Floridita, también conocido como El Floridita, es un bar y restaurante de la ciudad de La Habana, Cuba, que funciona desde 1817 y se hizo mundialmente famoso gracias al escritor y periodista Ernest Hemingway, quien acostumbraba visitarlo con regularidad.
Floridita | ||
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Patrimonio de la Humanidad de la Unesco | ||
Vista interior de El Floridita, con la estatua de Hemingway al fondo, sobre la barra. | ||
Localización | ||
País | Cuba | |
Coordenadas | 23°08′14″N 82°21′26″O / 23.137317, -82.357324 | |
Datos generales | ||
Tipo | Cultural | |
Criterios | iv, v | |
Identificación | 204 | |
Región | América Latina y el Caribe | |
Inscripción | 1982 (VI sesión) | |
Sitio web oficial | ||
Su eslogan es "La cuna del daiquirí" y el propio Hemingway acrecentó su fama con una frase que atrajo a turistas de todo el planeta:
"Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquirí en El Floridita".
El escritor terminó por convertirse en el principal atractivo turístico para visitantes que llegan de todo el mundo a conocer El Floridita, al punto en que una estatua de un Hemingway acodado en el extremo de la barra es la gran atracción del bar.[2]
Floridita abrió sus puertas en 1817 con el nombre de La Piña de Plata, en Obispo y Monserrate, la misma esquina donde funciona actualmente. Poco después fue llamado La Florida.[3] En 1910 se amplió con el área de restaurante, hacia calle Monserrate, comandado por un chef francés.[4]
En 1914, el catalán Constantino Ribalaigua comenzó a trabajar como mesero y cuatro años más tarde se convertiría en dueño del local al adquirirlo a Narciso Sala Parera, ya bajo su nombre definitivo, Floridita. Hay quienes aseguran que fue Constantino (también conocido como "Constante") quien llevó por primera vez a La Habana el daiquiri, una bebida que habría nacido en el interior de Cuba.[5][4]
En la década del '30, Hemingway se instaló en el Hotel Ambos Mundos, a pocas cuadras del Floridita, bar del que se hizo habitué y en el que acostumbraba beber daiquiri casi todos los días y, especialmente, la variante Papa Doble, creada en su nombre y llamada así debido a que en Cuba se conocía afectuosamente al escritor como "Papa". Incluso cuando se mudó a Finca Vigía, en las afueras de La Habana, habitualmente viajaba hasta la capital para beber su daiquiri favorito en el que él llamaba "el mejor bar del mundo".[6][7]
El Floridita se convirtió así en un homenaje permanente a Hemingway, con una exhibición de fotografías del escritor junto a sus amigos (casi en todas acompañado por un Papa Doble), así como un busto en bronce realizado en 1954 y ubicado en el que era su rincón favorito dentro del bar, y una escultura a tamaño real de 2003 donde se lo ve apoyado sobre la barra.[8] A partir de la apertura de Cuba al turismo internacional, numerosas visitas guiadas pasan diariamente por El Floridita para que los viajeros se fotografíen junto a la escultura del escritor.[9]
En 1991 El Floridita fue totalmente remodelado, aunque respetando todos los elementos originales que lo hicieron famoso, incluido el busto de Hemingway y la barra.[4]