La obra escultórica del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia es debida a diversos autores, que la han desarrollado en variados estilos, siendo efectuada desde los inicios de la construcción del templo en 1882 hasta la actualidad, en que todavía se halla en ejecución (enero de 2025). Bajo la dirección inicial de Antoni Gaudí, creador del proyecto, y siguiendo las directrices marcadas por él tras su fallecimiento, el ciclo escultórico de la Sagrada Familia presenta una compleja iconografía basada en el culto religioso. Gaudí se inspiró principalmente en El Año Litúrgico de Prosper Guéranger, recopilación de todos los cultos y festividades religiosas producidos al cabo del año, así como en el Misal Romano y el Ceremonial de obispos.[1]
Gaudí diseñó personalmente muchas de las esculturas de la Sagrada Familia, aplicando un curioso método de trabajo ideado por él: en primer lugar hacía un profundo estudio anatómico de la figura, centrándose en las articulaciones —para lo que estudió detenidamente la estructura del esqueleto humano—; a veces se servía de muñecos confeccionados con alambre para probar la postura adecuada de la figura a esculpir. En segundo lugar, realizaba fotografías de los modelos, utilizando un sistema de espejos que proporcionaban múltiples perspectivas. A continuación, hacía moldes en yeso de las figuras, tanto de personas como de animales. Sobre estos moldes hacía correcciones en las proporciones para conseguir una perfecta visión de la figura dependiendo de su ubicación en el templo (más grandes cuanto más elevadas). Por último, se esculpía en piedra, bajo la ejecución de los múltiples escultores que trabajaban para el arquitecto modernista.[2]