En la Mitología nórdica, Gnipahellir (cueva en la cima de la montaña) es una cueva imponente donde Garm, el sabueso que vigila las puertas de Helheim, está encadenado hasta el inicio del Ragnarök.[1]
Uno de los refranes de la Edda poética Völuspá hace mención de Gnipahellir:
La Edda prosaica en Gylfaginning también menciona la cueva: