31 de agosto de 2016 (8 años)
La migración andaluza en Cataluña en el siglo XX tuvo un crecimiento vertiginoso pasó desde 70.000 habitantes nacidos en Andalucía que había en 1930 hasta superar 840.000 en 1970, cuando Cataluña contaba con poco más de 5.000.000 de habitantes.
No existió una tradición genérica de emigración en Andalucía en el siglo XX hasta finalizar la guerra civil, incluso algunas áreas del territorio como Sevilla, Huelva y Cádiz tuvieron un saldo migratorio positivo en el periodo previo a la guerra y solo se vivió un traslado desde zonas rurales hasta las ciudades próximas. La excepción a este hecho fue la provincia de Almería que tuvo ya un gran éxodo desde 1915 que tuvo su origen en una crisis irreversible de la minería y en el retroceso de la viña, cuyo punto de destino fue fundamentalmente Barcelona y su entorno que demandaba mano de obra por las exportaciones provocadas por la primera guerra mundial y el nuevo urbanismo de la capital catalana. Esta migración fue integrada dentro del grupo de murcianos y valencianos mayoritario en ese periodo.[1]
La primera oleada de emigración a Cataluña desde Andalucía se vivió al terminar la guerra civil española, en años de represión política y hambruna, con falta de mano de obra en las ciudades industriales de Cataluña, debido a la muerte, encarcelamiento y el exilio y la búsqueda de mayor anonimato.
destacan que las diferencias salariales y en oportunidades de empleo, así como los costes de desplazamiento e inserción en los destinos, como los elementos determinantes de la emigración durante este periodo.[2]
En el artículo 46 de la Constitución republicana de 1931[3], se estableció la responsabilidad del Estado de crear un sistema plenamente desarrollado, entre otros, de seguro de enfermedad obligatorio. En 1936, se presentó un proyecto de ley de un sistema unificado de seguros sociales, pero el estallido de la Guerra Civil impidió la aprobación definitiva de la disposición.[4]
El proyecto republicano de seguro de enfermedad fue un claro precedente del sistema establecido de seguro por la ley de 1942, en lo que hace referencia a financiación, coberturas, tipo y duración de las prestaciones y organización de la gestión. El entonces ministro, Girón de Velasco, reconoció, años después, que el proyecto republicano se había vuelto a "sacar del cajón". En definitiva, lo que empezó como proyecto de un ministro socialista de la Segunda República acabó aprobado por un ministro falangista en el franquismo.[5]
El Fuero del Trabajo de 1938, volvió a reconocer como derecho del trabajador la previsión social.
ver resumen final tesis
Los hitos más importantes en la historia de las prestaciones sociales, que concluyeron con la creación en 1942 del Seguro Obligatorio de Enfermedad, fueron:
Al inicio del siglo XX, las demandas de los obreros fabriles que se mantenían fuertemente asociados, de mejora de los seguro de enfermedad privado, provocó e intensificó el desarrollo de las asociaciones mutualistas que prestaban estos servicios sanitarios y que fueron importantes en los primeros años del Seguro Obligatorio de Enfermedad.
Similitudes con el modelo republicano[6] por pagina 120 para empezar Papel del inp, que por encima de cambios políticos supo dar una cierta continuidad a la previsión social en España y [7]
Pío XII | ||
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País | España | |
• Com. autónoma | Andalucía | |
• Provincia | Sevilla | |
• Ciudad | Sevilla | |
• Distrito | Macarena | |
Sitio web | 37°24'16"N 5°58'41"W |
es un barrio de Sevilla, España, perteneciente al distrito Macarena. Está situado en la zona sureste del distrito y limita al norte con la ronda de Pio XII al oeste, con la avenida de Miraflores y al sur, con el barrio de Santa Cruz. Al este, la calle Recaredo y la avenida Menéndez Pelayo lo separan del distrito Nervión.
Recibe la denominación de Pío XII por la promción que da nombre al barrio que inició su construcción en 1958, año de fallecimiento del papa Pío XII.
El núcleo que da nombre al barrio fue una promoción del Real Patronato de Casas Baratas que se construyó, entre 1956 y 1962 sobre los terrenos de las antiguas huertas del Lavadero Grande y de la Cofradía, y parte de las de la Yesca y del Lavadero Chico.
No se estructura sobre un viario regular, sino que en su composición predominan los conjuntos de bloques que se disponen dejando espacios abiertos y
calles peatonales entre ellos; las vías perimetrales canalizan el tráfico de acceso al barrio. Las calles interiores son en general tranquilas y de escaso movimiento, unas están asfaltadas y dotadas de arbolado, mientras que las transversales a éstas son peatonales. La edificación está constituida por bloques, con predominio de cuatro plantas. Posee una parroquia, la de Santa María de las Flores.
Anual/Laboratorio |
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Ignacio Sala Garrigó (1686-1754) fue un ingeniero y militar español. Tuvo una dilatada experiencia en la construcción militar durante la primera mitad del siglo XVIII. También demostró su dominio en el campo de la ingeniería con la publicación de una serie de obras científicas relevantes. Fue gobernador y comandante general de Cartagena de Indias, con el grado de teniente general de y mariscal de Campo, con la encomienda de supervisar las fortificaciones dañadas en el ataque inglés de 1741.[8]
Su padres eran Andreu Sala y Francesca Garrigó. Inició su carrera militar en Cataluña durante la Guerra de Sucesión, como ingeniero voluntario. Con la creación del Real Cuerpo de Ingenieros, por Real decreto de Felipe V expedido en Zaragoza el 17 de abril de 1711, se integró en él como ingeniero en segundo con el grado de capitán, a las órdenes del Jorge Próspero de Verboom, que había sido el promotor de la creación de este nuevo Real Cuerpo.
En 171, fue destinado por primera vez a Cádiz donde elaboró un proyecto de fortificación del “Frente de Tierra” y otro general de la plaza. También se le encomendaron las obras del Arsenal de Marina en La Carraca y del puente de Zuazo, proyecto, este último, de gran importancia, ya que representaba la única conexión entre Cádiz y la isla de León. No le daría tiempo para realizar ambos proyectos, al ser enviado sucesivamente a Zaragoza, Pamplona y Guipúzcoa. En 1718, fue ascendido al cargo de ingeniero en jefe con grado de teniente coronel
En 1748 fue ascendido a teniente general y mariscal de campo y destinado como gobernador y comandante general de la plaza y provincia de Cartagena de Indias. Su nombramiento respondía a la urgente necesidad de reestructurar el recinto amurallado de la ciudad que había sido afectado por el ataque inglés de 1741. En esta ciudad mantuvo disputas técnicas con el también ingeniero militar Juan Bautista Mac-Evan sobre la estrategia defensiva del paso de Bocachica en el puerto de Cartagena, que le llevaron a pedir su relevo de la ciudad colombiana en 1753 para marchar rumbo a Panamá hasta volver definitivamente a la península ibérica en 1754, donde falleció.[8]
La ciudad de Sevilla ha sufrido inundaciones de forma periódica que la han asolado desde los tiempos más remotos. Hasta bien entrado el siglo XX el núcleo urbano no quedó a salvo de las riadas, después de la realización de grandes obras de defensa, desvío y canalizaciones ejecutadas en ese periodo.
[[La actividad del banco se dirigió inicialmente al depósito de monedas que acreditaba en cuenta y facilitaba las transacciones de los comerciantes como banco de pago que hacía innecesario el movimiento físico de las monedas en los pagos y que se realizaba mediante una simple anotación en cuenta. Mantenía unas reservas guardadas del cien por cien de los monedas depositadas por sus clientes y no otorgaba préstamos con estos fondos. Posteriormente y con el paso del tiempo comenzó a otorgar préstamos a la ciudad de Ámsterdam y a la Compañía de las Indias Orientales.|a]]