Ulfilas o Wulfila (del gótico 'pequeño lobo' o 'lobezno'; c. 311-c. 388) fue un obispo, misionero y traductor godo que pasó cierto tiempo en el Imperio romano cuando el arrianismo era la corriente religiosa dominante. Ulfilas fue ordenado obispo por Eusebio de Nicomedia, tras lo cual volvió a su pueblo para ejercer de misionero.
Ulfilas | ||
---|---|---|
Información personal | ||
Nombre en gótico | 𐍅𐌿𐌻𐍆𐌹𐌻𐌰 | |
Nacimiento | 311 | |
Fallecimiento |
383 Constantinopla (Antigua Roma) | |
Religión | Cristianismo primitivo | |
Lengua materna | Griego koiné y gótico | |
Información profesional | ||
Ocupación | Misionero, sacerdote, traductor, traductor de la Biblia y escritor | |
Cargos ocupados | Obispo | |
Ulfilas tradujo la Biblia del griego al gótico. Con este fin desarrolló el alfabeto ulfilano. Han sobrevivido fragmentos de esta obra, que se conoce con el nombre de Codex Argenteus, y se conservan en la Biblioteca Universitaria de Upsala, Suecia.
Ulfilas convirtió a muchos de los visigodos y ostrogodos predicando las doctrinas arrianas, que cuando llegaron al Mediterráneo occidental les separaron de sus vecinos católicos, mucho más numerosos.
Ulfilas nació a principios del siglo IV en el seno una familia romana proveniente de Sadagolthina, una pequeña población de la región de Capadocia en Asia Menor. Su familia había sido hecha prisionera por los tervingios, un pueblo godo asentado al norte del Danubio que desde finales del siglo III hacía frecuentes incursiones atravesando el mar Negro para conseguir botín y rehenes. A pesar de su cautividad, Ulfilas recibió una educación que le permitió dominar tanto el godo como el latín y el griego. En una época en el que el Imperio romano avanzaba a su propia cristianización, también proliferaban iglesias entre los pueblos germánicos, y Ulfilas pronto ascendió a la categoría de lector en la de su comunidad.[1]
Ulfilas adquirió tanta notoriedad como para que el emperador Constancio II lo hiciera incluir en una embajada a Constantinopla en el año 341 para nombrarlo obispo de los «cristianos de Gocia». Allí retornó y continuó con su labor hasta que, siete años después, él y su congregación fueron expulsados, quizás por excesivo proselitismo o a causa de conflictos diplomáticos derivados de las exigencias romanas a los tervingios, a quienes reclamaban refuerzos militares para la guerra en Persia. Constancio recibió a Ulfilas con grandes honores y le dio acogida, junto a sus seguidores, cerca de Nicópolis, a orillas del Danubio, el lugar donde hizo la traducción del griego al gótico de la Biblia que se conserva parcialmente en el Codex Argenteus.[2]
Ulfilas tradujo la Biblia completa exceptuando el Libro de los Reyes, por considerarlo excesivamente belicoso para los godos, y la Epístola a los hebreos, probablemente por razones doctrinales. Aunque disponía del alfabeto rúnico, Ulfilas prefirió crear uno nuevo de 27 signos basándose principalmente en el alfabeto griego, del que adoptó 19 letras (2 con significado exclusivamente numérico), además de 6 que provenían del latino y solo 2 del rúnico.[3]
El estudio de la vida de Ulfilas se basa en cinco fuentes primarias. Dos fueron escritas por autores arrianos (la Vida de Ulphilas en la Epistula de fide, vita et obitu Ulfilas de Auxencio de Durostorum, y fragmentos de Historia Ecclesiastica de Philostorgius) y tres por autores de la tradición nicena (las Historia Ecclesiastica de Sozomeno, Sócrates Escolástico y Teodoreto de Ciro).[4]
Hay diferencias importantes entre los relatos según se consulten las obras de una u otra corriente. Las fuentes arrianas muestran a Ulfilas como un arriano desde la niñez, quien descendía de una familia capadocia que los godos habían apresado en una de sus incursiones. Según estas fuentes, fue ordenado obispo alrededor de 340 y predicó a los godos durante siete años en la década de 340. Entonces se trasladó a Moesia (en el Imperio romano) bajo la protección del emperador arriano Constantino II.[cita requerida] Más tarde asistió a varios concilios y participó mucho en los debates religiosos de su tiempo. Fijan la fecha de su muerte en 383.
Los testimonios de los historiadores nicenos difieren en muchos detalles, pero el cuadro general es parecido. De acuerdo con estas fuentes, Ulfilas fue ortodoxo durante su niñez y juventud. Se convirtió al arrianismo alrededor de 360 a causa de la presión de los poderes eclesiásticos y gubernamentales favorables al arrianismo. Las fuentes difieren al atribuir a Ulfilas la conversión de los godos. Sócrates Escolástico le concede un papel menor, atribuyendo la conversión masiva de los godos al jefe Fritigerno, que se convirtió al arrianismo como signo de gratitud por el apoyo militar del emperador Valente, que era, justamente, arriano. Sozomeno otorga un mayor peso en la conversión a Ulfilas, aunque reconoce también el papel desempeñado por Fritigerno.
Por muchas razones, los eruditos modernos confían más en los testimonios arrianos que en los nicenos. Auxencio fue discípulo directo de Ulfilas y por lo tanto seguramente tuvo acceso a información más fiable. Los testimonios nicenos divergen demasiado entre ellos como para facilitar la identificación de una versión común. Sin embargo, a principios del siglo XXI todavía sigue vivo el debate sobre la reconstrucción de la vida de Ulfilas.
El credo de Ulfilas, como se adjunta en una carta elogiándole escrita por su discípulo Auxencio de Durostorum (moderna Silistra en el Danubio), es una clara declaración de los principios centrales del arrianismo, que separan a Dios padre (“inmortal”) del segundo, el dios menor, Cristo (“unigénito”), que nació antes que el tiempo y creó el mundo, y el Espíritu Santo, creado por el Padre a través de su Hijo:
Creo que sólo hay un Dios Padre y en su Hijo unigénito, nuestro Dios y Señor, creador y hacedor de todas las cosas, como el que no hay nadie. Por lo tanto hay un Dios de todo, que es también Dios de nuestro Dios, y creo en el Espíritu Santo como un poder iluminador y santificador. Como Cristo dice tras la resurrección a sus Apóstoles: “Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros: mas vosotros asentad en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos de potencia de lo alto” (Lucas, 24.49) y después “Mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la Tierra” (Hechos 1.8) Ni Dios ni Señor, sino el ministro de Cristo; no igual, pero sujeto y obediente en todas los aspectos al Hijo. Y creo que el Hijo está sujeto y obedece en todo a Dios Padre.
La carta de Auxencio, que exponía la posición de Ulfilas sobre la controversia surgida tras el concilio de Nicea, está preservada en un manuscrito del siglo V conocido como Parisinus Latinus 8907. Este manuscrito, dedicado principalmente al concilio de Aquilea del año 381, contiene además el comentario donde se incluye la carta, que trata sobre los dos primeros capítulos de la obra de San Ambrosio De fide, escrito por el obispo arriano y antagonista de Ambrosio en Aquilea, Paulino de Ratira.[5]
El glaciar Wulfila de la isla Greenwich en las Islas Shetland del Sur, en la Antártida, fue nombrado en su honor.