En morfología de la lengua, la abreviación o acortamiento es la contracción de palabras eliminando partes de ellas, bien sea al principio, en medio o al final.[1] Por ejemplo, info en vez de información. No se debe confundir con el acrónimo, que es el acortamiento tomando las siglas, como la onu, la nasa o los EE. UU. La reducción del cuerpo fónico se da sobre todo en palabras que son largas y difíciles de pronunciar (por economía del lenguaje) o que se usan muy asiduamente. En ocasiones, la eliminación de letras viene acompañada de sustitución por otras (p. ej. «compañero», compi). También pueden darse acortamientos con varias palabras o colocaciones, es decir, expresiones habituales, como «por si acaso», porsiaca.[2]
El acortamiento se hace mediante diversos metaplasmos de supresión:
En muchos casos, el acortamiento acaba por prevalecer en el habla común frente a la palabra original, como metro en vez de «[tren] metropolitano» o zoo en vez de «zoológico». Dependiendo de cada caso particular, el acortamiento puede restringirse al habla coloquial, al lenguaje infantil, como hipocorístico o bien un argot/jerga específico, de manera que solo en los casos de registro formal se usa la palabra en toda su extensión.
Se listan solo algunos ejemplos en el idioma español:[2]
Femeninos:
Masculinos:
La abreviación también es frecuente en topónimos, es decir, nombres de lugar: