Se llama alero o tejaroz a la parte inferior de una techumbre que sobresale de una fachada. Su finalidad puede ser decorativa pero sobre todo, se utiliza para desviar las aguas llovedizas y evitar que caigan sobre el muro.
En ocasiones, sobre todo, en el arte románico el alero consiste en una faja ornamentada con arcadas y otros motivos.
Vocabulario de términos de arte, J. Adeline, 1888