Paul Naim Berg | ||
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Información personal | ||
Nacionalidad | estadounidense | |
Educación | ||
Educado en |
Universidad Case Western Reserve Universidad Estatal de Pensilvania | |
Información profesional | ||
Área | Bioquímica | |
Conocido por | Bioquímica de ácidos nucleicos y ADN recombinante | |
Empleador |
Universidad Stanford Universidad Washington en San Luis | |
Distinciones | Premio Nobel de Química (1980) |
Paul Naim Berg (Nueva York, 30 de junio de 1926-Stanford, 15 de febrero de 2023)[1] fue un bioquímico y profesor estadounidense en la Universidad de Stanford (en California). Recibió el Premio Nobel de Química en 1980, junto con Walter Gilbert y Frederick Sanger. El premio reconocía sus contribuciones a la investigación básica sobre los ácidos nucleicos.
Berg cursó sus estudios universitarios en la Universidad Estatal de Pensilvania, donde se especializó en bioquímica. Se doctoró en bioquímica en la Universidad Case Western Reserve en 1952. Berg trabajó como profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y en la Escuela de Medicina de la Universidad Stanford, además de ser director del Centro Beckman de Medicina Molecular y Genética. Además del Premio Nobel, Berg recibió la Medalla Nacional de la Ciencia en 1983 y la Medalla de la Biblioteca Nacional de Medicina en 1986. Berg es miembro del Consejo de Patrocinadores del Bulletin of the Atomic Scientists.
Berg nació en Brooklyn, Nueva York, hijo de una pareja de inmigrantes judíos rusos, Sarah Brodsky, ama de casa, y Harry Berg, fabricante de ropa. Berg se graduó en el Abraham Lincoln High School en 1943,[2] se licenció en bioquímica por la Penn State University en 1948 y se doctoró en bioquímica por la Case Western Reserve University en 1952. Es miembro de la fraternidad Beta Sigma Rho (ahora Beta Sigma Beta).[3]
Tras completar sus estudios de posgrado, Berg pasó dos años (1952-1954) como becario posdoctoral de la American Cancer Society, trabajando en el Instituto de Citofisiología de Copenhague (Dinamarca) y en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, y pasó un tiempo adicional en 1954 como becario de investigación sobre el cáncer en el Departamento de Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington. Durante su estancia en la Universidad de Washington trabajó con Arthur Kornberg.[4] Berg también fue titular de una beca de investigación en Clare Hall, Cambridge.[5] Fue profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington desde 1955 hasta 1959. Después de 1959, Berg se trasladó a la Universidad de Stanford, donde enseñó bioquímica desde 1959 hasta el año 2000 y fue director del Centro Beckman de Medicina Molecular y Genética desde 1985 hasta el año 2000. En el año 2000 se retiró de sus cargos administrativos y docentes, pero continuó activo en la investigación.[6]
Los estudios de postgrado de Berg incluyeron el uso de trazadores radioisotópicos para estudiar el metabolismo intermediario. Esto dio lugar a la comprensión de cómo los alimentos se convierten en materiales celulares, mediante el uso de carbonos isotópicos o átomos de nitrógeno pesados. El trabajo de doctorado de Paul Berg se conoce ahora como la conversión del ácido fórmico, el formaldehído y el metanol en estados totalmente reducidos de los grupos metilo de la metionina. También fue uno de los primeros en demostrar que el ácido fólico y los cofactores de la vitamina B12 tenían funciones en los procesos mencionados.
Podría decirse que Berg es más famoso por su trabajo pionero sobre el empalme de genes del ADN recombinante.[7] Berg fue el primer científico que creó una molécula que contenía ADN de dos especies diferentes insertando ADN de otra especie en una molécula. Esta técnica de empalme de genes fue un paso fundamental en el desarrollo de la ingeniería genética moderna. Tras desarrollar la técnica, Berg la utilizó para sus estudios de los cromosomas víricos.[8]
Actualmente, Berg es profesor emérito de Stanford.[9] A partir del año 2000, dejó de investigar activamente para centrarse en otros intereses, como la participación en la política pública de cuestiones biomédicas relacionadas con el ADN recombinante y las células madre embrionarias y la publicación de un libro sobre el genetista George Beadle.
Berg es miembro del Consejo de Patrocinadores del Bulletin of the Atomic Scientists.[10] También fue uno de los organizadores de la conferencia de Asilomar sobre el ADN recombinante en 1975. El año anterior, Berg y otros científicos habían pedido una moratoria voluntaria sobre ciertas investigaciones con ADN recombinante hasta que se pudieran evaluar los riesgos. Aquella influyente conferencia sí evaluó los peligros potenciales y estableció directrices para la investigación biotecnológica. Puede considerarse una de las primeras aplicaciones del principio de precaución.
Berg recibió la mitad del Premio Nobel de Química de 1980, mientras que la otra mitad fue compartida por Walter Gilbert y Frederick Sanger. Berg fue reconocido por "sus estudios fundamentales de la bioquímica de los ácidos nucleicos, con especial atención al ADN recombinante", mientras que Sanger y Gilbert fueron honrados por "sus contribuciones relativas a la determinación de las secuencias de bases en los ácidos nucleicos."[11]
Fue elegido miembro de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias y de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos en 1966. En 1983, Ronald Reagan le concedió la Medalla Nacional de la Ciencia. Ese mismo año fue elegido miembro de la American Philosophical Society.[12] En 1989, recibió el Golden Plate Award de la American Academy of Achievement. En 1992 fue elegido miembro extranjero de la Royal Society (ForMemRS). En 2005 fue galardonado con el Biotechnology Heritage Award por la Biotechnology Industry Organization (BIO) y la Chemical Heritage Foundation.[13] En 2006 recibió el premio Carl Sagan de Wonderfest a la divulgación científica.[14]
Predecesor: Herbert C. Brown Georg Wittig |
1980 |
Sucesor: Ken'ichi Fukui Roald Hoffmann |
2014 fue proclamado Año Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la resolución A/RES/68/12, aprobada el 26 de noviembre de 2013.[1] Esta designación reafirmó el compromiso permanente de las Naciones Unidas con la cuestión palestina[2] hasta su resolución completa y satisfactoria conforme a la legalidad internacional.[3]
Si bien la iniciativa recibió un amplio respaldo dentro del sistema de las Naciones Unidas y fue acogida favorablemente por numerosos Estados y organizaciones, algunos Estados miembros expresaron reservas. Durante la 58ª sesión plenaria de la Asamblea General, la resolución A/RES/68/12 fue aprobada con 110 votos a favor, 7 en contra y 56 abstenciones. Países como Estados Unidos, Canadá, Australia, Israel, Micronesia, Islas Marshall y Palaos votaron en contra, manifestando preocupaciones respecto a un posible enfoque unilateral de la resolución, al centrarse exclusivamente en la causa palestina sin abordar integralmente las responsabilidades compartidas en el conflicto. Estas diferencias reflejan las tensiones diplomáticas y la diversidad de perspectivas sobre el papel que debe desempeñar la ONU en la búsqueda de una solución justa y duradera al conflicto israelí-palestino.[4]
El objetivo central de este año conmemorativo fue movilizar la solidaridad y el respaldo de la comunidad internacional hacia el pueblo palestino en su lucha por la autodeterminación y la creación de un Estado independiente. La proclamación enfatizó el compromiso con una solución pacífica basada en las resoluciones pertinentes de la ONU, los principios de la Conferencia de Madrid, la Iniciativa de Paz Árabe y la hoja de ruta del Cuarteto para una solución biestatal.[2]
Durante 2014, se llevaron a cabo diversas actividades en cooperación con gobiernos, organismos de las Naciones Unidas, organizaciones intergubernamentales y la sociedad civil. Estas iniciativas buscaron generar conciencia sobre la situación de la población palestina, promover su derecho a la libre determinación y fortalecer la solidaridad internacional en un contexto de inestabilidad política y crisis humanitaria, marcado por el bloqueo a Gaza, la expansión de asentamientos y recurrentes enfrentamientos armados.
El Comité para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino lideró la organización de eventos, con el apoyo del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, incentivándose la participación de parlamentos, organizaciones internacionales y actores de la sociedad civil para coordinar esfuerzos en favor de su causa.
Las actividades conmemorativas incluyeron conferencias, seminarios y campañas de sensibilización en distintas partes del mundo. La ONU también alentó la cooperación con la Comisión de Conciliación de las Naciones Unidas para Palestina[5] y otros órganos vinculados a la causa palestina. Se promovió la difusión del informe del Comité para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino entre los órganos de la ONU, para facilitar la adopción de medidas adecuadas en favor de la autodeterminación de la población palestina[3]
2015 fue proclamado Año Internacional de la Luz y las Tecnologías Basadas en la Luz por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la resolución 68/221, aprobada el 20 de diciembre de 2013. La iniciativa fue impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), con el respaldo del Consejo Ejecutivo de la UNESCO en su 190ª reunión y aprobado en la 37ª reunión de la Conferencia General el 19 de noviembre de 2013.[6] Este año conmemorativo tuvo como objetivo principal reconocer la importancia fundamental de la luz y las tecnologías ópticas en la vida cotidiana, el desarrollo sostenible, la energía, la salud, la educación y la cultura. Además, se buscó destacar hitos científicos significativos, como los trabajos de Ibn Al-Haytham en óptica, las teorías de Fresnel, Maxwell y Einstein, y avances contemporáneos en telecomunicaciones ópticas.[7][8][9]
Durante el año, se llevaron a cabo múltiples actividades a nivel global para promover la concienciación sobre el papel esencial de la luz en diversos sectores, desde la medicina y las comunicaciones hasta la astronomía y el arte. La UNESCO, en colaboración con gobiernos, organizaciones académicas, el Consejo Internacional para la Ciencia y entidades no gubernamentales, facilitó la organización de eventos educativos, exposiciones y talleres dirigidos especialmente a jóvenes y comunidades en países en desarrollo. Un aspecto crucial fue el empoderamiento de las mujeres en la ciencia y la promoción de la enseñanza de disciplinas científicas. Las actividades fueron financiadas principalmente mediante contribuciones voluntarias, incluyendo aportes del sector privado, asegurando que no se comprometieran los fondos obligatorios de la ONU. Este año también sirvió como plataforma para fomentar la cooperación internacional y mejorar el acceso a los conocimientos y avances relacionados con la ciencia de la luz y las tecnologías ópticas, contribuyendo así a los Objetivos de Desarrollo del Milenio y al desarrollo sostenible global.[7][8][9]
José Antonio Molina Sánchez (Murcia, España, 20 de junio de 1918 - ibidem, 16 de diciembre de 2009) fue un pintor español que formó parte de la generación de posguerra, vinculado a la pintura murciana del siglo XX. Su obra combinó elementos tradicionales y modernos, con una evolución estilística que abarcó desde la figuración objetiva hasta una pintura con influencias espiritualistas. Su producción incluyó una notable presencia de figuras angelicales y estuvo influida por el arte renacentista, así como por diversas corrientes europeas contemporáneas.[1][2]
Molina Sánchez nació en Murcia en el seno de una familia acomodada. Su padre, practicante de medicina, falleció cuando el artista tenía cinco años y poco después perdió también a su madre, Remedios Sánchez Abellán. Quedó al cuidado de su familia materna y paterna, alternando entre un entorno intelectual y otro de raíces populares. Desde temprana edad mostró interés por el arte, realizando dibujos inspirados en ilustraciones literarias y mapas.[3]
Su primera aproximación formal a la pintura se produjo a través de su formación en la Escuela de Artes y Oficios de Murcia, donde estudió modelado con el escultor José Planes. También recibió influencias de artistas como Almela Costa y Luis Garay, además de asistir a la Real Sociedad Económica de Amigos del País, donde tuvo contacto con Sánchez Picazo. En 1934, con 16 años, participó en la Exposición-Salón de Primavera de Murcia, marcando el inicio de su presencia en el circuito artístico.[4]
Durante la década de 1940 amplió su formación en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos en Valencia. En 1942 se trasladó a Madrid, donde entabló amistad con el pintor Antonio Gómez Cano y tuvo la oportunidad de exponer junto a artistas como Daniel Vázquez Díaz. También colaboró como ilustrador en publicaciones como El Español y Vértice y realizó estudios en el Museo del Prado.[3][5]
En 1945 realizó su primera exposición individual en Madrid.[6] En 1948 expuso en Lisboa y residió en Portugal durante casi un año, estableciendo contacto con el ámbito artístico local. En 1953 recibió una beca de la Delegación Nacional de Educación que le permitió viajar por Italia y Francia, donde estudió el arte renacentista y contemporáneo. Durante esta década participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes y en eventos internacionales como la Bienal de Venecia. También expuso en ciudades europeas como Estrasburgo y Basilea y fue distinguido con la Palma de Oro en la Exposición de Artistas del Sureste (Elche).[7]
En 1965 viajó a África, recorriendo Angola, Sudáfrica y Mozambique. Aunque no adoptó elementos del arte vernáculo africano, la experiencia influyó en su obra a través del color y la textura. Durante los dos años siguientes, su producción reflejó estas influencias, y expuso en Estoril y Aveiro.[8]
A lo largo de su carrera, obtuvo numerosos premios, incluyendo la Tercera Medalla de Pintura en la Exposición Nacional de Bellas Artes (1957), la Medalla de Bronce en la Bienal de Alejandría (1961) y la Espiga de Oro en la Exposición Nacional de Albacete (1964). Sin embargo, a partir de 1969 dejó de participar en concursos, manteniendo una postura independiente respecto a las corrientes dominantes.[3][9]
La obra de Molina Sánchez evolucionó desde una figuración académica hacia un lenguaje personal con influencias simbólicas y espiritualistas. Su producción se caracterizó por un proceso de refinamiento constante, con una importante influencia de sus estudios del arte renacentista y sus viajes internacionales. Su uso del color y la textura se amplió tras su estancia en África, aunque sin incorporar elementos del arte autóctono.
Molina Sánchez evitó activamente la autopromoción de su obra y se mantuvo al margen de las corrientes artísticas predominantes. Su trabajo ha sido reconocido dentro del ámbito de la pintura murciana del siglo XX y su legado continúa siendo objeto de estudio y exposición.[2][10][11][12]
Molina Sánchez concebía su arte como un medio de expresión de sus ideas y creencias. En una de sus declaraciones afirmó:
Defiendo mis ideas a través de mis ángeles
reflejando así la dimensión espiritual que impregnaba muchas de sus obras.
Falleció en Murcia el 16 de diciembre de 2009, dejando un legado que sigue siendo valorado en el ámbito artístico y cultural de la región.[1]
La crítica destacó la capacidad de Molina Sánchez para equilibrar influencias sin perder su identidad pictórica. José Castro Arines resaltó su dominio compositivo, mientras que A. M. Campoy subrayó la evolución de su obra, desde la casi abstracción hasta una figuración depurada y expresiva.
A nivel internacional, críticos como Arnold Kohler y Hans Krattiger elogiaron la profundidad emocional de su pintura y su uso del color como estructura visual. En España, Luis López Anglada y Antonio Martínez Cerezo enfatizaron su estilo singular y la carga simbólica de sus obras, destacando su habilidad para dotar de alma a sus personajes.
El reconocimiento en exposiciones y premios consolidó su prestigio, situándolo como un puente entre tradición y modernidad, con referencias renacentistas y una experimentación formal que definió su legado en la pintura española del siglo XX.[13]
Salvo por el formato, OK. El 2011 fue proclamado como el Año Mundial Veterinario para conmemorar el 250 aniversario de la creación de la primera escuela veterinaria del mundo en Lyon, Francia, en 1761,[14] pero también para celebrar hitos de la ciencia veterinaria, incluidos los avances en biopatología comparada, que marcaron el inicio de la medicina moderna. La proclamación fue impulsada por la comunidad veterinaria internacional y liderada por el comité VET 2011, con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Unión Europea.
El lema del año, Vet for health. Vet for food. Vet for the planet!, ("Veterinarios por la salud, por los alimentos, por el planeta"), subrayó el papel crucial de los veterinarios en la protección de la salud humana y animal, el fortalecimiento de la seguridad alimentaria y la salvaguarda del medio ambiente.[15]
Durante el Año se organizaron múltiples actividades destacadas que reflejaron la relevancia global de la profesión veterinaria. La ceremonia inaugural tuvo lugar el 24 de enero en Versalles, Francia, y contó con la presencia de líderes internacionales. En este acto se enfatizó el papel crucial de la veterinaria en la lucha contra enfermedades zoonóticas como la gripe aviar H5N1. Además, se anunció un hito histórico: la inminente erradicación de la peste bovina, considerada un logro trascendental en la sanidad animal.
Del 13 al 15 de mayo se celebró en Lyon, Francia, una conferencia mundial sobre la educación veterinaria. Este encuentro reunió a expertos para debatir sobre el futuro de la formación veterinaria y los retos emergentes que enfrenta la profesión en un mundo en constante transformación.
Posteriormente, los días 22 y 23 de junio, Roma acogió un simposio sobre la historia del control de enfermedades animales, con especial atención al caso de la erradicación de la peste bovina. Este evento permitió analizar las lecciones aprendidas y su importancia en la consolidación de estrategias para la salud animal a nivel global.
La clausura del Año Mundial Veterinario se llevó a cabo del 10 al 14 de octubre en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Durante esta ceremonia internacional se destacaron los logros alcanzados a lo largo del año y se promovió la colaboración global para enfrentar los desafíos futuros en la sanidad animal.
Paralelamente a estos eventos, la FAO, en colaboración con la OIE y otros socios, lideró iniciativas clave para combatir enfermedades animales como la fiebre aftosa, la peste de los pequeños rumiantes, la fiebre porcina africana y la fiebre del Valle del Rift. Estas acciones, financiadas mediante contribuciones voluntarias de los Estados miembros y el sector privado, jugaron un papel fundamental en el fortalecimiento de los sistemas de salud animal a nivel internacional.[15]
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Entre los eventos más destacados del Año Mundial Veterinario estuvieron: Por favor evita usar listas como esta cuando se puede escribir en prosa.
La FAO, junto con la OIE y otros socios, lideró iniciativas para combatir enfermedades como la fiebre aftosa, peste de los pequeños rumiantes, fiebre porcina africana y fiebre del Valle del Rift. Estas actividades se financiaron mediante contribuciones voluntarias de Estados miembros y el sector privado.[15]
El año 2008 fue proclamado Año Internacional de los Idiomas por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 16 de mayo de 2007, conforme a la resolución aprobada por la Conferencia General de la UNESCO durante su 33º período de sesiones el 20 de octubre de 2005.[16] La designación tenía como objetivo resaltar la importancia de la diversidad lingüística y el multilingüismo como elementos clave para la promoción de la paz y el entendimiento entre los pueblos. La UNESCO fue el organismo coordinador de las actividades del Año, enfocándose en la promoción, el respeto y la protección de todos los idiomas, con especial atención a aquellos en peligro de desaparición.[17][18]
Durante ese año, se llevaron a cabo múltiples actividades a nivel global, local y regional para fortalecer la diversidad lingüística. La UNESCO y otros actores clave promovieron proyectos en áreas como la educación multilingüe, la integración de lenguas indígenas en sistemas educativos, y el fomento del uso de las lenguas maternas en todas las etapas de la educación. También se realizaron esfuerzos en los campos de la ciencia y la cultura para mejorar la comunicación intercultural y preservar el patrimonio lingüístico. La financiación de estas actividades provino de fuentes diversas, incluyendo contribuciones voluntarias de gobiernos, organizaciones internacionales y el sector privado.[17]
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La Semana Europea de la Vacunación se celebra durante la última semana de abril desde 2007 y fue proclamada por la Organización Mundial de la Salud para la región europea en 2005.
La Semana Europea de la Vacunación tambien conocida como Semana Europea de Inmunización fue establecida el 14 de septiembre de 2005[19] por la región europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta iniciativa, diseñada para abordar los desafíos específicos de cada país en cuanto a inmunización, busca aumentar la conciencia sobre la importancia de las vacunas. Utilizando el poder de la defensa y la comunicación dirigida, la campaña ayuda a los Estados miembros a cumplir con sus obligaciones de inmunización universal, fortaleciendo los programas nacionales europeos para prevenir enfermedades y proteger vidas. Desde su inicio, ha demostrado ser adaptable a las necesidades particulares de cada región.[20][21][22]
Se lleva a cabo cada año durante la última semana de abril, coincidiendo con la Semana Mundial de la Inmunización. Desde su inicio, las actividades de esta semana han enfatizado el impacto de la vacunación en la erradicación de enfermedades como la viruela en 1979 y los esfuerzos por eliminar la poliomielitis. La primera celebración tuvo como prueba piloto en octubre de 2005[23]con la participación de 9 países, y su segunda celebración ya en el mes abril fue en el año 2007.[24] En 2008 ya se habían sumado al proyecto 32 paises. Durante la semana, se llevan a cabo diversas actividades como debates, talleres, entrenamientos, exposiciones y eventos educativos y mediáticos, con un énfasis especial en alcanzar a grupos vulnerables y de difícil acceso. La campaña ha crecido en alcance e impacto, mostrando el compromiso colectivo para mejorar la cobertura de vacunación en toda la región.[20][21][22]