Las Fuerzas Armadas Guanches (FAG, por sus siglas) fueron el brazo armado terrorista del Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC), activas entre el 1 de noviembre de 1976 hasta finales de 1978, cuando decretaron una tregua indefinida unilateral en su actividad contra lo que consideraban la ocupación colonial del archipiélago por parte de España. En el convulsionado contexto del inicio de la Transición y la Guerra Fría Árabe, las FAG acometieron la colocación más de medio centenar de bombas —principalmente hechas de dinamita obtenida de las galerías y de los desmontes a base de barrenos en Canarias— como medio para presionar por la independencia canaria y la alineación política con Argelia.
Fuerzas Armadas Guanches | ||
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Líder | Comandante Guetón | |
Fundación | 1 de noviembre de 1976 | |
Operacional | 1976 - 1978 | |
Objetivos | Creación de un estado independiente en las islas Canarias | |
Regiones activas |
Islas Canarias Madrid Países Bajos Venezuela | |
Ideología |
Nacionalismo canario independentismo Amaziguismo | |
Brazo político | Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario | |
El MPAIAC concibe a las FAG como "el pueblo en armas, la expresión más elevada del proceso de descolonización del Archipiélago Canario”. Su creación se apoya en la resolución de la ONU del 13 de octubre de 1970 sobre la descolonización, en la que se reconoce a todos los pueblos que continúan bajo dominio colonial el derecho a emplear «todos los medios necesarios» en su lucha por la liberación. Esta resolución estuvo precedida por un logro del MPAIAC en el ámbito de la política internacional: la resolución adoptada por la OUA en julio de 1968, en la que se afirmaba que "las Islas Canarias son parte integrante de África y no constituyen una parte integrante de España. En consecuencia, debemos declarar que las Islas Canarias tienen derecho a la autodeterminación y a la independencia, al igual que cualquier otro territorio africano que aún permanezca bajo dominación colonial".[1]
En Venezuela, las FAG también tenían la idea de hacer una guerra de guerrillas para liberar Canarias, por lo que un puñado de independentistas recibieron instrucción militar a manos del brigadista venezolano que luchó en Nicaragua, Álvaro Carrera. Tenían su campamento en una frondosa cordillera cerca del Río de Todasana, en la finca de un gomero llamado Sixto. Uno de los empresarios que les financió fue Francisco. El entrenamiento llegó a su fin en 1984, cuando retuvieron a 4 militantes e incautaron su armamento. Algunos nombres guerrilleros son, Fructuoso Rodríguez, Mario Pérez ("El Herreño") o un tal, "Elemento".[2]
Las FAG estaban organizadas en grupos de acción que tenían nombres guanches, como el comando Tigaday,[3] y que estaban constituidos por entre tres y cinco miembros, aunque podían llegar a ser dos si las circunstancias lo requiriesen. Cada grupo o "célula" tenía un responsable contacto que exigía al grupo la realización de un programa de trabajo fijado por un órgano dirigente o Tagoror. Este contacto, responsable del grupo, decidirá cuando un simpatizante esté preparado para formar parte de la organización. Cada célula de acción posía un manual de la FAG donde se asesora a sus miembros.
Todos los militantes debían someterse a una preparación técnica y política, prepararse en cuanto a defensa personal, manejo de armas, reconocimiento del terreno, recopilación de información, etc. Además se proponía: saber conducir y conocer un coche, hasta el punto de robarlo, tener conocimiento en la fabricación de explosivos caseros, escalar, bucear, saber hacer curas de emergencia, tener nociones de electricidad y sobre todo de comunicaciones.
Así se orientaba a las FAG en su preparación a través de La voz de Canarias Libre: "Todos los hermanos de los grupos de choque deben entrenarse rápidamente en deportes como lucha canaria, judo, boxeo, kárate y natación. Deben practicar diariamente la marcha y salir a las montañas siempre que puedan haciendo pruebas de supervivencia. Recomendamos a estos grupos que vayan provistos de zurrones con gofio, leche y miel y una cantimplora de agua. Pueden llevar almendras secas e higos pasados o purretas y con eso deben resistir pruebas de resistencia al hambre y a la fatiga, al frío y al sueño. La resistencia de los componentes de las FAG. tiene que ser superior a los de los Boinas Verdes españoles que deambulan por nuestras montañas para atemorizar a nuestro pueblo."
De este modo, se establece una disciplina interna muy estricta. La asistencia y la puntualidad a las reuniones resultan esenciales, y estas deben celebrarse únicamente cuando sean estrictamente necesarias. Toda actividad ajena a la organización queda en un segundo plano, ya que la militancia se entiende como un compromiso permanente con la causa.
En las comunicaciones telefónicas deben emplearse cabinas públicas, utilizar nombres de guerra y recurrir a sistemas de claves. Nunca se debe proclamar la condición de militante ni generar sospechas; por ejemplo, evitando destacar en manifestaciones. Es fundamental estudiar con detalle las zonas de acción, vestir de forma discreta y actuar con la mayor rapidez posible. En caso de detención, se exigía resistir la tortura al menos 24 horas, con el fin de impedir nuevas detenciones y dar tiempo a que el comando afectado pudiera reorganizarse.
Las guerrillas urbanas evolucionarían progresivamente hacia las guerrillas de monte, a medida que sus miembros fueran descubiertos y perseguidos, renovando así los dos frentes de lucha. La misión principal de las guerrillas rurales era atacar cuarteles, recuperar material bélico para las FAG y organizar hospitales clandestinos en la montaña.
Entre otros, se pueden señalar los siguientes atentadosː