El Faro de Punta Lucrecia, también conocido como Faro de Cabo Lucrecia, es un faro activo situado en la costa norte de la provincia de Holguín, en el municipio de Banes, Cuba.[1] Con una trayectoria centenaria, es reconocido como uno de los 100 faros más importantes del mundo debido a su estratégica ubicación.[2]
Faro de punta Lucrecia | ||
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Ubicación | ||
País |
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Municipio | Banes, Provincia de Holguín | |
Localidad | Provincia de Holguín | |
Cuerpo de agua | Mar Caribe | |
Coordenadas | 21°04′19″N 75°37′13″O / 21.071944444444, -75.620277777778 | |
Información general | ||
Luz | Fl W 5s | |
Alcance |
18 millas 42 millas con tecnología moderna | |
Altura focal | 40 metros sobre el nivel del mar | |
Altura soporte | 121 pies | |
Construcción | 10 de noviembre de 1861 | |
Códigos internacionales | ||
Almirantazgo británico | J4958 | |
NGA | 110-12912 | |
MarineTraffic | 1000019563 | |
ARLHS | CUB014 | |
Se ubica en Punta Lucrecia, perteneciente al municipio de Banes, en la costa norte de la provincia de Holguín. Sus coordenadas geográficas son 21° 04′ 15″ N, 75° 37′ 13″ O, en el sitio más prominente del litoral, entre la bahía de Samá y la bahía de Banes, en la entrada del antiguo canal de las Bahamas.[3]
La zona donde se erige el faro es extremadamente peligrosa para la navegación: costa baja, puntas afiladas, arrecifes y corrientes que arrastran a los navíos hacia formaciones como el arrecife Real Covarrubias. Durante la época colonial, ocurrieron varios naufragios, incluyendo buques de guerra españoles, el vapor Fernando el Católico y el bergantín Themis, este último cargado de vinos, tejidos y otras mercancías. El Capitán General de la Isla ordenó el 13 de febrero de 1858 los estudios para erigir una farola en Punta Lucrecia, y designó al inspector de Obras Públicas para llevar a cabo el proyecto en el sitio más adecuado.
Las obras de construcción del faro comenzaron el 21 de enero de 1860. Debido a lo abrupto del terreno, el primer paso fue levantar un camino que comunicara la zona con los poblados más cercanos, lo que permitía el traslado de materiales y personal.[4]
Sin embargo, la captación de operarios resultó muy difícil, pues pocos aceptaban trabajar en un lugar tan apartado y en condiciones tan duras. Ante esta situación, el 28 de febrero de 1860, el Capitán General Francisco Serrano y Domínguez emitió una orden que disponía el envío de 40 condenados desde prisiones de la zona oriental, para utilizarlos como fuerza laboral en la obra.[5]
La primera piedra fue colocada el 10 de noviembre de 1861, pero poco más de un año después, el 31 de diciembre de 1862, los trabajos se detuvieron por agotarse el presupuesto inicial. En 1863 se elaboró un proyecto reformado con un nuevo presupuesto, aprobado por las autoridades, lo que permitió la reanudación de la construcción en noviembre de 1864. La farola y la maquinaria fueron fabricadas en Francia, y la dirección de la obra estuvo inicialmente a cargo del ingeniero César de Llanos y Lamar, siendo concluida bajo la supervisión de Restituto Blanca Flor.
Finalmente, a inicios de 1868 se instaló la óptica y el mecanismo de iluminación, que alcanzaba una distancia de 17,5 millas en condiciones atmosféricas despejadas. El 21 de agosto de ese mismo año, el Capitán General Francisco Lersundi comunicó al Ministro de Ultramar en Madrid la conclusión de la obra, disponiendo su inauguración oficial para el 10 de octubre de 1868.
El faro sigue un estilo arquitectónico neoclásico. La edificación anexa tiene una planta en forma de O con patio interior y aljibe colector.
El presupuesto inicial ascendía a 165 000 pesos, pero el costo final fue de 190 542,44 pesos.
Otras fuentes mencionan un costo en pesetas (167 805 pesetas); esto puede deberse a informes diferentes o equivalencias de la época.
La inauguración del faro el 10 de octubre de 1868 coincide con el inicio de la Guerra de Independencia liderada por Carlos Manuel de Céspedes. Un mes después, el 21 de noviembre de 1868, una patrulla mambí atacó el faro, destruyendo el aparato luminoso y capturando a los torreros. El Capitán General Lersundi informó el incidente al Ministro de Ultramar, manifestando que
“el faro... ha sido destrozado por seis insurrectos.”
Se publicó un aviso a los navegantes en la Gaceta Oficial. Finalmente, el faro volvió a encenderse el 1 de mayo de 1870, y España estableció guarniciones militares en los fanales de la isla.
El faro también fue criticado por el mando mambí, ya que su luz orientaba tanto a las fuerzas españolas como a las expediciones independentistas que desembarcaban por la zona.
A lo largo del siglo XX y XXI, el faro ha resistido huracanes, destacando su comportamiento durante el huracán Ike en septiembre de 2008, cuando resistió los vientos al entrar directamente por Punta Lucrecia, zona conocida como “el cementerio de los vivos”.[7]
También ha sido protagonista de eventos como el fin de semana internacional de los faros y radio balizas, destacándose como una joya del patrimonio marítimo cubano.[8]
El faro es considerado un monumento local del municipio de Banes, pues es la única construcción del siglo XIX que conserva su uso original con mínimas modificaciones. Su valor patrimonial es incalculable, al ser tanto un testimonio arquitectónico como un depositario de leyendas y memoria histórica.[9] Hoy también funciona como destino turístico y cultural, promoviendo la conservación del patrimonio y contribuyendo al turismo cultural en la región.[10]