Guillermo Francisco Nicolás Battaglia Fattorini (Buenos Aires, 7 de diciembre de 1899-ídem, 26 de septiembre de 1988) fue un actor de cine y teatro argentino. Al morir estaba casado con la actriz Nora Cullen.
Guillermo Battaglia | ||
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Guillermo Battaglia en 1972 | ||
Información personal | ||
Nombre completo | Guillermo Francisco Nicolás Battaglia Fattorini | |
Nacimiento |
7 de diciembre de 1899 Buenos Aires (Argentina) | |
Fallecimiento |
26 de septiembre de 1988 Buenos Aires (Argentina) | (88 años)|
Causa de muerte | Infarto agudo de miocardio | |
Sepultura | Panteón de la Asociación Argentina de Actores | |
Nacionalidad | Argentina | |
Familia | ||
Cónyuge |
Josefina Battaglia Nora Cullen | |
Información profesional | ||
Ocupación | Actor, director de cine, actor de cine, actor de televisión, actor de teatro, director de teatro y profesor de teatro | |
Era sobrino de un reconocido actor teatral de su mismo nombre, fallecido en 1913, y esa identidad de nombre le ocasionó algunas dificultades para hacerse conocer en sus comienzos.
Cursó hasta cuarto año en el Colegio Nacional. Debutó en el teatro en 1917 en la compañía de Angelina Pagano en la obra La ofrenda en el Teatro Buenos Aires. Posteriormente actuó en la compañía de Pablo Podestá e integró la de Camila Quiroga cuando esta realizó una gira por Europa en 1921. En 1925 volvió a trabajar con Angelina Pagano y después lo hizo en el teatro Odeón con Enrique T. Susini y Antonio Cunill Cabanellas. Más adelante trabajó en el Teatro Nacional Cervantes y en la Comedia Nacional de Montevideo, Uruguay, donde se destacó en 1940 al encarnar al protagonista de Don Basilio mal casado de Tulio Carella.
Algunas de las muchas obras en que actuó fueron:
En cine protagonizó más de 100 películas. Su versatilidad le permitió encarnar a los más diversos personajes, desde el actor supuestamente ruso Boris Andreieff en la policial La muerte camina en la lluvia o el abuelo en Miss Mary hasta los realizados en comedias como El hombre invisible ataca o Patapúfete. Durante muchos años, además, transmitió su experiencia como docente de actuación.
Se ha dicho de Guillermo Battaglia:
"Sería exagerado decir que Guillermo Batttaglia fue un gran actor. Corresponde reconocer que sirvió con entrega y capacidad a su profesión, y que no deslució en el segundo plano que le adjudicaron incontables avanzadas teatrales y cinematográficas. Temperamento frecuentemente colérico, en su intimidad era sensible al diálogo y los recuerdos, particularmente referidos al teatro italiano de su devoción."[1]
Battaglia decía que la televisión era "una trampa para actores" y que su carrera había sido "un largo calvario en lucha contra la incomprensión y la injusticia". Respecto de la enseñanza del teatro pensaba que "lo fundamental es que un alumno de teatro debe desarrollar la expresividad de sus medios, el cuerpo y la voz. La obra viene recién al final" y decía "si me muero y me reencarno solo pediré que me reserven un lugar en el teatro".[2]