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Este pacto de Estado, que lleva tiempo siendo reclamado por la sociedad civil, es la oportunidad para definir una hoja de ruta nacional ambiciosa, basada en la ciencia y a la altura de las circunstancias contra la emergencia climática que se está cobrando ya tantas vidas.
Desde la oposición, el Partido Popular ha considerado la iniciativa como «una cortina de humo con la que el presidente del gobierno pretende ideologizar, confrontar y polarizar a la sociedad española».[3]