Un hombre sin igual

Summary

Un hombre sin igual (título original en inglés, The Nonesuch) es una novela romántica ambientada en la Regencia escrita por Georgette Heyer. Se publicó por vez primera por Heinemann, Londres en 1962 y por la firma estadounidense E. P. Dutton en 1963.[2]​ La historia se ambienta en el período 1816/1817.[3]​ Por ser una novela tardía de Heyer, alcanzó muchas ventas. La primera edición, de sesenta mil copias, se vendió pronto y le siguió una segunda de manera inmediata.[4]

Un hombre sin igual
de Georgette Heyer
Género Romance de la Regencia
Edición original en inglés
Título original The Nonesuch
Cubierta Arthur Barbosa[1]
Editorial William Heinemann
Ciudad Londres
País Reino Unido
Fecha de publicación 1962
Formato Impreso (Tapa dura & rústica)
Páginas 304
Edición traducida al español
Título Un hombre sin igual
Traducido por Alberto Coscarelli Guaschino
Editorial Editorial Argos Vergara, S.A.
País España
Fecha de publicación 1979
Páginas 280

Sinopsis

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A su muerte, el tacaño Joseph Calver deja Broom Hall, su ruinosa propiedad en Yorkshire, a Sir Waldo Hawkridge, un primo con el que nunca se ha encontrado en vida. Soltero a los 35, este heredero, que ya era rico de por sí, es conocido en sociedad como The Nonesuch (el «Sin Igual») por su elegancia y también la habilidad de un corinthian, es decir, con los caballos y todo tipo de deporte. Ha establecido un orfanato para alrededor de cincuenta chicos en la zona de Londres. Ahora viaja a West Riding para inspeccionar su herencia, con la idea de que sirva al mismo propósito. Su joven primo, Julian, lord Lindeth, le pide acompañarlo al norte, como una manera de alejarse del mundo a la moda, que realmente lo aburre.

Broom Hall está cerca del pueblo de Oversett, donde transcurrirá gran parte de los acontecimientos de la novela, con algún viaje ocasional a las tiendas y posadas de la ciudad cercana de Leeds. A estos nuevos visitantes se les invita a cenar, a desayunar, y a toda una serie de bailes decididos de repente, especialmente por familias con hijas en edad de casarse, en busca de un marido rico. El Simpar también se convierte en ídolo de los jovencitos del distrito, quien abandonan su estilo dandi para imitar su elegancia masculina.

Una casa, en particular, se convierte en el centro de estos visitantes: Staples. Allí, Charlotte, la hija de la viuda señora Underhill, queda eclipsada por su descarada prima Tiffany Wield, una heredera glamurosa y malcriada cuya principal aspiración es la de escalvizar a todo hombre que conoce. La única persona en esa casa que es capaz de refrenar el obstinado comportamiento de Tiffany es Ancilla Trent, una joven de veintiséis años, de buena familia, pero que ahora se mantiene por sí misma trabajando como institutriz y acompañante formando parte de la familia Underhill.

Lord Lindeth pronto queda cautivado por Tiffany, que está decidida a casarse con un aristócrata, mientras que Sir Waldo, por alguna razón, parece distinguir a Ancilla con sus atenciones. Con el tiempo, Lindeth se disgustará por el egoísmo y el desprecio celoso de Tiffany, que llega a su momento culminante cuando visitan Leeds. A ese grupo se unió la hija del dean, Patience Chartley. D>e repente, Patience se lanza a la carretera, para rescatar a un golfillo, quien está huyendo con una manzana robada, y con ello evita que lo atropelle un carruaje. Tiffany se enfurece por toda la atención y simpatía que recibe Patience por su coraje y expresa de una manera demasiado evidente su enfado por no ser el centro de atención. La situación sólo se salva cuando interviene Sir Waldo para llevar a Tiffany a su casa en su propio faetón.

A partir de entonces, Lindeth pasa más tiempo en casa del deán, y avergüenzan más a Tiffany cuando los jóvenes del lugar dejan bien claro que ya se han cansado de sus caprichos y comienzan a ignorarla. Para dar una mejor impresión, Tiffany acude a la rectoría a visitar a Patience justo el mismo día en que Lindeth le propone matrimonio, y es aceptado. Vuelve rápidamente a casa, humillada, y convence a Laurence Calver, otro de los primos de Sir Waldo, que está también de visita, para que la lleve a Leeds; allí, ella deja claro que espera que él la ayude a coger una diligencia a Londres, de manera que ella pueda quedarse con uno de sus tíos. En lugar de ello, la engaña para esperar en una posada, y mientras tanto, envía un mensaje urgente a Waldo, para que vaya y recupere a la menor.

Sir Waldo recurre a la renuente ayuda de Ancilla, para ir a Leeds pero los dos discuten en el camino. Anteriormente, ella había malinterpretado la referencia de Waldo a los «mocosos miserables de Waldo» (refiriéndose a los huérfanos a los que ayuda) como que son sus hijos bastardos y se enoja cuando él le pide una explicación de por qué no quiere aceptar su oferta de matrimonio. Una vez que se aclara el malentendido, se resuelven también el resto de problemas. Waldo se muestra conforme con ayudar a Tiffany a evitar la vergüenza devolviéndola a Londres; promete a Laurence Calder el préstamo para su negocio que ha ido a pedirle; y permite que Ancilla satisfaga su vocación pedagógica haciendo que ella se convierta en su esposa y socia en el nuevo orfanato.

Contexto

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El significado de «nonesuch» (en español, Simpar, o Sin Igual) se explica bien pronto en la novela, cuando la señora Underhill queda confusa al oír este término, y Tiffany le informa que significa «perfección», Ancilla explica dice que es un «modelo o ejemplo», y con gran impaciencia, su hijo Courtenay dice que es «el mayor Dandi de todos los Dandis» (the greatest Go among all the Goers, pág. 16). Más tarde se da a entender que Sir Waldo es excelente en el campo de entretenimientos deportivos y como destreza en el manejo de los caballos; unas páginas más tarde, se dice que pertenece a un grupo de hombres atleticos a la moda, conocidos como «los corintios» (Corinthians, pág. 23).

El problema es que el aprecio de la novela depende mucho del conocimiento especial sobre aquel período y las convenciones sociales de la época. La acción en Un hombre sin igual se aparta de la fórmula de cortejo usual en Heyer con su conclusión fácil de prever y tanto sus dos biógrafas encuentran la trama poco satisfactoria. Para Jane Aiken Hodge «muestra signos de tensión»; cuando se compara con las novelas anteriores, «las jovencitas tontas se están volviendo más cansinas y los jovencitos tontos menos convincentes».[5]​ Jennifer Kloester la describe como «bastante inane»,[6]​ mientras que colega escritora de romántica Mary Kingswood desaprueba el artificio de «el Gran Malentendido» que mantiene a Sir Waldo y Ancilla separados durante tanto tiempo como una «molestia».[7]

De nuevo, mientras el uso de la jerga contemporánea por parte de Heyer de habla contemporánea es considerado, en general, divertido, Hodge considera excesiva y desconcertante la introducción de usos raros de Yorkshire tan pronto en la novela, y da un ejemplo con la respuesta de Courtenay a las pretensiones londinenses de Tiffany Wield «Sí, eras uña y carne [inkle-weavers] con [Sir Waldo], por supuesto. ¡Menuda palabrería [miff-maff] usas!».[8]​ Otra vez, la meticulosa investigación de los detalles de la época es demasiado obvia. Las medidas de seda de doche chelines, por ejemplo, de las que Tiffany compra varios pares en Leeds y Patience sólo tiene presupuesto para un par; o el vestido de paseo de esta última, de muselina estampada (con doble volante y mangas largas), cuya elegancia más tarde desbarataría al arrodillarse sobre los adoquines de la calle durante su dramático rescate del niño pequeño en Leeds.[9]​ Detalles semejantes son lo que sustituye la falta de interés humano de la que se queja Hodge.

Pero tales fallos se ven compensados en los ojos de los comentaristas por las diferencias en el enfoque de esta novela. Los intereses sociales del héroe lo dotan de una mayor profundidad de carácter, puesta de manifiesto no solo en su trabajo con los huérfanos, sino también en su admiración por Ancilla como persona, al margen de las conexiones militares dentro de su familia, que impresionan a otros. Nuevamente, el entorno, en gran medida restringido, del libro se considera una prueba de que Heyer acata conscientemente el dicho de Jane Austen de que «tres o cuatro familias en un pueblo rural son precisamente lo que se necesita para trabajar». Además, sus credenciales del siglo XIX se ven reforzadas por una deuda fácil de percibir con «novelas de institutrices» posteriores a Austen, como por ejemplo Jane Eyre.[10]​ Semejantes detalles distinguen esta novela de la habitual rutina estereotipada de los romances de Heyer.

Referencias

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  1. «Book covers we love» The Literary Shed
  2. Kloester 2013, pp. 397, 400
  3. Heyer Novel Chronology
  4. Kloester 2013, p. 341
  5. Hodge (1984), pp. 158-60
  6. "Heyer’s last book for Heinemann"
  7. "The Nonesuch by Georgette Heyer"
  8. Hodge (1984), p. 159
  9. Kloester (2005), pp. 195, 198
  10. «The Comfort Book Club / The Nonesuch by Georgette Heyer». YouTube. Miranda Mills. 23 de febrero de 2023. , especialmente a partir del sexto minuto en adelante

Bibliografía

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  • Georgette Heyer, The Nonesuch (1962) en Internet Archive
  • Jane Aiken Hodge, The Private World of Georgette Heyer (1984)
  • Jennifer Kloester, Georgette Heyer’s Regency World (2005)
  • Jennifer Kloester, Georgette Heyer (2013)

Enlaces externos

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  •   Datos: Q4003832