Campo de concentración de las Arenas
Campo estable. Ubicado en la finca Las Torres, en el mismo lugar en el que funcionó otro campo durante la guerra. Dependía del Ayuntamiento de Sevilla, estaba destinado a confinar indigentes y recibía el nombre de Las Arenas. Albergó a poco más de 300 prisioneros de los que murieron, al menos, 144. Operó entre septiembre de 1941 y el verano de 1942[1]
La intervención arqueológica en la fosa común de La Algaba (Sevilla) recupera los restos de 59 "mendigos" de los 144 que murieron de octubre de 1941 a agosto del 1942. pierde la vida casi la mitad de la población reclusa. Pero en la fosa del antiguo cementerio local no están todos los cuerpos: solo 59 de 144. El Ayuntamiento de La Algaba trabaja en la hipótesis de que exista otro enterramiento colectivo. análisis genético la Junta de Andalucía realice las pruebas de ADN como tanteo para poner nombre a los huesos del listado de víctimas que aportan los historiadores María Victoria Fernández Luceño y José María García Márquez. La exhumación ha sido realizada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi fueron llevados al citado campo por sus ideas de izquierdas o, simplemente, por ser pobres que ejercían la mendicidad en las calles de Sevilla después de la Guerra Civil, y fueron empleadas como mano de obra esclava en la construcción del Canal del Viar, en otras obras y en faenas agrícolas", Entre los huesos hay restos de cal. La muerte, en casos, obedece a enfermedades contagiosas. Hay evidencia de enterramientos en una suerte de cajones de madera que, a modo de infra ataúd, facilitan el transporte de los cuerpos. Alguno de estos contenedores a dos y hasta tres víctimas. No aparecen calzados ni restos de vestimenta. La tierra revela una práctica ausencia de objetos personales: apenas un anillo de latón, un botón de nácar, una prótesis ocular. El campo de concentración de Las Arenas está en el cortijo de Las Torres, en término de Guillena, justo donde en plena guerra civil ya funciona otro centro de reclusión para presos políticos. Tras la reconstrucción, el recinto empieza a funcionar el 7 de octubre del 41 bajo la dirección de Baltasar Pons Ramírez de Verger. Ese mes ya hay ocho muertos, que inauguran la fosa común en el antiguo cementerio de La Algaba. La provincia de Sevilla suma en torno a 20 de estos centros, muchos dependientes del Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas. Desde Los Merinales y La Corchuela (Dos Hermanas) a El Colector en Heliópolis y Los Remedios en la capital... O para trabajos forzados en el cortijo de Gambogaz (Camas), El Puntal (Isla Mayor), Las Turquillas (Osuna), La Azucarera y Casavacas (La Rinconada) o El Arenoso (Los Palacios), entre otros. Todos los presos son varones, con edades entre los 17 y 65 años. La mayoría son de Sevilla, con reos del resto de Andalucía o de Badajoz, Barcelona, Huesca, Las Palmas, Madrid, Pontevedra… a documentación oficial especifica la causa de las defunciones: desde fallo de las vías respiratorias como neumonía, bronquitis crónica o tuberculosis pulmonar a enfermedades infectocontagiosas de carácter epidémico, como tifus exantemático y paludismo. O muertes por problemas cardiovasculares, del aparato digestivo, renales… o por septicemia, meningitis, atresia y sífilis. El campo de concentración de Las Arenas queda declarado en 1942 como "zona siniestrada" y los presos vivos quedan reubicados en el albergue de la ciudad de Sevilla, como apunta el informe de la Sociedad de Ciencias Aranzadi.[2]
Asociación Comarcal Pro Memoria Democrática Vega Media del Guadalquivir se han logrado rescatar a algunos familiares[3]
En ninguno de los casos se encontrarán orificios de salida ni fusilados, como ocurre en la mayoría de fosas.
aplicación de la ley de vagos y maleantes
a represión fascista construye por todo el país una red con más de 300 campos de concentración,
abierto entre los años 1941 y 1942, llegando a albergar hasta 278 reclusos, y es considerado por muchos historiadores como un verdadero campo de exterminio Estas víctimas de la represión de la dictadura militar habían nacido en localidades de las ocho provincias andaluzas y en municipios de las provincias de Badajoz, Albacete, Alicante, Barcelona, Ciudad Real, Las Palmas de Gran Canaria, Palencia, Pontevedra, Toledo y Zaragoza, así como en varias localidades de Portugal y Orán (Argelia).En total, hay víctimas de 89 localidades: 86 españolas (66 de Andalucía, 1 de ellos de La Algaba), dos portuguesas y una argelina. subvención de 18.000 euros concedida por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) al Ayuntamiento algabeño[4]
Lema oficial mdel campo “albergue y trabajo a los mendigos reincidentes” y evitar “las enfermedades infecto-contagiosas que podían propagar”Ninguno de los reclusos tenía filiación política ni delitos de ninguna clase.a pesar del interés y la necesidad familiar de contar con ellos y de tener recomendación de miembros de Falange, no podían salir del campo”el terrateniente Don Juan Vázquez de Pablo cedería las tierras al ayuntamiento sevillano según encontró la oinvestigadora María Victoria Fernández Luceño.el director del campo, Baltasar Pons Ramírez de Verger, anterior director de la presa de la Ribera de Huelvacontratado expresamente por la mano de hierro que ejercía sobre los campesinos en pleno tajo.Luceño afirma que “la primera asignación al campo fue de 12.000 pesetas mensuales, de acuerdo a la Comisión Municipal Permanente celebrada el 4 de septiembre de 1941 en el Consistorio”La mayoría de ellos provenían de la ciudad de Sevilla 17 mas joven 60 mas viejoAntonio Rodríguez Antúnez, originario de Santarém (Portugal), con 47 años de edad y fallecido en enero de 1942. O el curioso caso de Manuel Juan García, natural de Orán (Argelia) con tan solo 44 años, viudo y fallecido en febrero de 1942.El decreto de cierre de las Arenas vino provocado por una grave epidemia de tifus exantemático. En abril de 1942, los expedientes del campo comenzaron a desaparecer. Baltasar, el director, fue cedido del cargo. Tres meses más tarde, al ayuntamiento escapaba del control de los presos del campo que morían en decenas. Su cierre total llegaría ese mismo verano.[5]