Un elixir es un líquido de sabor dulce utilizado con fines medicinales para curar enfermedades y que suele contener alcohol etílico.[1] Cuando se usa como preparación farmacéutica, contiene al menos un ingrediente activo.
La palabra elixir es un cultismo derivado del latín «elixir», a través del árabe al-ʾiksīr (الإكسير), que a su vez deriva del griego bizantino ξήριον xḗrion 'polvos para secar heridas',[2] a su vez del griego ξηρός (xērós, “seco”).[1] La palabra ξερός (xerós) deriva del protoindoeuropeo *kseros. Entre sus cognados se incluye el latín serescō, alto alemán antiguo serawēn, Armenio clásico չոր (čʿor), Armenio medio չիր (čʿir) y quizás el Sánscrito क्षार (kṣārá, “agudo, acre”).
Se utilizan como disolventes o vehículos para la preparación de elixires medicinales: los aromáticos (USP), los isoalcohólicos (NF) o los elixires compuestos de benzaldehido (NF). El ingrediente activo se disuelve en una solución que contiene entre un 15 y un 50 % de alcohol etílico.
El alcohol disuelto en el agua y el ingrediente activo de un elixir se utilizan principalmente para:
Se utiliza la menor cantidad posible de alcohol que disuelva por completo el/los ingredientes activos, ya que las concentraciones altas producen un sabor demasiado intenso.
Un elixir también puede contener excipientes como: