2022 fue proclamado Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales (IYAFA 2022, por sus siglas en inglés) por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 5 de diciembre de 2017 mediante la Resolución A/RES/72/72.[1] La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) fue designada como organismo coordinador de esta conmemoración, en colaboración con otras entidades del sistema de Naciones Unidas y organizaciones regionales e internacionales.
El objetivo principal del IYAFA 2022 fue reconocer la contribución de la pesca y la acuicultura artesanales al bienestar humano, la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza, así como a la gestión sostenible de los recursos acuáticos y marinos. Se destacó el papel desempeñado por pescadores y acuicultores artesanales en la producción de alimentos saludables y nutritivos, la generación de empleo y la conservación de los ecosistemas marinos y de agua dulce.[2][3]
Durante el año 2022, se desarrollaron numerosas actividades para visibilizar y fortalecer el papel de la pesca y la acuicultura artesanales. La FAO y organismos asociados realizaron campañas de sensibilización dirigidas a gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, comunidades pesqueras y el público en general, con el fin de resaltar la importancia de este sector en la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible. En este contexto, se promovieron políticas públicas orientadas a mejorar la gobernanza pesquera y a garantizar los derechos de los pescadores y acuicultores artesanales, especialmente en comunidades costeras y rurales.
Entre los eventos desarrollados a nivel global y regional se encontraron conferencias, foros y talleres, con la finalidad de intercambiar conocimientos y experiencias entre expertos, líderes comunitarios y formuladores de políticas. Algunos de los temas abordados el acceso a mercados, la equidad de género en la pesca, la gestión sostenible de los recursos y la adaptación al cambio climático. Asimismo, segun los organizadores, se establecieron alianzas entre actores gubernamentales e instituciones internacionales para mejorar los sistemas de producción y comercialización de productos pesqueros artesanales.
Un enfoque destacado durante el año fue la promoción del acceso a financiamiento y tecnología destinados a mejorar las condiciones laborales y la calidad de vida en comunidades pesqueras y acuícolas. Se promovieron inversiones en infraestructuras, mercados locales y formación técnica dirigida a pescadores y acuicultores. También se impulsó la adopción de prácticas responsables y tecnologías sostenibles para reducir el impacto ambiental de las actividades del sector.
La participación de los propios pescadores y acuicultores en la planificación y ejecución de iniciativas fueron componentes centrales del IYAFA 2022. Según los organizadores, se apoyaron procesos participativos que incluyeron a mujeres, jóvenes, pueblos indígenas y pequeños productores en la toma de decisiones sobre el futuro del sector. De esta manera, se promovió la inclusión social y la resiliencia de las comunidades pesqueras, fortaleciendo su papel como actores clave en la economía azul y en la seguridad alimentaria global.[2][3]
2017 fue proclamado Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la resolución 70/193, aprobada el 22 de diciembre de 2015 durante su septuagésimo período de sesiones.[4] La iniciativa fue impulsada por la Organización Mundial del Turismo (OMT) con el objetivo de resaltar el papel del turismo sostenible como motor del desarrollo, especialmente en los países en desarrollo, y su contribución a la erradicación de la pobreza, la protección del medio ambiente y el empoderamiento económico de mujeres y jóvenes. La proclamación se basó en la importancia reconocida del turismo bien gestionado como factor clave en las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental, en línea con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).[5][6][7][8]
Durante el año, la OMT, en colaboración con gobiernos, organizaciones del sistema de Naciones Unidas, entidades internacionales y regionales, coordinó numerosas iniciativas y programas dirigidos a promover prácticas turísticas sostenibles. Se desarrollaron proyectos de capacitación, campañas de sensibilización y foros internacionales que subrayaron la necesidad de integrar la sostenibilidad en el turismo. Se alentó a los Estados miembros a implementar medidas que fomentaran el ecoturismo, preservaran la biodiversidad y generaran empleo digno, especialmente en comunidades vulnerables. La financiación de estas actividades se basó en contribuciones voluntarias de diversas fuentes, incluidas entidades privadas, sin afectar los presupuestos regulares de las Naciones Unidas. La OMT presentó un informe detallado sobre el impacto de este Año Internacional durante el septuagésimo tercer período de sesiones de la Asamblea General,[9] evaluando los avances y desafíos en la promoción del turismo sostenible como herramienta de desarrollo global.[5][6][7][8]
2011 fue proclamado como Año Internacional de los Bosques por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de diciembre de 2006.[10] Esta designación fue impulsada con el objetivo de destacar la importancia de los bosques para la vida en la Tierra, subrayar la necesidad de su conservación y fomentar su ordenación sostenible. La iniciativa tuvo como lema central "Los bosques para las personas", destacando el vínculo esencial entre los ecosistemas forestales y el bienestar humano.
Los bosques, que abarcan el 31 % de la superficie terrestre, albergan una vasta biodiversidad y son esenciales para la subsistencia de más de 1.600 millones de personas, especialmente en las regiones más vulnerables del mundo. Sin embargo, estos ecosistemas enfrentan una alarmante reducción debido a la deforestación, la conversión de tierras para la agricultura y otros usos, y los efectos del cambio climático.[11][12]
La ONU, en colaboración con la FAO y otros organismos internacionales, impulsó una serie de actividades a nivel global para sensibilizar sobre la relevancia de los bosques y su papel en la mitigación del cambio climático, la preservación de la biodiversidad y la promoción del desarrollo sostenible. Entre las iniciativas mas destacadas se incluyeron campañas educativas, conferencias internacionales y la creación de alianzas estratégicas para el financiamiento y la implementación de programas de conservación.
En el marco de esta celebración, los Estados miembros fueron alentados a crear comités nacionales y desarrollar planes de acción específicos para proteger sus recursos forestales. También se promovió la certificación de productos derivados de los bosques a través de estándares como el Consejo de Administración Forestal (FSC por sus siglas en inglés), que garantiza prácticas de manejo sostenible.
La FAO publicó ediciones especiales de sus informes y recursos visuales, como la revista Unasylva, para mostrar la relación intrínseca entre los bosques y diversas actividades humanas, desde la seguridad alimentaria hasta la mitigación de desastres naturales. Además, el año sirvió para proponer la creación de un Día Internacional de los Bosques, una fecha que posteriormente fue establecida en 2012 y que se celebra cada 21 de marzo como recordatorio anual de las iniciativas y compromisos desarrollados.[11][12]
El año 1993 fue proclamado Año Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1990 y reafirmado el 14 de diciembre de 1992.[13] Este año fue dedicado a destacar y fortalecer la cooperación internacional en áreas clave como los derechos humanos, el medio ambiente, el desarrollo sostenible, la educación y la salud de las comunidades indígenas. Bajo el lema Las poblaciones indígenas - Una nueva alianza, el objetivo central fue resaltar la importancia de las culturas indígenas y fomentar su inclusión en el desarrollo sostenible.[14]
Durante este año, se instó a los gobiernos y a las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales a desarrollar políticas de apoyo y a fortalecer el marco institucional para la implementación de las metas establecidas. Se organizó un programa de actividades que incluyó la promoción de los derechos de las poblaciones indígenas,[15] la mejora de la disponibilidad de datos socioeconómicos, y la coordinación de acciones para abordar las necesidades específicas de estas comunidades. El Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas[16] desempeñó un papel crucial en la elaboración de un proyecto de declaración universal sobre los derechos de los pueblos indígenas. Además, se estableció un fondo de contribuciones voluntarias para financiar las actividades del año, alentando la participación de gobiernos y organizaciones.[13][14]
La Semana del Desarme se celebra a partir del 24 de octubre desde 1978 fue establecida en ese mismo año por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La Semana del Desarme fue instituida el 30 de junio de 1978 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través del Documento Final del período extraordinario de sesiones sobre el desarme,[17] con el propósito de fomentar el conocimiento y la comprensión de los temas de desarme, subrayando su relevancia para la paz y la seguridad internacional. La proclamación se enmarca en los esfuerzos de las Naciones Unidas por reducir la amenaza de las armas de destrucción masiva y promover la estabilidad mundial mediante el control de armas. Posteriormente, en 1995, la Asamblea General, mediante la resolución 50/72 B,[18] hizo un llamado a gobiernos y organizaciones no gubernamentales para que colaboraran en la celebración, con el fin de fortalecer la conciencia pública sobre la importancia del desarme y los beneficios de un mundo más seguro y pacífico.[19]
Esta semana se celebra anualmente a partir del 24 de octubre, coincidiendo con el aniversario de la fundación de las Naciones Unidas, una fecha emblemática que destaca el compromiso de este organismo con la paz mundial. La primera conmemoración tuvo lugar en 1978,[20] y desde entonces, esta semana se dedica a la reflexión y promoción de políticas orientadas al desarme, el control de armamentos y la no proliferación. Durante la celebración, se organizan conferencias, foros y actividades de sensibilización a nivel mundial. Estas actividades buscan difundir los peligros que supone el exceso de armamento y el comercio ilícito de armas convencionales, así como los riesgos asociados a las tecnologías emergentes en armamento, impulsando un diálogo abierto sobre las soluciones y estrategias para construir un futuro común más seguro.[19]
La Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra del 1 al 7 de agosto desde 1992 y fue establecida en ese mismo año por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y en colaboración con la Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA) en 1991.
La Semana Mundial de la Lactancia Materna fue concebida en 1991 por WABA [21]en colaboración con la OMS y UNICEF, y desarrollada como una campaña global para promover y apoyar la lactancia materna en todo el mundo,[22] basándose en la Declaración de Innocenti de 1990,[23] con el fin de sensibilizar sobre los beneficios de la lactancia y promover entornos favorables para que las madres puedan amamantar, tanto en la comunidad como en el lugar de trabajo. En 2018, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una resolución que refrendó esta campaña como una estrategia clave de promoción de la salud. Además, la campaña se ha alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) desde 2016, integrando temas anuales como sistemas de salud, apoyo comunitario, trabajo y ecología.
Un hito adicional en esta iniciativa fue la Declaración de Innocenti de 2005,[24] que se aprobó con motivo del 15 aniversario de la declaración original de 1990. Esta nueva versión amplió a 9 los principios dedicados a la protección, fomento y apoyo de la lactancia materna y también incluyó las prácticas de alimentación infantil en su totalidad. Subrayó las responsabilidades de todas las partes interesadas y la necesidad de crear un entorno que permitiera a las madres tomar decisiones informadas sobre la lactancia.[25]
Esta semana se celebra del 1 al 7 de agosto, una fecha que fue elegida en conmemoración de la Declaración de Innocenti de 1990, que estableció compromisos globales para proteger y promover la lactancia materna. La primera celebración tuvo lugar en 1992,[26] organizada por WABA,[27] y desde entonces se realiza anualmente con un lema específico que varía cada año para enfocar temas relevantes como el apoyo a las madres en el lugar de trabajo y la comunidad.[28] Durante esta semana se llevan a cabo diversas actividades, incluyendo campañas de concienciación, talleres educativos y programas de apoyo a las madres para fomentar la lactancia exclusiva en los primeros seis meses de vida del niño. La campaña también promueve la creación de políticas públicas y legislaciones que protejan el derecho a amamantar.
OK salvo pequeña cosa de redacción wikidasher 15:24 14 oct 2024 (UTC)
La Semana Mundial de la Inmunización se celebra del 24 al 30 de abril desde 2012 y fue proclamada por la Organización Mundial de la Salud en el mismo año.
La Semana Mundial de la Inmunización fue proclamada oficialmente por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2012. La iniciativa fue promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de aumentar la concienciación sobre la importancia de las vacunas en la prevención de enfermedades infecciosas y promover su aplicación a nivel mundial.[61] Esta celebración crea una plataforma global para impulsar la colaboración entre países y regiones, reforzando la necesidad de alcanzar una cobertura de inmunización equitativa, especialmente en las poblaciones más vulnerables. La meta principal es reducir la incidencia de enfermedades prevenibles mediante vacunación, que actualmente evita entre 2 y 3 millones de muertes al año.[62][63]
Se celebra anualmente del 24 al 30 de abril. Esta fecha fue seleccionada para coordinar los esfuerzos a nivel global durante la última semana de abril y unificar las campañas que previamente se realizaban en distintas regiones del mundo en diferentes fechas. La primera celebración simultánea tuvo lugar en 2012 con la participación de más de 180 países y territorios.[61] Desde entonces, se han organizado actividades como campañas de información pública, talleres educativos y jornadas de vacunación masiva, destinadas a incrementar las tasas de inmunización y reducir el número de niños que no reciben las vacunas básicas. Además, la OMS y otros organismos internacionales impulsan la difusión de mensajes sobre la seguridad y efectividad de las vacunas, combatiendo la desinformación que contribuye a las bajas tasas de inmunización en algunos lugares.[63][64]