Westley Allan Dodd (3 de julio de 1961 – 5 de enero de 1993) fue un asesino en serie y delincuente sexual estadounidense que agredió sexualmente y asesinó a tres niños pequeños en Vancouver, Washington, en 1989.[1][2] Dodd fue arrestado ese mismo año tras un intento fallido de secuestrar a un niño de seis años en un cine en Camas, Washington.
Westley Allan Dodd | ||
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Información personal | ||
Apodo | El Asesino de Niños de Vancouver | |
Nacimiento |
3 de julio de 1961 Toppenish, Washington, Estados Unidos | |
Fallecimiento |
5 de enero de 1993 (31 años) Walla Walla, Washington, Estados Unidos | |
Causa de muerte | Ahorcamiento | |
Nacionalidad | Estados Unidos | |
Religión | Cristianismo | |
Información profesional | ||
Ocupación | Niñera y asesino en serie | |
Años activo | 1989 | |
Rama militar | Cuerpo de Marines de los Estados Unidos | |
Información criminal | ||
Cargos criminales | Homicidio en primer grado (3 cargos) | |
Condena | Pena de muerte | |
Situación penal | Ejecutado en la horca | |
Víctimas | 3 | |
Dodd escribió relatos detallados de sus asesinatos en un diario íntimo que fue encontrado por la policía. Luego se declaró culpable de los asesinatos y le dijo al juez y el jurado que haría todo lo posible por volver a matar y que intentaría escapar y asesinar guardias en prisión, a menos que fuera condenado a muerte. Dodd no quiso apelar su sentencia de muerte, por lo que fue ejecutado en la horca el 5 de enero de 1993, convirtiéndose en la primera ejecución por ahorcamiento en Estados Unidos desde 1965.
En respuesta a los casos de Dodd y Earl Kenneth Shriner, la Legislatura del Estado de Washington autorizó el internamiento indefinido de un convicto considerado un "depredador sexual violento".[3]
Westley Allan Dodd nació en Toppenish, Washington, el 3 de julio de 1961, el mayor de tres hijos de James y Carol Dodd y fue criado en Richland, Washington.[4]Dodd afirmó que nunca sufrió abuso ni abandono durante su infancia,[5] aunque sí dijo que jamás le dijeron "te amo" y que tampoco tenía recuerdos de haberlo dicho él mismo.[6] Su hermano menor, Gregory, fue arrestado en 2016 por intentar tener relaciones sexuales con una agente federal encubierta que se hizo pasar por una niña de 13 años.[7][8]
El Seattle Times informó que Dodd describió en un diario íntimo escrito durante su encarcelamiento que su padre lo había abusado emocional y físicamente, también que a menudo lo menospreciaban en comparación con sus hermanos menores y que presenció peleas violentas entre sus padres. En la escuela, Dodd era impopular y solitario, lo que resultó en que nunca desarrollara una amistad con personas de su edad. A los 9 años, Dodd descubrió que se sentía atraído sexualmente por otros niños. El 3 de julio de 1976 (el cumpleaños número 15 de Dodd), su padre intentó suicidarse después de una discusión con su esposa.[9]
A los 13 años, Dodd comenzó a mostrar sus partes íntimas a niños de su vecindario. Su padre declaró a un periódico de Oregón que él estaba al tanto de este comportamiento, pero que lo ignoró en gran medida, ya que consideró en aquel momento que su hijo era, por lo demás, un "niño bien educado que nunca había tenido problemas con las drogas, el alcohol ni el tabaco".[10] Para cuando Dodd entró en la preparatoria, ya había avanzado hacia el abuso sexual infantil, agrediendo a sus primos menores y luego a los niños del vecindario a los que se ofrecía a cuidar. Luego agredió a los hijos de una mujer que salía con su padre y fue arrestado a los 15 años por exhibicionismo. Sin embargo, la policía lo liberó con una recomendación para que recibiera terapia psicológica.[11][12]
En agosto de 1981, a los 20 años, Dodd intentó secuestrar a dos chicas, quienes lo denunciaron a la policía. En ese caso, tampoco se tomó ninguna medida. Al mes siguiente, Dodd se alistó en la Marina de los Estados Unidos y fue asignado a la base de submarinos de Bangor, Washington, donde comenzó a abusar de niños que vivían en la base.[13] En uno de estos incidentes, Dodd ofreció 50 dólares a un grupo de chicos para que lo acompañaran a un motel a jugar al strip poker. Por eso, Dodd también fue arrestado; confesó a la policía que planeaba abusar de los chicos pero fue puesto en libertad sin cargos.[11]
El 4 de septiembre de 1989, Dodd fue al parque David Douglas donde, armado con cuchillo de pesca y cordones de zapatos, acechó por horas en busca de niños pequeños. Dodd confesó que ya tenía firme en su mente la idea de matar.[9] Cerca del atardecer, Dodd engañó a dos hermanos, Cole y William Neer, de 11 y 10 años, y los condujo a un lugar apartado sin que los niños se percataran de tal engaño. En una zona boscosa, Dodd los obligó a desvestirse, los ató a un árbol y les practicó sexo oral. Tras el abuso sexual, Dodd los apuñaló repetidamente con el cuchillo y huyó. Las autoridades, que ya estaban alertadas sobre la ausencia inusual de los hermanos Neer en su casa, los hallaron con rapidez en un operativo de búsqueda. Cole fue pronunciado muerto en el lugar, mientras que William (herido gravemente por Dodd), falleció camino a un hospital cercano.[4] Durante los días posteriores, Dodd se vio fascinado por la cobertura mediática y el shock causado por los asesinatos de los hermanos Neer. Fue en ese momento que comenzó a coleccionar recortes de periódicos y a detallar sus planes a futuro.[9]
El 29 de octubre, Dodd condujo hasta Portland, Oregón, donde encontró a Lee Iseli, de 4 años, y su hermano Justin, de 9, en el patio de recreo de la Escuela Primaria Richmond. Lee jugaba solo en un tobogán cuando Dodd logró convencerlo de que lo acompañara a su casa para "abrir regalos". Justin se había ido a casa y Lee se negó a acompañar a Dodd en un principio, quien logró asegurarle bajo engaño de que lo llevaría de vuelta al rato. Dodd huyó con Lee del lugar, llevó al niño a su apartamento de Vancouver e ingresó con él sin que ninguno de sus vecinos ni la mujer que le alquilaba el apartamento se dieran cuenta. Una vez dentro, Dodd le ordenó que se desvistiera y lo ató a su cama. Dodd abusó del niño desde el atardecer y durante toda la noche y la madrugada, tomando fotografías tipo Polaroid y anotando los detalles del abuso en su diario íntimo. A la mañana siguiente, Dodd estranguló a Lee con una cuerda y colgó su cuerpo en el armario, al que también le tomó diversas fotos de tipo Polaroid.[2]
Dodd confesaría más tarde a la policía que, en un principio, no pensó en matar al niño, pero que decidió que era necesario hacerlo porque temió que Lee podría, de alguna manera, identificarlo. Días después, Dodd puso el cuerpo desnudo de Lee en bolsas de basura y las arrojó entre unos arbustos espesos cerca del lago Vancouver. Luego, quemó la ropa del niño en un bote de basura, y solo se quedó con la ropa interior, la que conservó como souvenir del crimen. Un día después, la policía descubrió el cuerpo de Lee, lo que desencadenó la búsqueda frenética del asesino.[9] Dodd confesó que la intensidad de la búsqueda policial lo intimidó, por lo que mantuvo un perfil bajo y permaneció la mayor parte del tiempo de los días que siguieron dentro de su apartamento, anotando planes para futuros secuestros de niños. En un allanamiento de su casa posterior a su arresto, la policía encontró que Dodd estaba construyendo un potro de tortura, que planeaba usar en su próxima víctima.[14]
El 13 de noviembre de 1989, Dodd condujo hasta Camas, Washington, a unos 19 km al este de Vancouver, donde intentó secuestrar a James Kirk II, de 6 años, del baño del Teatro New Liberty. Kirk forcejeó y luchó contra Dodd. Comenzó a llorar y gritar cuando Dodd intentó salir del teatro con él en brazos. Los empleados del teatro sospecharon de la actitud de Dodd y lo siguieron hasta la calle. Asustado por los gritos del niño y el acecho de varios hombres, Dodd decidió soltar al niño, se subió rápidamente a su coche y partió a toda velocidad.[15]
Cuando el novio de la madre de Kirk, William "Ray" Graves, fue a buscar a James al baño, los empleados del teatro le dijeron que había sido víctima de un intento de secuestro. Enfurecido, Graves salió del teatro en la dirección que Dodd había sido visto cuando se marchó. A poca distancia, Graves encontró a Dodd, quien intentaba reparar el coche, el cual se había averiado. Para no despertar las sospechas de Dodd y pensar qué hacer, Graves no se identificó y le ofreció ayuda con el coche. En un momento de descuido y al darse cuenta de la debilidad física de Dodd, decidió aplicarle una llave cruzada sobre el cuello y lo llevó a la fuerza de vuelta al teatro, donde los empleados llamaron a la policía.[15]
Durante su juicio en el Tribunal Superior del Condado de Clark, la fiscalía leyó extractos del diario íntimo de Dodd y mostró fotografías de Iseli durante su tortura. La defensa de Dodd deicidió no citar a ningún testigo ni tampoco presentó ninguna objeción a los cargos, sugiriendo únicamente que Dodd padecía una enfermedad mental grave. El jurado, de todas maneras, lo declaró culpable y capaz de comprender la diferencia entre "el bien y el mal". Subsecuentemente, la fiscalía solicitó la pena de muerte. En la fase de sentencia de su juicio, Dodd subió al estrado y pidió que ser sentenciado a muerte.
En un intercambio con el juez y el jurado, Dodd aseguró ser demasiado peligroso para mantenerlo con vida.[16]
Dodd alegó que defenderse era inútil y que, en última instancia, «el sistema había fallado repetidamente en detenerlo».
Si se suman todas las condenas de prisión que me dieron pero que nunca cumplí, hubiera permanecido en prisión hasta 2026... y esos niños seguirían vivos.[17]
La ley del estado de Washington le dio a Dodd la opción de ser ejecutado por inyección letal o en la horca; Dodd dijo que deseaba morir en la horca porque era la forma en la que había matado a Iseli. En 1990, Dodd fue condenado a muerte por el asesinato de los hermanos Neer, así como por la violación y el asesinato, por separado, de Lee Iseli.[2]
Menos de cuatro años transcurrieron entre los asesinatos y su ejecución. Dodd se negó a apelar el caso y la pena de muerte, insistiendo en que no podía controlar sus impulsos y que jamás podría cambiar. En un escrito judicial, Dodd declaró:
Debo ser ejecutado antes de tener la oportunidad de escapar o matar a alguien más. Si escapo, les aseguro que volveré a matar y violar, y disfrutaré de cada minuto de eso.[4]
Dodd también afirmó en algunas entrevistas que la muerte lo aliviaría de la culpa por los asesinatos y escribió una guía sobre cómo los padres pueden proteger a sus hijos de abusadores de menores como él.[18][19]
La ejecución de Dodd en la horca fue la primera en Estados Unidos desde 1965, cuando George York y James Latham fueron ahorcados en Kansas. La ejecución de Dodd fue presenciada por doce miembros de medios de comunicación regionales y locales,[20] funcionarios de la prisión y familiares de las tres víctimas. Dodd pidió salmón asado y papas fritas como última comida. Sus últimas palabras desde el patíbulo fueron:
Una vez, alguien, no recuerdo quién, me preguntó si había alguna manera de detener a los agresores sexuales. Dije que no. Me equivoqué. Me equivoqué al decir que no había esperanza ni paz. Hay esperanza. Hay paz. Encontré ambas en el Señor Jesucristo. Busca al Señor y encontrarás la paz.[21]
Dodd fue ejecutado a las 00:05 del 5 de enero de 1993 en la Penitenciaría Estatal de Washington, en Walla Walla. El médico de la prisión lo declaró muerto y su cuerpo fue trasladado a Seattle para la autopsia. El médico forense del condado de King, Donald Reay, determinó que Dodd falleció rápido, en dos o tres minutos, aunque no por fractura de cuello, que es la causa habitual de muerte por ahorcamiento. Reay declaró que, a pesar de eso, la muerte de Dodd probablemente no fue dolorosa.[22] Tras la autopsia, su cuerpo fue incinerado y sus cenizas fueron entregadas a su familia.[23]
La ejecución de Dodd generó cierta controversia debido a su elección del método. La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) presentó una demanda alegando que la ejecución por ahorcamiento violaba la Octava Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. La demanda llegó hasta la Corte Suprema de Washington, pero no logró impedir la ejecución de Dodd, en gran parte porque el propio Dodd había optado por la horca.[24]
El día de la ejecución, muchas personas se congregaron frente a la prisión, tanto para apoyarla o para protestar. La atención mediática fue intensa; algunos noticieros televisivos presentaron artículos sobre la historia del ahorcamiento, mostrando aspectos como el fuerte sonido que puede producir la trampilla, junto con el silencio que le sigue; el tipo de cuerda que se iba a utilizar y cómo debería ser preparada de forma adecuada para un efecto óptimo.[25]
Dodd fue considerado en el nivel "más malvado" de la escala de maldad del doctor en psiquiatría Michael H. Stone, creador del programa de televisión Índice de maldad. En el nivel 22 (máximo) de su escala, Stone considera a Dodd como un depredador sexual que disfrutó de la tortura de sus víctimas. Stone considera que los fallos del sistema en detener a Dodd resultó en algo peor en él: ira por ser confinado y sujeto a procesos, aunque breves e insignificantes en comparación a sus crímenes. El doctor Stone también considera que el "punto de quiebre" de Dodd fue cuando descubrió en el apuñalamiento de los hermanos Neer, que la violencia máxima le daba incluso más placer que el abuso sexual en sí y que matar se convirtió en su manera, aunque retorcida, de asegurarse de no volver a ser capturado.[26]
Múltiples libros se han escrito sobre su caso, siendo los más reconocidos los de Lori Steinhorst (When The Monster Comes Out of the Closet: Westley Allan Dodd In His Own Words) quien publicó en 1994 en formato de prosa las entrevistas que mantuvo con Dodd en prisión durante 18 meses previos a su ejecución y el del autor de true crime Gary C. King (Driven to Kill) de 2011, que detalla de manera explícita y gráfica los abusos y las torturas que Dodd infligió a sus víctimas.[27][28]
N.º | Nombre | Día del asesinato | Edad al momento del asesinato |
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1 y 2 | Cole y William Neer (hermanos) | 4 de septiembre de 1989 | 11 y 10 |
3 | Lee Iseli | 29 de octubre de 1989 | 4 |