Las balsas de totora son unas embarcaciones elaboradas desde tiempos prehispánicos[1] a partir de tallos y hojas de totora en áreas del litoral del norte peruano como Santa Rosa, Pimentel, Huanchaco y en zonas lacustres de Bolivia como Copacabana y alrededores del lago Titicaca.[2][3][4]
Es un tipo de balsa de totora formada por haces fuertemente atados. Se caracterizan por la proa aguda y curvada hacia arriba, condición que permite cortar las olas; y por su popa, más ancha. Llegan a tener de largo entre 3 a 4 metros; y un ancho de 0,6 a 1 metros. Su peso varía entre 47 y 50 kg, pudiendo soportar 200 kg de carga útil.[5] Está diseñado para transportar a un navegante con sus aparejos durante las faenas de pesca en el mar.[6]
Esta embarcación fue utilizada en las culturas lambayeque o sicán, mochica, chincha, chimú y el imperio incaico.[7] El nombre de «caballito» se debe a los primeros españoles que arribaron a las costas de Lambayeque y La Libertad, que lo llamaron así por la forma que tenían los pescadores de navegar, a horcajadas sobre el armazón y con los pies en el agua,[8] aunque se considera más correcta la denominanción de balsa o balsilla.[9] Fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación el 23 de agosto de 2003.[9]
Se utilizan como medio de transporte o para actividades pesqueras. Son de mayor tamaño que las balsillas del litoral,[10] algunas dotadas de un palo mayor para la vela.[11] El 18 de enero de 2013, los conocimientos y prácticas del uso de la totora por el pueblo uru, destacados constructores de balsas e "islas flotantes" de totora, fue declara patrimonio cultural de la nación mediante la Resolución Viceministerial 005-2013-VMPCIC-MC.[12] [13]
La materia prima para la construcción de las balsas se extrae de los totorales o "wachakes" que se desarrollan en las aguas poco profundas de los pantanos de Huanchaco o del lago Titicaca así como áreas adyacentes a los ríos y las lagunas de los alrededores (bahía de Puno y delta del río Ramis).[14] Para la extracción se emplea herramientas como kajllo para corte en zonas poco profunda y quiñina para lugares más profundos.[15]
La elaboración de las balsas se inicia formando cuatro haces de totora, dos madres, más grandes, y dos más pequeños o hijos, que se unen alineadas en columnas. Posteriormente se atan con cuerdas que se aprietan con un palo en forma de punzón de 30 cm de largo llamado pasador.[9] La construcción de la balsa puede durar unas dos horas como promedio. Las balsas del lago Titicaca, al ser de mayor tamaño necesitan aproximadamente unos cinco días para completar su fabricación.[16]Para impulsarla se utiliza un remo fabricado a partir de la caña Guayaquil seccionada por la mitad a lo largo, a modo de doble remo, que el pescador sujeta por el centro moviéndola de izquierda a derecha alternativamente.[9]