Anna Cook, cuyo nombre legal era Ana María Villarroel González (Arica, 5 de abril de 1991 - Providencia, 2 de agosto de 2017), fue una disc-jockey chilena conocida en el ambiente de la música electrónica. Su muerte en circunstancias no aclaradas generó controversia y movilizaciones sociales, particularmente en la comunidad LGBT+ chilena.
Asesinato de Anna Cook | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
5 de abril de 1991 Arica (Chile) | |
Fallecimiento |
2 de agosto de 2017 Providencia (Chile) | (26 años)|
Nacionalidad | Chilena | |
Información profesional | ||
Ocupación | Disc-jockey | |
Nacida en Arica, Villarroel González vivió allí hasta los 16 años, cuando tras el fallecimiento de su abuela se trasladó a Santiago de Chile con su madre, Kattia González.[1] Según testimonios de amistades, desde la adolescencia mostró una identidad de género masculina y se identificaba abiertamente como lesbiana.[1]
Estudió diseño gráfico en la UNIACC y posteriormente residió un año en Alemania. A su regreso a Chile, se estableció en una residencia en la calle Tranquila de Providencia.[1][2] Desarrolló su carrera artística bajo el seudónimo Anna Cook, participando como DJ en eventos de música electrónica.[1][2][3]
El 2 de agosto de 2017 fue ingresada sin signos vitales al Hospital del Salvador por su arrendador, Raúl Azócar, quien la registró como NN al desconocer su identidad legal.[1] Presentaba un corte en el pecho y una equimosis cervical de 15x5 cm.[1] Inicialmente se mencionaron antecedentes de epilepsia, consumo de cocaína y depresión, información que posteriormente fue desmentida por su madre y corroborada con sus registros médicos.[1]
Según las pesquisas, la noche anterior había compartido con amigos en su residencia. Testimonios indican que en el segundo piso se encontraban Azócar y el fotógrafo Matías Troncoso.[1] A las 5:00 AM, su madre recibió mensajes de texto desde el teléfono de su hija con contenidos alarmantes.[1] Azócar declaró haberla encontrado inconsciente horas después y la trasladó al centro médico.[1]
La primera autopsia (agosto 2018) determinó como causa de muerte un paro cardiorrespiratorio, detectando múltiples fracturas costales y presencia de semen con espermatozoides en la cavidad bucal.[1] Los análisis toxicológicos iniciales no detectaron drogas.[3] Las muestras seminales fueron comparadas sin coincidencias con los perfiles genéticos de tres individuos vinculados al caso, agotándose el material disponible.[1]
La investigación reveló inconsistencias en las declaraciones de Azócar respecto a la presencia de Troncoso, cuya muestra genética nunca fue recabada pese a haber estado en el lugar.[1] Posteriormente surgieron denuncias de violencia de género contra Troncoso por parte de una expareja.[1]
Un informe pericial independiente detectó lesiones no consignadas en el informe oficial, incluyendo equimosis cervical.[1] Una segunda autopsia (octubre 2019) identificó presencia de cannabis, cocaína, zopiclona y alcohol, sugiriendo posible sobredosis.[1] La fiscalía descartó inicialmente participación de terceros, atribuyendo el deceso a "sobredosis sin intervención externa".[2][4]
En enero de 2020, la familia presentó querella contra Azócar y otros posibles responsables, reabriendo el caso bajo la fiscal Glenis Sánchez.[1]
En septiembre de 2019, la madre divulgó detalles del caso denunciando irregularidades procesales.[2][1] La defensa legal criticó la realización de una autopsia estándar pese a las circunstancias sospechosas del deceso.[3][1]
El 8 de marzo de 2020, el colectivo Delight Lab proyectó la consigna "¿Quién mató a Anna Cook?" en la Torre Telefónica,[1][5] lema que posteriormente apareció en espacios públicos de Santiago.[1]