Bernardino de Pantorba (Sevilla, 1896-Madrid, 1990), seudónimo de José López Jiménez, fue un historiador, investigador, crítico de arte y pintor español.[1] De su trabajo, recogido en el Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba”,[2] de la Asociación Española de Pintores y Escultores, de la cual fue miembro, se ha destacado su conocimiento de la personalidad del que fuera uno de sus presidentes, Joaquín Sorolla.[3]
Bernardino de Pantorba | ||
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Información personal | ||
Nombre completo | José López Jiménez | |
Nacimiento |
29 de julio de 1896 Sevilla (España) | |
Fallecimiento |
10 de febrero de 1990 Madrid (España) | (93 años)|
Nacionalidad | Española | |
Familia | ||
Padre | Ricardo López Cabrera | |
Información profesional | ||
Ocupación | Pintor, dibujante e historiador del arte | |
Empleador | Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba | |
Seudónimo | Bernardino de Pantorba | |
Miembro de |
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Más conocido como investigador de arte que como paisajista,[4] el que llegaría a ser conocido como Bernardino de Pantorba, nació en Hispalis, hijo del pintor Ricardo López Cabrera y de una hija de José Jiménez Aranda,[5] círculo que al parecer modeló sus preferencias y determinó su dedicación al mundo del arte, en especial la pintura.[a] Así lo relata él mismo en su retrato autobiográfico Cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué nació Bernardino de Pantorba.[6]
En 1912, el joven José se trasladó con su familia a Argentina. Allí permaneció ocho años, fue iniciado en la pintura por su propio padre y participó en varias exposiciones colectivas (Certamen de Córdoba de 1918). También se estrenó como crítico teatral en La voz del interior, y publicó Fuego y sangre (1919) y el libro humorístico López en Argentina.
En 1920 regresó a España y se instaló en Madrid, donde a lo largo de su vida llegaría a pintar medio millar de retratos y más de ochocientos paisajes.[7]
Como investigador e historiador de arte es autor de unos ochenta títulos en el campo de la pintura española.
De su extensa y cuidada producción se han destacado los estudios dedicados a maestros de la pintura española del siglo XX como Joaquín Sorolla o Ignacio Zuloaga, y sus monografías sobre Artistas andaluces (1929), El paisaje y los paisajistas españoles (1943), Los paisajistas catalanes (1975), o estudios de pintores menos conocidos como Eustaquio Segrelles o Castelao y Pons Arnau. También analizó la obra de genios como Diego Velázquez, Murillo y Goya (1928); un tratado sobre los Imagineros españoles; semblanzas de músicos como Beethoven, Chopin, Mozart, y sus monografías, ya clásicos, de las pinacotecas madrileñas, como su Guía del Museo del Prado.[8] Como bibliógrafo y tratadista destaca su Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España, publicada en 1948.[9]
Fue académico de las reales academias de Bellas Artes de Sevilla y Córdoba y miembro de la Hispanic Society of America y del Patronato del Museo Sorolla. Así mismo, tiene dedicada una calle en la Villa de Vallecas de Madrid.[10][11]