCC planificando su agenda política al tiempo que declaraba que dieron el apoyo inicial a la entidad.[12]
Ha publicado libros sobre la deslegitimación del nacionalismo catalán retratándolo como nacionalismo racial, enfatizando el racismo de algunos nacionalistas catalanes del siglo XIX.[13][14]
Es coautor del libro contrario a la Ley de la memoria histórica titulado "Memoria histórica", amenaza para la paz en Europa editado por el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos del Parlamento Europeo. También han colaborado en este libro Hermann Tertsch, Francisco José Contreras, Stanley G. Payne, Fernando Sánchez Dragó, Angel David Martín Rubio, Alfonso Ussía, Jesús Lainz, Luis Togores, Miguel Platón, Pedro Carlos González Cuevas, Alberto Bárcena Pérez, José Manuel Otero Novas, Jesús Palacios Tapias y Pedro Fernández Barbadillo.[15]
En su obra Protestantismo: historia oculta e impacto en el mundo contemporáneo (2024), sostiene que "por mucho que se quiera ocultar, el III Reich tuvo por héroe nacional a Lutero", "En 1923, años antes de su llegada al poder, Hitler elogió a Lutero llamándolo el mayor genio alemán, que vio al judío como nosotros empezamos a verlo.[16]
Ve en el protestantismo y en el calvinismo el origen del racismo WASP, el movimiento antialcohol unido al movimiento feminista estadounidense,[17] la psicología positiva, la "cultura de la autoayuda".[18] Esto estaría relacionado con la filosofía de Ralph Waldo Emerson, la idea de la "autorrealización en el trabajo". En estos libros "Se suele presentar al individuo como una microempresa, un empresario de sí mismo, que tiene que aprender a gestionar su vida, su familia y su trabajo para ser feliz.(...)Muchos libros de autoayuda proponen, en el fondo, una autoexplotación feliz para rendir más y mejor en el trabajo, siempre en beneficio de la empresa. Tras la cultura de la autoayuda se esconde, nuevamente, la soledad de la espiritualidad protestante".[19]y la "psicología positiva" de la mano de Martin Seligman al servicio del capitalismo.[18]
Afirma que "El pospuritanismo de las élites demócratas norteamericanas pretende reconstruir un hombre nuevo que no corresponde al ciudadano medio de Estados Unidos. Esta disociación entre las élites y la sociedad real ha sido estudiada por Christopher Lasch en su obra La rebelión de las élites y la traición a la democracia. Esta obra vislumbra con claridad el proyecto neopuritano: son las clases obrera y media-baja las que se resisten a experimentar con estilos de vida alternativos y tienen reservas sobre la acción afirmativa y otras empresas de ingeniería social a gran escala [...]Han puesto en marcha una cruzada [...] para censurarlo todo.[20]
Ha elogiado la obra de Eva Illouz,[21]Sonríe o muere: La trampa del pensamiento positivo de Barbara Ehrenreich,[21] La industria de la felicidad de William Davies.[22] y a Helena Béjar, quien en su obra Felicidad: la salvación moderna entiende que "el Nuevo Pensamiento sustituyó la ética protestante de la salvación y la doctrina de la predestinación por una fe optimista centrada en el desarrollo de cada individuo."[22] Afirma que "desde el establecimiento de indicadores de medición del bienestar de las naciones, hasta la generalización del coaching, son un síntoma de nuestra donde la infelicidad es un signo [secularizado] de pretestinación a la condenación".[23]
Todo ello sería un "calvinismo sin Calvino" al servicio del liberalismo económico.[21]"Esta atmósfera neoinquisitorial parece regir el credo del neocapitalismo".[21]
Ha colaborado en obras colectivas y en artículos científicos sobre política, historia y sociología. Es autor de los siguientes libros: