Dai Li o Tai Li (戴笠), nacido como Dai Chunfeng (28 de mayo de 1897-27 de marzo de 1946) fue un miembro del Kuomintang, director del embrión del servicio de inteligencia de Chiang Kai-Shek.
Dai Li | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
28 de mayo de 1897 Jiangshan (República Popular China) | |
Fallecimiento |
17 de marzo de 1946 Nankín (República de China) | (48 años)|
Causa de muerte | Muerte accidental | |
Educación | ||
Educado en | Academia Militar de Whampoa | |
Información profesional | ||
Ocupación | Oficial militar, político y criminal de guerra | |
Cargos ocupados | Director | |
Lealtad | Gobierno nacionalista | |
Rango militar | Teniente general | |
Conflictos | Segunda guerra sino-japonesa y guerra civil china | |
Partido político | Kuomintang | |
Miembro de | Sociedad de Camisas Azules | |
Distinciones | ||
Nació el 28 de mayo de 1897.[1]
Miembro de la Lixingshe («Sociedad para la Práctica Vigorosa»),[2] e interno de la Academia Militar de Whampoa, atrajo la atención de Chiang Kai-Shek al denunciar a 20 compañeros de la Academia como comunistas.[3] Dai Li, que controló a la Sociedad de Camisas Azules del Kuomintang,[4] dirigiría los servicios de inteligencia de Chiang, que, en 1938, adoptaron su nombre definitivo, el Buró de Investigación y Estadística del Consejo Militar del Régimen Nacionalista, o simplemente Juntong; Dai Li ejerció un férreo control sobre la organización.[5] Llegaría a amasar un enorme poder en China, con estimaciones de hasta 325 000 agentes potenciales, tanto uniformados como de paisano, a su servicio.[6]
Falleció en un siniestro de aviación el 27 de marzo de 1946, en el trayecto Qingdao-Shanghái;[7] la aeronave se estrelló al suroeste de Nankín.[8] Además de la causa del accidente, se llegó a atribuir como causa del siniestro a un posible sabotaje de los comunistas o de los estadounidenses.[9]
Temido por su crueldad,[10] la visión de la violencia de Dai Li, que llegó a ser conocido como el «Himmler» chino,[11] difería de la propia del fascismo italiano o el nazismo alemán, y carecía del culto a la bella muerte.[12]