El viejo Viscacha es un personaje del poema gauchesco Martín Fierro del escritor argentino José Hernández. Su nombre fue intencionalmente escrito por el autor con la letra "S", si bien en castellano el animal de referencia se escribe con "Z" (vizcacha).[1] Aparece en la segunda parte del poema, La vuelta de Martín Fierro, publicada en 1879. El viejo Viscacha es un anciano nombrado como tutor del segundo hijo de Martín Fierro, de quien se aprovecha amparado por la justicia local. El personaje se caracteriza por sus consejos inmorales, egoístas, misóginos, ventajistas y sin escrúpulos, que le imparte a su pupilo y lo hicieron célebre.
El viejo Viscacha | ||
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Personaje de Martín Fierro | ||
![]() "El viejo Viscacha dando sus consejos", ilustración de Charles Clérice publicada en la edición de 1894 de La vuelta de Martín Fierro. | ||
Primera aparición | Capítulo XIII, verso 2155 | |
Última aparición | Capítulo XVIII, verso 2744 | |
Causa/razón | • muerte por enfermedad | |
Creado por | José Hernández | |
Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Desconocido | |
Alias | Viscacha | |
Edad | Anciano | |
Nacionalidad |
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Residencia |
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Características físicas | ||
Sexo | Masculino | |
Información profesional | ||
Conexiones | Segundo hijo de Martín Fierro | |
Aparece en la segunda parte del poema Martín Fierro, La vuelta de Martín Fierro, publicada en 1879. El viejo Viscacha es un anciano nombrado como tutor del segundo hijo de Martín Fierro, de quien se aprovecha amparado por la justicia local. Hernández dedica cinco cantos al personaje, “El Viejo Viscacha”, “Consejos del Viejo Viscacha”, “Muerte del Viejo Viscacha”, “El inventario de sus bienes” y “El entierro”, habiéndose dicho que «constituyen un auténtico libro dentro del texto mayor que los presenta».[2]
El personaje se caracteriza por los consejos inmorales y sin escrúpulos que le imparte a su pupilo y lo hicieron célebre.[2][3] Algunos de los célebres consejos del viejo Viscacha se han vuelto parte del habla cotidiana en Argentina, como «hacete amigo del juez», «cada lechón en su teta es el modo de mamar» y «al que nace barrigón es al ñudo que lo fajen».