La Totsuka-no-Tsurugi (十拳剣, en español: "espada de 10 tsuka de largo")[1] no es una espada específica, sino más bien un nombre común para cualquier espada de esta longitud. En la mitología japonesa, numerosas deidades han poseído una espada de este tipo. Algunos ejemplos de la Totsuka-no-Tsurugi conocidos son:
Después de que el dueño de la espada, Susanoo, fuera desterrado del cielo por matar a uno de los sirvientes de Amaterasu y destruir sus campos de arroz, descendió a la provincia de Izumo donde conoció a Ashinazuchi, un anciano que le dijo que Yamata-no-Orochi (en español: "gran serpiente dividida en ocho"), que había devorado a siete de sus ocho hijas, pronto vendría a comerse a la última: Kushinada-hime.[3]
Susanoo decidió ayudar a la familia e investigó a la criatura, al poco tiempo le rogó a Ashinazuchi permiso para casarse con Kushinada-hime, el cual le fue concedido; teniendo listo su plan, transformó a su esposa en un peine para poder tenerla cerca en la batalla. Al venir la gran serpiente, metió cada una de sus ocho cabezas por las puertas que construyeron los dioses, en busca de la hija; como cebo los dioses habían puesto grandes cantidades de sake después de cada puerta, la serpiente mordió el anzuelo y se emborrachó; teniendo una oportunidad fácil, Susanoo tomó el Worochi no Ara-masa (que era una Totsuka-no-Tsurugi) y cortó todas las cabezas de la serpiente, procediendo con las colas, y en la cuarta cola encontró una espada excepcionalmente grande, la legendaria Kusanagi-no-Tsurugi.
Teniendo la espada en sus manos, regresó al cielo ofreciendo la espada como regalo de reconciliación a su hermana Amaterasu.