Vic[2][4] o Vich[3][4][5][6] (oficialmente en catalán: Vic; pronunciado bik en ambos idiomas)[7] es un municipio español, capital de la comarca de Osona, situado en la provincia de Barcelona, en la comunidad autónoma de Cataluña. Ha sido escrito tradicionalmente durante siglos en catalán como Vich, grafía que se conserva en el apellido. También hay localidades de igual nombre en Francia y Suiza. La población de Sentforas forma también parte del municipio desde los años 1940.
Vic | ||||
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municipio de Cataluña | ||||
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De izquierda a derecha y de arriba abajo: Plaza Mayor, templo romano, plaza de la Pietat, catedral de Vic, puente de Queralt y la vista aérea de Vic. | ||||
Ubicación de Vic en España | ||||
Ubicación de Vic en la provincia de Barcelona | ||||
País | España | |||
• Com. autónoma | Cataluña | |||
• Provincia | Barcelona | |||
• Comarca | Osona | |||
• Partido judicial | Vic[1] | |||
Ubicación | 41°55′49″N 2°15′16″E / 41.930379, 2.254575 | |||
• Altitud | 484 m | |||
Superficie | 30,92 km² | |||
Núcleos de población | 2 | |||
Población | 48 364 hab. (2023) | |||
• Densidad | 1421,86 hab./km² | |||
Gentilicio |
vicense[2] vigitano, -a vigatán, -a ausense ausetano, -a ausonense[3] | |||
Código postal | 08500 | |||
Alcalde (2023) | Albert Castells (Junts) | |||
Presupuesto | 53 717 017,45 € (2020) | |||
Patrón | Miguel de los Santos | |||
Sitio web | www.vic.cat | |||
Después que los musulmanes destruyeron la antigua ciudad de romana de Ausa, los supervivientes reconstruyeron apenas un barrio al cual llamaron Vicus Ausonensis (villa de los Ausetanos), que, abreviado, nos llega como Vich.[8] En un inventario del obispo de Vich de 1243 publicado por Jaime Villanueva, aparece Vich como Vici, en el español de la época.[9]
En 1538, Lorenzo de Padilla escribe Vich Bique[10] y aparece como Vique en el Memorial de Antonio Pascual, obispo de Vich (ca. 1694)[11] y en el decreto de Nueva Planta de Gobierno para el Principado de Cataluña de 1715.[12] Dicho uso Bique o Vique sigue la lógica del español al no poseer palabras que acaben en posición consonántica a diferencia de otros idiomas como el francés, catalán, u holandés, como en «roc/roque», «atac/ataque», «dic/dique», «Maastricht/Mastrique» y otros.[nota 1] El Prontuario de las ciudades, villas, lugares y parroquias que comprende la provincia de Cataluña, de 1815, especifica Vique.[12]
Sin embargo, aparece en el nomenclátor de 1789 como Vich,[12] que es el topónimo usado en los censos entre 1842 y 1981, según el Instituto Nacional de Estadística.[4] Por ejemplo, en 1884, Justin Pépratx llama Vich a la ciudad.[13]
Desde 1982 la forma oficial es Vic, topónimo en catalán adaptado a las normas ortográficas del Instituto de Estudios Catalanes. Esta normativa ortográfica de 1913 eliminó del catalán las haches mudas en final de palabra y en posición intervocálica para simplificar la ortografía. Otros casos análogos son los de Montjuich, Hostalrich y Reixach, que en la actualidad han pasado a escribirse en catalán Montjuïc, Hostalric y Reixac, respectivamente. En el uso actual del catalán estas haches finales mudas se conservan solamente en apellidos como, por ejemplo, Salarich, Blanch, March o Bosch.[14]
Se encuentra en medio de una planicie que lleva su mismo nombre, Plana de Vich, equidistante de Barcelona y Francia.
Es famosa por su persistente niebla en invierno que acaba por provocar un notable fenómeno de inversión térmica capaz de favorecer mínimas de hasta -10 °C y máximas cercanas a los 0 °C. en los episodios más notables. En verano las tormentas son muy habituales hasta el punto de invertir el mínimo de precipitaciones propio de los climas mediterráneos y favorecer la presencia de especies vegetales como el roble pubescente propias de los climas submediterráneos.
Existe conocimiento de Vic desde el siglo IV a. C., cuando con el nombre de Ausa era el centro de la tribu ibérica de los ausetanos. Más tarde, con la ocupación romana, se convirtió en ciudad tributaria. Muestra de su importancia es que llegó a ser municipio y que se construyó un templo en el siglo II d. C. en el punto más alto de la ciudad. En el período visigótico, Ausa fue sede episcopal y, concluida la invasión de los sarracenos, la ciudad fue destruida en el año 826 en la revuelta de Aisó contra los partidarios de los francos.
La repoblación de la Plana de Vich y la creación del condado de Osona por parte de Wifredo el Velloso en el año 878 posibilitó la reconstrucción de la antigua Ausa, de la cual solamente quedaron los muros del Templo Romano que se habían aprovechado para construir el castillo. La nueva población tomó el nombre de Vicus Ausonae, es decir, arrabal de Ausona, de donde derivó el nombre de Vich. Con la ciudad se restauró la sede episcopal y se construyó la Catedral en la parte baja. En 1038 el obispo Oliba consagró la catedral románica de la que se han conservado hasta nuestros días la cripta y el campanario.
En la época feudal la ciudad de Vich estuvo dividida en dos partidas, una inicialmente bajo la jurisdicción del obispo, el cual la traspasó al rey en 1316, y la otra bajo jurisdicción de los señores del Castillo: los Montcada. Esta división marcará la vida de la ciudad durante la época medieval, que crecerá alrededor de la Catedral, el Castillo y el Mercadal, y se verá rodeada por una muralla con torreones, reconstruida en el siglo XIV. En 1450, el rey Alfonso el Magnánimo compró a los descendientes de los Montcada su partida y unificó de este modo la ciudad.
La crisis de la Baja Edad Media, luchas entre facciones, de las que destacan las de los nyerros y cadells, y las guerras contra Francia, provocarán que la ciudad entre en un período de estancamiento. La derrota de los partidarios del archiduque de Austria en la Guerra de Sucesión en 1714 representó un revés para la ciudad, puesto que se había tomado partido a su favor desde el principio.
La reanimación económica y demográfica del siglo XVIII posibilitó el crecimiento de la ciudad, favoreció la aparición de importantes talleres de escultura y arquitectura y permitió la construcción de numerosos edificios civiles y religiosos, así como de la catedral actual.
Durante el siglo XIX los efectos de la guerra de la independencia y, posteriormente, de las guerras carlistas se sumaron a la crisis económica que representó el traslado de diversas industrias a la cuenca del río Ter. No obstante, la ciudad se recuperó gracias, entre otros factores, al impulso de la construcción y al ferrocarril que la unió con Barcelona en 1875. En esta época también se produjo un gran resurgimiento cultural con la puesta en marcha del Seminario que recuperaba la tradición de la antigua escuela catedralicia de la época medieval y de la Universidad Literaria de Vich del siglo XVII Entre los muchos estudiantes del Seminario hay nombres ilustres como el de Jaime Balmes, Antonio María Claret o Jacinto Verdaguer. Reunidos en torno de asociaciones como el Círculo Literario o Esbart de Vich,[15] ellos y muchos otros ayudaron con su obra a que Vich tuviera un papel eminente en el renacimiento literario y político de Cataluña.
Desde mediados del siglo XX, superada la posguerra, la ciudad fue recuperando el peso específico que había tenido tradicionalmente en Cataluña. En 1991 Vich fue escenario de un brutal atentado contra un cuartel de la Guardia Civil perpetrado con un coche-bomba por la organización terrorista ETA en el que se produjeron 10 muertos y cerca de 40 heridos, la mayoría de ellos civiles.
El 17 de septiembre de 2012 se declara territorio catalán libre y soberano por moción del ayuntamiento que ha contado con los votos de la CUP, ERC, ICV-EUiA, SI y CiU.[16]
Posee uno de los conjuntos medievales más sugestivos de Cataluña. La ciudad es también famosa por sus embutidos. Entre ellos sobresale el salchichón de Vich, pero el más conocido es una de sus variantes comerciales, el fuet. También cabe destacar que poseyó un coso taurino que fue derribado en 1966.
A causa del gran trabajo intelectual que Antoni Gaudí estaba haciendo a principios de 1910 y después de ver que la crítica no acababa de apreciar su arquitectura, Gaudí entró en una depresión nerviosa que le obligó a pasar un tiempo alejado del trabajo cotidiano.
Su amigo Torras i Bages informó del estado del arquitecto al padre jesuita Ignasi Casanovas, que se complació en recomendarle unos días de reposo en la ciudad de Vic, a unos 60 km de Barcelona.
Antoni Gaudí estuvo en Vic tres semanas del mes de mayo de 1910.
Pese a que su estancia tenía que ser de descanso total, no faltó el diseño de algún elemento arquitectónico que dejara su huella en la capital de la comarca de Osona. Por aquella época se iba a celebrar en Vic el centenario del nacimiento del filósofo catalán Jaime Balmes y de alguna manera llegó a manos de Antoni Gaudí la propuesta de diseñar unas farolas conmemorativas. Este se puso a trabajar y esbozó dos farolas de basalto tallado bastamente con brazos de hierro forjado de los que suspendían dos lámparas con las fechas del aniversario: 1810-1910. En lo alto de todo el conjunto se ubicó la típica cruz gaudiniana de cuatro brazos realizada también en hierro forjado retorcido como en los balcones de la Casa Milà de Barcelona.
Se inauguraron el 7 de septiembre de 1910, pero actualmente solamente quedan algunas fotografías que las recuerdan, puesto que en 1924 se decidió derruirlas.
Las explotaciones ganaderas y las industrias transformadoras del sector primario conviven con un tejido industrial muy diversificado, y con un sector comercial y de servicios en crecimiento. Es asimismo ciudad universitaria, lo que la convierte en un núcleo estudiantil muy activo que recibe estudiantes de toda la comarca de Osona y de otras del interior de Cataluña, sin olvidar un buen número de habitantes del área de Barcelona que acuden a la ciudad en tren. Su entramado peatonal de calles en el centro histórico está poblado de bares, restaurantes, asociaciones, talleres y oficinas que demuestran su vitalidad económica.
Desde 1989 organiza anualmente el "Mercat de Música Viva de Vic", una de las ferias musicales más importantes. Es una ciudad de Ferias y Mercados, el más tradicional de los cuales es el Mercat del Ram.
En la ciudad tiene su sede la Universidad de Vic.
Cuenta con una población de 48 364 habitantes (INE 2023).
Gráfica de evolución demográfica de Vic[17] entre 1842 y 2021 |
En estos Censos se denominaba Vich: 1842, 1857, 1860, 1877, 1887, 1897, 1900, 1910, 1920, 1930, 1940, 1950, 1960 y 1970. |
Nacionalidad | Hombres | Mujeres | Total | % | Proporción |
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Española | 16 428 | 17 398 | 33 826 | 71.1% | |
Extranjera | 7641 | 6078 | 13 719 | 28.9% |
1900 | 1930 | 1950 | 1970 | 1981 | 1986 | 2006 | 2007 | 2008 | 2010 | 2012 | 2014 | 2016 | 2018 | 2019 | 2022 |
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12 075 | 15 005 | 16 975 | 25 906 | 30 155 | 28 583 | 38 747 | 38 321 | 38 964 | 40 422 | 41 191 | 41 956 | 43 287 | 45 040 | 46 214 | 47545 |
Actual distribución del Ayuntamiento (2019)[19]
Partido político | Concejales |
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Junts per Catalunya (JxCat) | 11 |
Esquerra-Acord Municipal (ERC-AM) | 5 |
CUP-AMunt | 4 |
Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-CP) | 1 |
Si bien ya Vich sufrió el suplicio de mártires desde la persecución de los cristianos de Decio (249-251 d. C.), y si bien en antiguas noticias de la provincia hispana Tarraconense el obispo de Vic es uno de los primeros en aparecer, no ha sobrevivido el listado de primitivos obispos. El primero conocido de nombre es Cinidius, quien participó en un concilio de Tarragona y Gerona en 516.[8]
Desde 2003, el obispo de Vich es Román Casanova.[20]
Véase Lista de obispos de Vic
Vic mantiene una relación de hermanamiento con las siguientes ciudades: