El tercer grado es un eufemismo de "infligir dolor, físico o mental, para extraer confesiones o declaraciones".[1] En 1931 la Comisión Wickersham encontró que el uso de tercer grado se encontraba ampliamente esparcido en los Estados Unidos.[1] Se desconoce el origen del término, aunque se manejan diversas hipótesis.[1]