Francisco Tiberi (Contigliano, 4 de enero de 1773-Roma, 28 de marzo de 1839) fue un cardenal y diplomático italiano, nuncio en España durante los años finales del reinado de Fernando VII.
Francesco Tiberi | ||
---|---|---|
![]() Retrato del cardenal hacia 1834 | ||
| ||
Título | Cardenal presbítero de San Esteban en Monte Celio | |
Otros títulos |
Arzobispo in partibus de Atenas Arzobispo (a título personal) de Iesi | |
Información religiosa | ||
Ordenación sacerdotal | Diciembre de 1826 | |
Ordenación episcopal |
27 de diciembre de 1826 por Francesco Saverio Castiglioni | |
Proclamación cardenalicia |
30 de septiembre de 1831 (in pectore) por Gregorio XVI | |
Información personal | ||
Nombre | Francesco Tiberi | |
Nacimiento |
4 de enero de 1773 Contigliano (Estados Pontificios) | |
Fallecimiento |
28 de marzo de 1839 Roma (Estados Pontificios) | |
Nació en el seno de una familia noble de Rieti. Obtuvo el doctorado en derecho civil y canónico en 1795. Comenzó su carrera trabajando en el departamento pontificio de gracia y justicia, siendo consultor y ponente de diversas congregaciones.
Desde 1809 hasta 1814, durante la invasión napoleónica de Italia, sería encarcelado. En 1814, a su regreso a Roma, es nombrado protonotario apostólico por Pio VII. En el año siguiente sería nombrado delegado apostólico en Macerata, Camerino y Loreto.
En 1816 sería nombrado auditor del Tribunal de la Rota, donde ejercería hasta 1826.
El 9 de enero de 1827 es preconizado arzobispo in partibus de Atenas y nuncio en España. Durante su nunciatura en España tuvo la oportunidad de participar y observar de cerca la vida política y las vicisitudes de los últimos años del reinado de Fernando VII[1].[2] El 30 de septiembre de 1831 fue elevado a cardenal in pectore, esta elevación se haría pública el 2 de julio de 1832. En este día, también fue nombrado obispo de Iesi en Italia.[3]
En septiembre de 1833, días antes de la muerte de Fernando VII es relevado en la nunciatura por Luis Amat.[4]
En 1834 volvió a Roma,[5] bajo la excusa de visitar a Gregorio XVI, pero alejándose de una España inmersa en la Primera Guerra Carlista. Renunció al obispado de Iesi en 1836 por motivos de salud.[3]
Murió en Roma, siendo enterrado en la basílica de Santo Stefano Rotondo, propia de su título cardenalicio.