El amorfino es un "párrafo corto versos" usualmente basados en percepciones, tradiciones locales y acontecimientos Es una parte muy importante de las tradiciones orales de la cultura manabita.[1][2]
Dentro del ámbito cultural, el amorfino, juega un papel fundamental en la transmisión de saberes, experiencias, ideas en forma de versos cortos. En tales indicios es posible rastrear la cosmovisión del pueblo montuvio. Ha formado parte de el patrimonio cultural manabita desde finales del segundo siglo de ocupación colonial española. Probablemente surgieron como amalgama, endoculturación y transculturación con correintes culturales de los esclavos africanos, pobladores locales y colonos españoles, ya que posee características similares a las coplas españolas. [3]
La tradición de recitar amorfinos está inmersa en la vida del campo. Cumple con la función de alargar la memoria colectiva, recuperando vivencias y condensándolos en versos cortos.[4] Los amorfinos fueron estudiados y reportados por primera vez en 1929, en el libro "Estudios folclóricos sobre el montuvio y su música" de Manuel de Jesús Álvarez.
Después de la llegada de los colonos españoles a
Anoche me fui por verte,
por encima del tejado,
salió tu mama y me dijo
por la puerta ¡desgraciado!
Dicen que el ají maduro
pica más que la pimienta,
así son las malas lenguas
que sin preguntarles cuentan.