Vincenzio Maggio (Massa Lubrense, 1558-Íb., 4 de marzo de 1642) fue un jesuita conocido por su papel en el desarrollo de la Compañía de Jesús en el reino de Nápoles.
Nació en el seno de una familia patricia de Massa Lubrense, localidad cercana a Nápoles.
En su primera juventud, estando enfermo de fiebres, tuvo una visión de la Virgen María con el Niño y una serie de sacerdotes desconocidos. Poco tiempo después en la iglesia del Gesú viendo a dos padres jesuitas celebrando las exequias de un joven, reconoció a los padres de su visión y pensó que debía retomar la vida del joven fallecido en agradecimiento de si reciente sanación. El 14 de octubre de 1577 ingresó en la Compañía vencidas las reticencias de su madre y hermano. En los primeros momentos de su noviciado contrajo una enfermedad grave que soportó con paciencia como consecuencia de haber ayudado en el Hospital de los Incurables de Nápoles, junto a otros novicios jesuitas. Posteriormente acabado el noviciado, pasó a Lecce donde consiguió la conversión de un célebre bandido llamado Lupo.
Desde su establecimiento en Nápoles en 1599 se convirtió en confesor de distintas mujeres de la alta nobleza de Nápoles.[1] Estas relaciones espirituales de Vincenzo acercaron a la alta nobleza a la Compañía de Jesús y llevaron al fomento de la fundación de nuevas instituciones jesuitas en el reino.[2]
Llegó a ser procurador de las obras de la casa profesa de Nápoles y aseguró para esta casa el patronazgo de su penitente Isabella della Rovere.[3]
Murió en su ciudad natal el 4 de marzo de 1642.[4]
Se conserva su retrato en el coro de la iglesia del Purgatorio de Massa Lubrense. El templo alberga la Congregación de la Muerte y la Oración fundada por el propio Vincenzo.[3]