Tesoro de Villena, el conjunto de orfebrería prehistórica más importante de la península ibérica, y el segundo más grande de Europa.[1]Tesoro de los atenienses en Delfos, donde también se hallaban el Tesoro de los corintios (el más antiguo), el Tesoro de los sicionios y el Tesoro de los sifinios (el más suntuoso).Foro romano, con los restos del templo de Saturno.Tesoro vikingo en el Museo de Leiden.Caja relicario de Saint Étienne en esmalte de Limoges, parte del Tesoro de Gimel-les-Cascades.Cuarto del Rescate en Cajamarca, que Atahualpa ofreció llenar de oro y plata (se calculó lo recogido en 1.326.539 pesos de oro y 51.010 marcos de plata)."Cazatesoros" buscando con un detector de metales en una playa. La popularización y utilización indiscriminada de moderna tecnología, estimulada por hallazgos esporádicos (como el de Terry Herbert), ha permitido la destrucción de multitud de yacimientos arqueológicos. Esta actividad está sometida a distintos tipos de calificaciones delictivas, según el lugar y otras circunstancias.[2]
Este término también se puede utilizar al referirse a una persona que significa mucho para sí mismo, alguien a quien aprecias tanto como las antiguas civilizaciones apreciaban a sus tesoros.
Los tesoros griegos eran edificaciones en forma de templo construidos en los santuarios por una ciudad para guardar sus ofrendas. En todas las civilizaciones, la acumulación de tesoros en tumbas y templos (en forma de objetos suntuarios o cotidianos convertidos en joyas, ornamentos sagrados, exvotos, etc.) era una práctica común, así como la de su saqueo por ladrones o enemigos. El del templo de Jerusalén, que incluía la menorah o candelabro de siete brazos, fue saqueado varias veces, la última por los romanos, que lo representaron como símbolo de su triunfo en el arco de Tito. El Tesoro público (Aerarium) de la República romana se custodiaba en el Templo de Saturno en el foro romano, y a pesar de su protección religiosa fue utilizado de forma irregular en algunas ocasiones, por ejemplo por Julio César. Con el nombre de Tesoro Imperial se acumularon varios tesoros a lo largo de la historia. Durante la Decadencia del Imperio romano, el saqueo de Roma a manos de los visigodos trajo como consecuencia la acumulación de un gran tesoro (el mítico tesoro de los godos o tesoro de los visigodos, que incluiría la mesa de Salomón)[5] cuya posesión suponía el prestigio de sus reyes, en consonancia con el mito germánico del poder que confería la posesión de un tesoro (Sigfrido, el oro del Rin, muy divulgados por la óperas de Richard Wagner). La Iglesia pasó a ser durante la Edad Media la principal acumuladora de tesoros, muy a menudo como ornamento de las reliquias, en monasterios y catedrales (tesoro litúrgico); y su saqueo pasó a ser protagonizado por expediciones vikingas (Lindisfarne, 793) o razzias musulmanas (Almanzor, finales del siglo X). La conquista de América por los españoles dio origen a mitos como el de Eldorado por la abundancia de tesoros saqueados, siendo los más impresionantes el tesoro de Axayácatl de Moctezuma o tesoro de Cortés[6] y el tesoro reunido en el Cuarto del Rescate de Atahualpa o tesoro de Pizarro.
Los tesoros ocultos o perdidos en naufragios, por enterramiento o emparedamiento a causa del temor a perderlos como consecuencia de una guerra o una época de incertidumbre, o cuya ocultación es parte esencial de la estrategia de su poseedor (tesoros de los piratas o botín de los ladrones; tesoros acumulados como rito funerario junto al cadáver) son la parte más espectacular de un yacimiento arqueológico, pero no necesariamente la más valiosa científicamente. Su expolio o extracción inadecuada, tanto ilegal como la efectuada por el propio arqueólogo cuando trabaja sin método, suele ser la causa más frecuente de destrucción de información en los yacimientos.
Tesoros arqueológicos
editar
Con el nombre de tesoro, los arqueólogos bautizan los yacimientos donde se encuentran este tipo de hallazgos. El arqueólogo Schliemann destacó por su afán en identificar en la realidad los descritos en los poemas homéricos.
Ejemplos de la arqueología clásica, egipcia y del próximo oriente antiguo:
Entre los mitos pseudohistoriográficos con mayor o menor base real o esotérica, se cuentan tesoros cuya existencia se divulga sobre todo por la literatura popular.
Tesoro del Templo de Jerusalén, mito basado en los diferentes tesoros que realmente contuvo el Templo de Salomón en distintas épocas históricas, y que fueron varias veces saqueados (véase también Rollo de Cobre). Uno de los tesoros que según la Biblia contendría, el Arca de la Alianza, ha sido particularmente objeto de todo tipo de especulaciones por la cultura popular (como la película Raiders of the Lost Ark de 1981 cuyo personaje protagonista, Indiana Jones es un perfecto ejemplo de todo lo que no debe ser un arqueólogo) e incluso de documentales pseudocientíficos (como El Éxodo descodificado, de 2006).
Tesoro de los godos o tesoro de los visigodos, que estaría vinculado en parte con el anterior, ya que provendría del saqueo de Roma (410) que efectivamente llevaron a cabo los visigodos de Alarico I y que constituyó el prestigio de los reyes visigodos desde entonces. Sostiene el mito que de Roma habrían obtenido objetos que previamente los romanos habrían saqueado en Jerusalén, como la llamada mesa de Salomón; y que tras pasar por el sur de Francia (reino visigodo de Tolosa) llegaron a Toledo (reino visigodo de Toledo), donde su uso inadecuado habría producido la invasión musulmana del 711.
Tesoro de los cátaros, el presuntamente reunido por los cátaros, uno de cuyos posibles lugares sería Montsegur y que habría sido buscado por Otto Rahn y las autoridades nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Tesoro de los templarios, el presuntamente reunido por los caballeros templarios y que sería una de las razones que promovieron el violento final de esa orden militar en 1307.
Tesoro de Barbanegra, el presuntamente escondido por el pirata Barbanegra en Teach's Hole, llamado así por él.
Tesoro de Loch Arkaig, el resto de los fondos que sirvieron para el levantamiento jacobita de 1745 y que presuntamente algunos de ellos habrían custodiado desde entonces.
Tesoro de Juan Fernández, presuntamente enterrado en la isla Juan Fernández.[7]
Tesoro de Atahualpa. Consistiría en más de 20 lingotes de oro que se encontrarían en el volcán Pasocha (Pasochoa).[9]
Tesoro de Rande. El transportado por la flota española hundida en la ría de Vigo en 1702 (14 galeones mercantes que llevarían 500 toneladas de oro y plata y 250 de piedras preciosas). Sería el mayor tesoro subacuático.
Arca de Noé. Citada en la Biblia, habría quedado en el Monte Ararat. Buscada por arqueólogos norteamericanos y turcos, consistiría en madera, sin valor material, sino religioso.
Tumbas de los reyes mayas de Palenque y Tikal, del siglo VII, en Guatemala.
El galeón de Hernán Cortés. Hundido de vuelta a España cargado de riquezas, posiblemente en Cayo Arenas, Cuba.
Cámara sepulcral de Keops. Presuntamente, la cámara sepulcral verdadera del faraón Keops no se habría encontrado aún, no habría sido saqueada y estaría en algún lugar indefinido, bien dentro o bien fuera de la pirámide de Keops.
Tesoro del Grosvenor, buque británico con un cargamento de piedras preciosas hundido en 1783 en el Cabo de Buena Esperanza.[10]
Muchas otras casas reales han dispuesto lugares similares, como la Schatzkammer o cámara del tesoro en Viena. Véase Joyas de la Corona.
Los Tesoros Imperiales de Japón se guardan en lugares secretos según la tradición, aunque su localización es conocida, repartidos en varios santuarios.
↑Ministerio de Educación y Cultura (1 de 2003). «RESOLUCIÓN de 7 de enero de 2003, de la Dirección General de Patrimonio Artístico de la Consejería de Cultura y Educación, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural a favor de la colección arqueológica del Tesoro de Villena.» (pdf). Boletín Oficial del Estado (BOE) (Madrid: Gobierno español) (49): 7798-7802. Consultado el 6 de diciembre de 2009. «Desde el punto de vista histórico, artístico y arqueológico, el Tesoro de Villena constituye un «unicum», un depósito no normalizado, por su peso y contenido (A. Perea). De hecho, se trata del segundo tesoro de vajilla áurea más importante de Europa, tras el de las Tumbas Reales de Micenas en Grecia (A. Mederos).»La referencia utiliza el parámetro obsoleto |mes= (ayuda)
↑Informe anual 2003 del defensor del pueblo de Andalucía
↑Cancionero, CXC, citado por Umberto Eco, Historia de la belleza, pg. 109.
↑Georges DubyOro y moneda en la historia. Una definición de atesoramiento en La gran enciclopedia de economía.
↑«Celtiberia.net v3.0 - EL TESORO DE LOS GODOS - Archivo de Conocimientos». Archivado desde el original el 28 de octubre de 2007.
↑Descubierto tras una pared en el palacio de Axayácatl o palacio de Moctezuma por el carpintero Alfonso Yánez cuando buscaba un lugar adecuado para instalar un altar a la Virgen. http://www.palacio.org/DeLavalle/1erCondeDePremioReal/00000186.htm http://www.oem.com.mx/elsoldecuautla/notas/n911637.htm Archivado el 3 de marzo de 2016 en Wayback Machine.
↑«EL MUNDO».Texto « Suplemento cronica 520 - 600 BARRILES DE ORO EN LA ISLA DE CRUSOE
» ignorado (ayuda)
↑Agnese Marra Los 10 tesoros más buscados http://luckyclover.biz/page4.html Archivado el 23 de septiembre de 2010 en Wayback Machine.
↑«Buscando el tesoro de Atahualpa en el Volcán Pasochoa, Buscando el tesoro de Atahualpa en el Volcán Pasochoa - Pasochoa, Ecuador - Viajeros.com».
↑George Carter The Wreck of the Grosvenor
Número 8 de Van Riebeeck Society
Ed. Van Riebeeck Society, The, 1927
ISBN 978-0-9585134-5-6 http://books.google.es/books?id=pmGiv2YbrMoC&dq=grosvenor+1783+at+the+Cape+of+Good+Hope&source=gbs_navlinks_s