La tocofobia es un miedo exacerbado al embarazo y al parto.[1] A menudo incluye el miedo al dolor, a la muerte, a problemas inesperados, a lesiones al bebé, a problemas sexuales y a la falta de confianza en la capacidad propia de dar a luz a un hijo.[2]
La fobia al parto, como cualquier fobia, se puede manifestar a través de pesadillas, dificultad para concentrarse en el trabajo o las actividades familiares, ataques de pánico y manifestaciones psicosomáticas.[3] A menudo, el miedo al parto motiva la solicitud de una cesárea electiva en mujeres embarazadas.[1] El miedo al dolor del parto está fuertemente asociado con el miedo al dolor en general. Un parto complicado previo, o un alivio inadecuado del dolor pueden hacer que se desarrolle la fobia.
Puede estar asociada con la depresión y el trastorno de estrés postraumático.[4] El reconocimiento de la tocofobia y la estrecha colaboración con obstetras u otros especialistas médicos pueden ayudar a reducir su gravedad y garantizar un tratamiento eficaz.[5][6]
Las causas de la tocofobia son complejas y únicas para cada paciente.Se ha demostrado que diversas intervenciones psicológicas, como la psicoeducación, la terapia cognitivo-conductual, la atención obstétrica mejorada, la terapia psicodinámica y la terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares, reducen la frecuencia de tocofobia en mujeres embarazadas. Sin embargo, la variedad de síntomas y manifestaciones puede requerir un tratamiento más adecuado a cada paciente.
Las causas de la tocofobia pueden ser complejas y están asociadas con la falta de apoyo social, el estrés, la depresión y la ansiedad. Se clasifica en dos tipos de tocofobia: primaria y secundaria[1]
La tocofobia primaria es el miedo y el temor profundo al parto en mujeres que nunca lo han experimentado. Puede aparecer antes del embarazo y comenzar en la adolescencia o durante el embarazo.
En el caso de las mujeres que ya han tenido hijos antes, una experiencia negativa previa en el parto suele ser la causa subyacente del miedo al mismo. En ocasiones, esta experiencia negativa en el parto está estrechamente relacionada con haber experimentado un peligro inminente para la salud del niño, como una cesárea de emergencia.
La tocofobia no tratada puede provocar un parto prolongado y complicaciones durante el mismo. También se asocia con la depresión posparto y el trastorno de estrés postraumático [3]
El término tocofobia se introdujo en la literatura médica en el año 2000.[7] La palabra proviene del griego tokos, que significa parto, y phobos, que significa miedo.[7]