Francisco Antonio Escudero y Azara (Azara, 1805/1806 - ?)[nota 1] fue un jurista y político español del siglo XIX
Francisco Escudero y Azara | ||
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Información personal | ||
Nacimiento | 1805 | |
Nacionalidad | Española | |
Educación | ||
Educado en |
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Información profesional | ||
Ocupación | Jurista, profesor titular y político | |
Cargos ocupados | Catedrático de universidad | |
Empleador | Universidad Central | |
Nacido en Azara, era de familia noble.[1] Estudió en los escolapios de Barbastro y en la Universidad de Huesca.[1] Ya durante el Trienio Liberal manifestó posiciones liberales, siendo su casa familiar atacada y él mismo preso por partidarios del absolutismo.[2] Desde 1828 consta como catedrático de Instituciones Canónicas de la universidad de Huesca, en 1831 es además abogado colegiado en Huesca y en 1834 pasó a ser catedrático de Decretales en la universidad oscense.[1]
Continuando con sus convicciones liberales, fue un decidido cristino durante la Primera Guerra Carlista.[2] Combatió en el bando liberal, llegando a subteniente y siendo galardonado con la orden de Isabel la Católica, aunque su casa fue nuevamente quemada por absolutistas.[2] En el nuevo régimen liberal fue una personalidad destacada en la recién creada provincia de Huesca: fue censor desde 1834,[1] diputado provincial por Barbastro desde 1836[2] y vicerrector de la universidad desde 1837.[1] Fue igualmente miembro correspondiente de la Real Academia de Historia desde 1842 y de la Sociedad Económica de Amigos del País de Huesca.[1]
En 1840 fue elegido por primera vez diputado a Cortes Generales por la provincia de Huesca. Cuando las cortes se reorganizaron por distritos uninominales pasó a ser el diputado del partido liberal de Barbastro durante 12 legislaturas.[3] Con el cierre de la universidad de Huesca en 1845 pasó a ser catedrático de Historia eclesiástica general y particular de España de la Universidad Central de Madrid en 1847. En los años siguientes ocuparía cátedras de historia eclesiástica en Madrid y Barcelona.[1]
Durante el periodo las relaciones entre Estado e Iglesia fueron un importante tema de debate político, con Escudero y Azara siendo un especialista en derecho canónico que destacó como defensor de una solución regalista en el que una iglesia nacional e independiente del papado estaba supeditada al estado.[4] Destaca especialmente su discurso Importancia y Necesidad del Estudio del Derecho Canónico de 1856, donde entre otras cosas reclama la necesidad de reformar las provincias eclesiásticas para adecuarlas a las recién creadas provincias civiles.[5] Sus posturas fueron un foco de ataques de los diarios conservadores de la época.[6] Se le ha llegado a calificar de cuasiprogresista por su postura favorable a la abolición del diezmo.[2] En la Exposición Agrícola de 1857 fue homenajeado con una medalla de plata.
Desde 1859 constan una serie de permisos por problemas de salud.[1] En 1863 dejó el congreso al haber sido elegido senador.[7] Ocupó también cargos en el gobierno, notablemente una vocalía del Real Consejo de Instrucción Pública[1] y la jefatura de la sección de Guerra y Marina del Consejo de Estado en 1870.[8]