Chilluentes fue una localidad española, hoy día despoblada, del término municipal de Tartanedo, en la provincia de Guadalajara. De su urbanismo quedan hoy las ruinas de la ermita dedicada a San Vicente Mártir y una torre vigía.
Chilluentes | ||
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asentamiento y despoblado | ||
Ubicación de Chilluentes en España | ||
Ubicación de Chilluentes en la provincia de Guadalajara | ||
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País |
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• Com. autónoma |
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• Provincia |
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• Comarca | Molina-Alto Tajo | |
• Municipio | Tartanedo | |
Ubicación | 40°58′35″N 2°00′19″O / 40.976388888889, -2.0052777777778 | |
• Altitud | 1213 m | |
Población | 0 hab. | |
Se sitúa en un pequeño vallejo rodeado de montes entre las localidades de Aragoncillo, Concha, Establés y Tartanedo.
Fue una pequeña aldea que estuvo poblada hasta 1620.
Hacia mediados del siglo XIX, el despoblado formaba parte del término de Concha.[1] Aparece descrito en el séptimo volumen del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar de Pascual Madoz de la siguiente manera:
CHILLUENTES: desp. en la prov. de Guadalajara, part. jud. de Molina, térm. jurisd. de Concha.(Madoz, 1847, p. 327)
La torre vigía de Chilluentes fue levantada por los señores moriscos en el siglo XII como punto de vigilancia del camino que unía Molina de Aragón con Establés y Concha. Se construyó con piedra sillarejo en planta cuadrada de unos 60 m² y tuvo hasta cinco pisos y nueve metros de altura. Sólo queda en pie los muros oeste y sur, y en el primero de éstos una aspillera.
La ermita de San Vicente Mártir corresponde a la antigua parroquia de Chilluentes que tras la despoblación quedó como ermita aislada dentro del término de Concha. De planta rectangular de una sola nave y un ábside en su parte oriental, es de estilo románico, construida a base de sillarejo. En la fachada septentrional se abre la puerta en arco de medio punto. Sobre la parte de poniente se alzaba la espadaña que sustentaba las campanas. A la parroquia, por su parte meridional, estaba adosada, como en tantos lugares castellanos, el pequeño cementerio local. Quedan únicamente en pie los cuatro muros de la ermita y algunas piedras esparcidas entre la abundante vegetación.