En morfología lingüística, los afijos son morfemas, normalmente de significado impreciso, que se añaden a una palabra o lexema para modificarla o formar una nueva palabra. Según su posición en la palabra resultante, se denominan prefijos si se anteponen, sufijos si se posponen, infijos o interfijos si se insertan, circunfijos si tiene varias partes que se anteponen y posponen a la vez (en procesos de parasíntesis). En la mayoría de lenguas, los afijos son fundamentales en la formación de palabras (afijos derivativos), y también en la flexión gramatical (afijos flexivos); no obstante también existen lenguas, principalmente las aislantes, que usan poco o nada los afijos. Algunos autores reservan el término afijo para los morfemas derivativos y utilizan el término desinencia para referirse a todos los morfemas flexivos. Otras denominaciones (Alvar y Pottier) son formantes constitutivos y formantes flexivos, respectivamente.
La palabra resultante al añadir uno o varios afijos debe tener siempre al menos un lexema o raíz, es decir, no se puede formar una palabra solo con afijos. La posibilidad de aumentar el número de palabras de una lengua por medio de los afijos derivativos u otros mecanismos se denomina productividad del lenguaje.
En español se pueden reconocer ciertas categorías de afijos: