La guerra franca de los años 431 y 432 fue un conflicto bélico ocurrido en el Imperio romano de Occidente. Enfrentó a los francos ripuarios contra un ejército imperial dirigido por Aecio por el control de parte del territorio romano junto al Rin medio.
Guerra franca 431-432 | ||||
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Parte de la caída del Imperio romano de Occidente | ||||
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Fecha | 431-432 d. C. | |||
Lugar | diócesis de las Galias | |||
Casus belli | irrupción de los francos en el territorio romano junto al Rin medio | |||
Conflicto | lucha del Imperio romano occidental para recuperar el control del territorio ocupado. | |||
Resultado | victoria del Imperio occidental | |||
Consecuencias | Los francos ripuarios se rinden a los romanos y Aecio permite su asentamiento en el lado romano del Rin. | |||
Beligerantes | ||||
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Figuras políticas | ||||
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Comandantes | ||||
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Tras la victorias del Imperio contra los visigodos en 425 y los francos ripuarios en 428, la situación en la Galia parecía haberse estabilizado y vuelto al estado como la dejó Constancio III en 418. Se nombró a Casio como nuevo magister equitum per Gallias en 429 para sustituir a Aecio y este volvió a Italia donde fue ascendido a magister militum aunque subordinado a Félix a quien Gala Placidia mantuvo como jefe supremo del ejército además de otorgarle el título de patricio.[1] La augusta buscó, así, evitar que Aecio se volviese demasiado poderoso.[1]
En la primavera de ese mismo año 429 se abrió para el Imperio un nuevo frente bélico cuando los vándalos cruzaron el estrecho de Gibraltar e irrumpieron en la diócesis de África donde en mayo de 430 derrotaron al ejército romano y sitiaron a los supervivientes en Hipona .[2] La importancia del desafío vándalo hizo que el gobierno imperial preparase un ejército para enviarlo a África.[2] A esta situación bélica se le unió la rivalidad entre Félix y Aecio donde el primero conspiró para defenestrarle pero fue asesinado en mayo de 430 por orden del segundo antes de tener éxito.[1] Como había sido habitual en situaciones similares, los pueblos germanos, aprovecharon la ocasión para atacar de tal manera que durante ese año y el siguiente 431, el Imperio tuvo que defenderse de visigodos, jutungos, suevos, rebeldes de Nórico y de los francos ripuarios.[3]
A poco de iniciarse el 430, Aecio tuvo que partir hacia Recia donde alamanes jutungos habían atravesado el Danubio y tras expulsarlos, volvió a la Galia para hacer frente a un grupo de visigodos que volvían a asediar la ciudad de Arlés y a los que derrotó en otoño.[4] El que Aecio, personalmente, se ocupase de liberar Arlés parece indicar que buena parte de las tropas estacionadas allí al mando de Casio habían sido enviadas a África. La situación en la frontera danubiana no quedó estabilizada e hizo necesaria otra campaña en 431, esta vez en la provincia de Nórico Ripense.[5]
En esta situación, con escasos efectivos romanos en la Galia y con los principales cuerpos del ejército ocupados en otros frentes, los francos ripuarios volvieron a atravesar el Rin como habían hecho en 426 y es posible que llegasen a saquear Augusta Treverorum,[5] Aecio acabó por vencer a los alamanes y pudo dirigirse a la frontera del Rin para luchar contra los francos.[5] El grupo invasor tuvo que ser numeroso ya que las tropas imperiales necesitaron meses de campaña durante los cuales, además, Aecio recibió la visita de Hidacio para pedirle ayuda frente a los suevos. Cuando llegó el fin del año, los romanos todavía no habían podido expulsar a los francos por lo que fue necesario que la campaña continuase en el siguiente 432.[5] Ese año, finalmente, se pudo llegar a un acuerdo de paz con los invasores mediante el cual estos se rindieron formalmente al Imperio a cambio de permitírseles asentarse en el lado romano del Rin como dediticii.[6] Tras ello, Aecio hizo que Censorio acompañase a Hidacio de vuelta a Gallaecia para negociar con los suevos.[7]
La renovación de los acuerdos con los francos ripuarios permitió un periodo de paz con ellos que duró hasta el año 440 cuando asaltaron y tomaron la ciudad de Colonia Agrippina.[8] En el norte de la Galia, sin embargo, el ejército imperial tuvo que actuar pronto, en 434, para hacer frente a burgundios y bagaudas.[9]
Aecio fue nombrado cónsul para el año 432 por sus éxitos en la defensa del Imperio durante 430 y 431.[5] Aquel año, tras la paz con los francos, fue llamado de vuelta a Italia por Gala Placidia con el fin oculto de sustituirlo por Bonifacio, lo que dio lugar a una guerra civil entre ambos.