Un estallido de roca es una falla espontánea y violenta de la roca que puede ocurrir en minas sometidas a altas tensiones mecánicas. Si bien las minas pueden experimentar numerosos eventos sísmicos relacionados con la minería, solo los temblores asociados con daños a las labores mineras accesibles se clasifican como estallidos de roca.[1] La apertura de las faenas mineras libera las rocas vecinas de una enorme presión, lo que puede provocar su remoción abrupta desencadenar movimientos explosivos en las estructuras geológicas cercanas. Los estallidos de roca representan un grave peligro para la seguridad minera.[2] [3]
Los estallidos de rocas se producen por fracturación frágil de la roca, lo que provoca su colapso rápido con un violento astillado de la roca. Esta liberación de energía reduce la energía potencial de la roca alrededor de la excavación. Otra explicación es que los cambios provocados por la redistribución de tensiones en la mina desencadenan eventos sísmicos latentes, derivados de la energía de deformación producida por sus características geológicas.[2][3][4]
La probabilidad de que se produzcan estallidos de rocas se incrementa mientras mayor sea la profundidad de la mina.[5] Los estallidos de rocas también se ven afectados por el tamaño de la excavación (cuanto más grande, más riesgoso), volviéndose más probables si el tamaño de la excavación es de alrededor de 180 m y más. La sismicidad inducida, como los métodos de minería defectuosos, puede provocar estallidos de rocas. Otras causas de estallidos de rocas son la presencia de fallas, diques o diaclasas.[2][3][4]
Los enfoques para abordar los estallidos de rocas se pueden dividir en dos categorías: medidas tácticas, que se pueden adoptar localmente y con poca antelación en respuesta a un mayor nivel de peligro de estallido de rocas, y medidas estratégicas, que se deben integrar en el proceso de diseño de la mina y la planificación a largo plazo.[2]
Se han empleado con éxito diversas medidas tácticas para reducir los riesgos de estallido de rocas. Entre ellas se incluyen:[2]
Las medidas estratégicas que se han utilizado con éxito para mitigar estallidos de roca incluyen:[2]