Dedico mi trabajo a tender puentes entre turismo y literatura. Viajo lento, leo despacio y escribo con mapa al lado: así registro rutas, personas y paisajes, y los convierto en crónicas y guías que puedan servir tanto a quien planifica un itinerario como a quien busca una lectura íntima sobre los lugares. Mantengo un enfoque accesible, sin grandilocuencias, con gusto por los detalles cotidianos y por las historias que no suelen entrar en los folletos.
Comencé a publicar crónicas breves sobre caminos secundarios, ferrocarriles olvidados y barrios portuarios; con el tiempo, ese material se transformó en libros, cuadernos de campo y artículos para medios culturales. Alterno temporadas de desplazamiento con períodos de edición y docencia, donde reviso notas, organizo mapas y preparo talleres para lectoras y lectores que quieren escribir desde el viaje. He colaborado con proyectos de inventario patrimonial y con iniciativas de Wikivoyage orientadas a recorridos sostenibles.
Mi manera de escribir parte de caminatas y conversaciones. Prefiero itinerarios de baja velocidad —barrios, riberas, mercados— y textos que mezclen crónica, ensayo y apuntes prácticos. En mis cuadernos conviven horarios de ómnibus, glosarios locales y referencias literarias; esa mezcla me permite construir piezas que funcionan como guía y como relato. Evito el exotismo, privilegio la observación directa y cito fuentes locales siempre que es posible.