Lo que sigue es una lista de las mujeres de la Antigua Roma notables por sí mismas o por sus conexiones familiares (padres, hijos o maridos). Los historiadores antiguos prestaron poca atención a la vida de las mujeres, salvo por su relación con los hombres. En los tiempos más antiguos se las menciona como envenenadoras de sus maridos (caso de Licinia), víctimas del abuso de los hombres (casos de Lucrecia o Virginia) o esposas (caso de Sempronia), madres (caso de Pomponia) e hijas (caso de Cornelia) de grandes hombres. Sin embargo, desde el periodo tardorrepublicano en adelante algunas mujeres adquirieron un papel destacado por sí mismas, ya fuera por el poder político que ejercían a través de sus maridos (casos de Fulvia o Livia Drusila), ya por las intrigas palaciegas (casos de Mesalina o Agripina la Menor), ya por los escándalos sexuales (casos de Clodia o Julia la Menor), o incluso por su fama de santidad (casos de Helena de Constantinopla o Fabiola de Roma).