Un plato de sardinas (الرجل ذو النعل الذهبي, ALA-LC: alrajul dhu alnael aldhahabii; nombre completo, Un plato de sardinas o la primera vez que escuché de Israel, طبق السردين أو المرّة الأولى التي سمعت فيها بإسرائيل, ALA-LC: tubiq alsaradayn 'aw almrrt al'uwlaa alty samiet fiha bi'iisrayiyl) es un documental sirio,[1] producido por ARTE France-Grains de Sable. Realizada en 1997, tiene una duración de 17 minutos y su director y guionista fue Omar Amiralay.[2]
Un plato de sardinas الرجل ذو النعل الذهبي | ||
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Cortometraje | ||
Título |
Un plato de sardinas o la primera vez que escuché de Israel طبق السردين أو المرّة الأولى التي سمعت فيها بإسرائيل | |
Ficha técnica | ||
Dirección | ||
Producción | ARTE France - Grains de Sable | |
Fotografía | Etienne De Grammont | |
Montaje | Dominique Pâris | |
Narrador | Omar Amiralay | |
Ver todos los créditos (IMDb) | ||
Datos y cifras | ||
País | Siria | |
Año | 1997 | |
Género | documental | |
Duración | 17 min | |
Idioma(s) | árabe, francés, inglés | |
Formato | color | |
Compañías | ||
Distribución | Grains de Sable | |
Estudio | Siria | |
Ficha en IMDb Ficha en FilmAffinity | ||
Este breve documental cuenta la historia de Amiralay acerca de cómo escuchó por primera vez de Israel. En sus propias palabras, -"La primera vez que escuché sobre Israel, fue en Beirut, hablando de un plato de sardinas. Tenía seis años, Israel tenía 2"-. La película registra las reflexiones de su amigo Mohamed Malass sobre su propia ciudad natal de Quneitra antes y después de la ocupación israelí y la posterior liberación de la ciudad. Mientras paseaba por las ruinas de lo que queda de Quneitra.[3] Esta película completa la trilogía de Amiralay sobre la represa de Tabqa, ya que también allí, critica los impactos que la construcción y el colapso de la represa tuvieron en la población local.[4]
Unos meses antes del fallecimiento de su amigo y estrecho colaborador dramaturgo Sa'adallah Wannus, Amiralay escucha las palabras sombrías e implacables de su amigo, una despedida a una generación para la cual el conflicto árabe-israelí ha sido la fuente de toda desilusión.[5]