La ermita y convento de Santa Ana es un conjunto monumental situado en a unos dos kilómetros hacia el Puerto de Albaida, en el municipio de Albaida (Valencia), España. Es Bien de Relevancia Local con identificador número 46.24.006-010.[1][2]
Ermita convento de Santa Ana | ||
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Bien de Relevancia Local | ||
Localización | ||
País | España | |
Comunidad | Comunidad Valenciana | |
Provincia | Valencia | |
Ubicación | Albaida | |
Coordenadas | 38°49′21″N 0°30′31″O / 38.8225, -0.50861111111111 | |
El acceso, que a inicios del siglo XXI se encuentra en bastante mal estado, se realiza saliendo de Albaida por la carretera a Alcoy y tomando el desvío hacia Adzaneta. A unos 100 metros hay un camino de tierra a la derecha que conduce a las proximidades del monasterio. Los restos de la ermita se hallan en el jardín del convento.[2]
La pieza más antigua del conjunto es la ermita, que estaba dedicada a Santa Ana y San Antonio Abad. Fue fundada hacia 1410 por doña Carroza de Vilaragut, señora de Albaida, Carrícola y Corbera. En aquel periodo fue visitada por San Vicente Ferrer.[2]
El convento de dominicos dedicado a Santa Ana fue fundado en 1538 por el padre Joan Micó, para reafirmar la conversión de los moriscos de la zona.[3] De este monasterio fue prior Luis Bertrán entre 1557 y 1560. La tradición lo considera escenario de numerosos milagros del santo valenciano, quien al parecer sentía gran devoción por Santa Ana.[2]
Tanto el monasterio como la ermita se encuentran en ruinas,[4] ya que fueron desmantelados a raíz de la Desamortización de Mendizábal. Desde entonces han pertenecido a diversos propietarios particulares, que no los han restaurado. Se conservan sus muros y algunas dependencias, entre ellas la almazara y una acequia que es uno de los pocos elementos que continúa en uso.[2]
La ermita es de planta rectangular, dotado de un sencillo cornisamiento y un alero formado por varias hileras de ladrillos. La puerta de acceso está adintelada y sobre ella se abre un vano, por encima del cual se entrevén las dovelas de la que debió ser originalmente la entrada. El interior está cubierto con bóveda de cañón y dividido en dos tramos por un arco que reposa sobre pilastras adosadas. La bóveda del presbiterio, elevado en gradas, es vaída cortada por cuatro arcos torales.[2]