La Fuerza de Tarea Conjunta Civil (CJTF por sus siglas en inglés) fue creada en 2008 en la ciudad de Maiduguri, estado de Borno. Se estableció en respuesta a la insurgencia de Boko Haram, con el objetivo de ayudar al ejército nigeriano a combatir al grupo. Las principales funciones del CJTF incluyen proporcionar inteligencia, ayudar en operaciones de búsqueda y rescate y combatir directamente a los yihadistas. Los voluntarios de las comunidades locales se organizan en unidades, a menudo equipadas con armas ligeras y entrenamiento proporcionado por el ejército. Su trabajo es crucial para apoyar a los esfuerzos militares, mejorando la vigilancia de zonas afectadas,[1][2] El CJTF cuenta con más de 26,000 miembros en los estados nororientales de Borno y Yobe, de los cuales solo 1,800 reciben un salario de 50 dólares al mes. [3] La CJTF ha sufrido alrededor de 1,000 bajas en el conflicto, contando tanto a los miembros perdidos como a los desaparecidos. [3]
Civilian Joint Task Force CJTF | ||
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Líder | Desconocido | |
Operacional | 2008-presente | |
Objetivos | Combatir a milicias y terroristas en el territorio de Nigeria | |
Regiones activas |
![]() Estado de Yobe | |
Ideología |
Contrainsurgencia Regionalismo | |
Aliados | ||
Enemigos |
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Actos criminales | Ejecuciones extrajudiciales, Homicidios | |
Estatus | Activo | |
El CJTF ha sido acusados de abusos, incluyendo asesinados, ser los responsables de fosas comunes en la región, desviar alimentos destinados a familias hambrientas y golpear a los hombres y someter a las mujeres y niñas a violencia sexual sistemática en los campamentos.[3]
La CJTF está compuesta principalmente por voluntarios locales familiarizados con el terreno y las comunidades que protegen. Estos voluntarios trabajan junto con el ejército nigeriano y otras fuerzas de seguridad. La organización está estructurada para incluir varias unidades responsables de diferentes tareas operativas, como la recopilación de inteligencia, la vigilancia y el patrullaje comunitario. El grupo de trabajo suele organizarse a nivel local, y cada unidad reporta a un comandante regional que se coordina con los oficiales militares.[4]
1. Recopilación de inteligencia: Los miembros de la CJTF proporcionan inteligencia crucial sobre los movimientos y actividades de los grupos insurgentes. Su conocimiento local les permite recopilar información que podría ser inaccesible para fuerzas externas.[5]
2. Protección comunitaria: El grupo de trabajo realiza patrullas y mantiene presencia en comunidades vulnerables para disuadir ataques insurgentes y brindar seguridad a la población local.[5]
3. Apoyo a operaciones militares: Los miembros de la CJTF asisten al ejército nigeriano en diversas operaciones, incluyendo redadas y puestos de control. Brindan apoyo logístico y ayudan en la identificación de escondites insurgentes.[5]
4. Asistencia humanitaria: La CJTF también ha participado en la prestación de ayuda humanitaria a personas desplazadas y comunidades afectadas, incluyendo la distribución de alimentos y suministros médicos.[5]
La CJTF es frecuentemente señalada por cometer abusos contra los derechos humanos, como asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, extorsión, saqueos, violaciones y el uso de niños soldados[6] durante sus operaciones.[7][8] Si bien la CJTF ha sido elogiada por sus contribuciones a la lucha contra Boko Haram, ha enfrentado diversos desafíos y controversias. Entre los problemas se incluyen acusaciones de problemas financieros, dificultades logísticas y conflictos ocasionales con el ejército por la coordinación y el control operativo.[9][8][10] A pesar de estos desafíos, la CJTF sigue siendo un componente crucial de la estrategia antiinsurgente de Nigeria.[9]
Algunas iniciativas, como la capacitación impartida por agencias como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre derechos humanos y una mejor integración en la vida civil, buscan reducir los casos de abusos.[8][9]
La CJTF ha sido fundamental en el apoyo a las operaciones militares y la seguridad en zonas afectadas por la insurgencia. Su conocimiento local y su compromiso han contribuido a reducir el impacto de los ataques de Boko Haram y a estabilizar las comunidades afectadas. Los esfuerzos de la fuerza de tarea también han contribuido al objetivo general de restablecer la paz y la seguridad en el noreste de Nigeria.[11]