El bromismo es un síndrome provocado por intoxicación crónica por bromo, generalmente está causado por el consumo reiterado de sales de bromo como el bromuro potásico y el bromuro de sodio, también lo puede provocar el bromuro de litio. El bromuro de potasio se utilizó como medicamento en humanos en el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX para tratar la ansiedad y la epilepsia, sin embargo sus efectos secundarios y el descubrimiento de otros tratamientos más eficaces hicieron que dejarán de emplearse en medicina humana.[1][2] El bromuro de metilo es un líquido incoloro volátil que es tóxico por inhalación o por absorción a través de la piel, se emplea en la industria química para fabricar otras substancias, también como fumigante y solvente. En el año 2007 se produjo un brote de bromismo en Angola, con más de 400 casos, debido a contaminación de la sal de mesa con bromuro de sodio.[3] [4] Se han documentado casos excepcionales por consumo abusivo de refrescos de cola.[5] [6]
Los síntomas principales se producen por afectación de la piel, el aparato digestivo y el sistema nervioso.[7] [8] [9]
Son muy variables, puede existir síntomas neurológicos como sensación de inquietud e irritabilidad, ataxia, confusión mental y estupor que puede llegar al coma. También síntomas siquiátricos, entre ellos alucinaciones, tanto auditivas como visuales, y psicosis.