La cotorrita celestial, viviña o perico esmeralda (Forpus coelestis) es una especie de ave de la familia de los loros (Psittacidae) que se encuentra en la costa de Ecuador y el noroeste de Perú.[2] Su estado de conservación es de "Preocupación menor" según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.[3]
Cotorrita celestial | ||
---|---|---|
![]() F. coelestis en Ecuador | ||
Estado de conservación | ||
![]() Preocupación menor (UICN 3.1)[1] | ||
Taxonomía | ||
Reino: | Animalia | |
Filo: | Chordata | |
Clase: | Aves | |
Orden: | Psittaciformes | |
Familia: | Psittacidae | |
Género: | Forpus | |
Especie: |
F. coelestis (Lesson, 1847) | |
Distribución | ||
![]() | ||
Mide entre 10 y 12 cm de alto y pesa entre 31 y 34 gramos.[4] Su plumaje es principalmente de color verde glauco, por lo que no es fácilmente visible entre el follaje, con un parche azul detrás del ojo y la nuca y el cuello de color gris azulado.[2] La especie presenta un marcado dimorfismo sexual, evidente incluso desde pichones, donde el macho tiene un color azul en la rabadilla y en las alas, mientras que las hembras no.[5] Los juveniles se parecen a los adultos pero tienen el pico más rosado. También es posible determinar su sexo en esta etapa, aunque los machos jóvenes son menos coloridos que los adultos.[4]
Se distribuye desde el noroeste de Perú hasta la zona occidental de Ecuador. Su hábitat comprende matorrales áridos de tierras bajas y bosques caducifolios tropicales semiabiertos. Aunque es más común en hábitats secos como desiertos y bosques caducifolios, se ha expandido a zonas húmedas en respuesta a la deforestación.[5] Es abundante en toda su área de distribución y tolera niveles moderados de perturbación humana.[2]
En Ecuador, se distribuye en las provincias de Azuay, El Oro, Esmeraldas, Guayas, Loja, Los Ríos, Manabí, Pichincha, Santa Elena y Santo Domingo de los Tsáchila.[6] Puede ser observada y fotografiada en el Jardín botánico de Guayaquil, y es común encontrarla también en su estado silvestre. Se le considera una especie emblemática de la ciudad de Guayaquil.[7][8]
En 2014, se observó una bandada de Forpus coelestis en el lado colombiano de la frontera con Ecuador, en Nariño. Esta extensión de su rango hacia el norte ha sido aparentemente el resultado de la extensa deforestación de las tierras bajas del Pacífico ecuatoriano.[9]
La cotorrita celestial se alimenta de bayas, cactus y frutos de Tamarindus, aunque se sospecha que también consume insectos pequeños.[2][4] En cautiverio, generalmente se les alimenta con una mezcla de semillas secas con cártamo y semillas de cáñamo, pequeñas cantidades de avena, trigo sarraceno y semillas de girasol limitadas.[4]
Suelen poner entre 4 y 6 huevos blancos lustrosos. El período de incubación es de 18 días. Las crías son cuidadas por ambos padres y abandonan el nido a las 4 o 5 semanas de edad, aunque estos continúan alimentándolas hasta varias semanas después.[4] Para anidar utiliza nidos abandonados de pijuí cordillerano (Synallaxis stictothorax) y de hornero paticlaro (Furnarius leucopus), oquedades de troncos de árboles, agujeros del suelo e, incluso, postes o vallas puestos por el ser humano.[2]
Como el dimorfismo sexual es evidente, no hace falta recurrir a análisis de ADN para determinar el sexo. Aunque son fértiles antes de cumplir los 12 meses, es mejor no dejarles que críen hasta que los hayan cumplido: si se les deja criar antes, suelen poner menos huevos, o estos no están fecundados, e, incluso, aunque nazcan las crías, los padres las dejan morir.[cita requerida]
Pueden reproducirse durante todo el año, aunque no se les debe dejar que hagan más de 3 puestas al año. A los 10 días de nacidas las crías, aproximadamente, hay que anillarlas con anillas de 4 mm de diámetro. Suelen salir del nido a los 41 o 42 días.[cita requerida] Las medidas de la caja nido pueden ser de 15,2 cm x 15,2 cm x 15,2 cm (largo x alto x profundo),[4] con un orificio de entrada de 5 cm de diámetro.