El diamante Williamson es una gema de 23,6 quilates (4,7 g) engastada en un broche, que forma parte de las joyas de la Colección Real de la Corona Británica. El diamante rosa fue descubierto en Tanganica (actual Tanzania) en 1947, siendo regalado por el geólogo canadiense John Williamson a la princesa Isabel con ocasión de su boda con Felipe de Mountbatten.[1]
Diamante Williamson | ||
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Peso | 23,6 quilates (4,7 g) | |
Color | Rosa | |
Corte | Brillante | |
País de origen | Tanganica (actual Tanzania) | |
Mina de origen | Mina de diamantes Williamson | |
Descubrimiento | 1947 | |
Cortado por | Sydney Briefel, de Briefel y Lemer | |
Propietario original | John Williamson | |
Propietario | Colección Real de la Corona Británica | |
El diamante en bruto pesaba 54,5 quilates (10,9 g), y fue descubierto en la superficie de la mina de diamantes Williamson en Tanganica en octubre de 1947.[2][3] Unos meses antes del descubrimiento de la piedra, se había anunciado el compromiso de la princesa Isabel (futura reina Isabel II de Inglaterra). El propietario de la mina, el geólogo canadiense John Williamson, decidió regalarle la piedra sin tallar a la princesa Isabel como regalo de bodas,[4] en parte por ser partidario de la monarquía británica, pero también para persuadir al gobierno laborista contra la nacionalización de las minas.[3] La piedra fue enviada a Londres para ser tallada por Briefel y Lemer.[3]
Sydney Briefel vio el diamante a principios de 1948 y se decidió inmediatamente por un corte brillante, pero tardó dos meses en determinar cómo hacerlo, debido a una cavidad existente en una parte de la piedra. Como la boda entre la princesa Isabel y Felipe de Mountbatten ya se había realizado en noviembre de 1947, se decidió hacer una presentación formal antes del corte del diamante el 10 de marzo de 1948.[3] La princesa y su abuela, la reina María, visitaron en Londres a los talladores Briefel y Lemer para ver el diamante, que finalmente sería tallado con un corte de brillante redondo para obtener una gema de 23,6 quilates (5 g), aunque el diamante no se volvió a ver en público durante cinco años.[2] El retraso pudo deberse a la necesidad de resolver los problemas fiscales relacionados con un regalo tan costoso antes de engarzar la piedra.[3]
Se contrató a la casa de joyería francesa Cartier para crear un broche donde engarzar el diamante rosa, para lo que Williamson proporcionó diamantes blancos adicionales (170 diamantes brillantes pequeños, 12 baguettes y 21 marquesas).[3] En 1952, el diamante rosa se convirtió en el protagonista de un broche de platino de 4,5 pulgadas (11,4 cm), diseñado por Frederick Mew de Cartier, en el centro de una flor en forma de narciso con cinco pétalos y dos hojas de diamantes de talla noisette y un tallo de diamantes baguette.[2][4] El 22 de junio de 1953, casi tres semanas después de su coronación, la reina recibió el broche de manos del socio comercial de Williamson, Iqbal Chopra.[3]
En 2022, un diamante rosa similar, procedente de la misma mina, pero de la mitad del tamaño (11,15 quilates), se vendió en una subasta por 57,7 millones de dólares.[5]