Un visor se utilizaba en conjunto con algunos yelmos medievales como el bacinete. La visera generalmente consistía en una pieza con bisagras de acero que contenía aberturas para poder respirar ("soplos") y mejorar la visión. Los visores protegían la cara y la frente durante la batalla. La mayoría de los caballeros o guerreros que llevaban viseras fueron vistos en caballos durante la guerra, y más específicamente en los torneos y justas.
En inglés la palabra "castor" a veces se usa indistintamente con "visor", como en Hamlet de Shakespeare, cuando Hamlet y Horacio están discutiendo sobre el Fantasma. Hamlet dice: "¿Entonces no le visteis la cara?" a lo que Horacio responde: "Oh sí, mi señor. Llevaba el castor (beaver) subido. [es decir, el visor subido]". En la edición en español esto se tradujo a: [Sí, mi señor: la visera estaba en alto].[1]