Tecophilaea cyanocrocus, llamada popularmente azulillo, es una pequeña planta bulbosa, herbácea y perenne perteneciente al orden Asparagales e integrante de la familia Tecophilaeaceae.[2] Esta especie, una de las dos del género Tecophilaea, fue descrita por el farmacéutico y botánico alemán Friedrich Leybold en 1862.[1][3]
Azulillo | ||
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Tecophilaea cyanocrocus cultivada en el jardín botánico de la Universidad de Cambridge | ||
Estado de conservación | ||
En peligro (UICN) | ||
Taxonomía | ||
Reino: | Plantae | |
División: | Angiospermae | |
Clase: | Monocotyledoneae | |
Orden: | Asparagales | |
Familia: | Tecophilaeaceae | |
Género: | Tecophilaea | |
Especie: |
T. cyanocrocus Leyb., 1862[1] | |
Sinonimia | ||
Esta monocotiledónea es endémica de los Andes de Chile,[4][5][6] donde crece en la cordillera de Santiago[1][3] y florece entre agosto y septiembre.[6] Tiene tres variedades, entre silvestres y cultivares, cuyas flores cubren la gama entre el azul y el violeta, y se distingue principalmente por su valor como planta ornamental.[4]
Durante la segunda mitad del siglo XX, se consideró que Tecophilaea cyanocrocus estaba extinta en la naturaleza;[7] sin embargo, fue redescubierta en 2001.[8] Se la considera una especie rara[3] y la UICN la ha catalogado en peligro de extinción.[9][10]
El nombre del género al que pertenece, Tecophilaea, fue acuñado por Carlo Luigi Giuseppe Bertero en honor de Tecofila Billiotti, hija del botánico italiano Luigi Aloysius Colla,[6] quien fue el primero en describir las especies del género.[11] En tanto, el epíteto específico, cyanocrocus (de las voces griegas κυάνεος kyáneos y κρόκος krókos,[12][13] 'croco azul oscuro'), se debe al llamativo y muy poco frecuente color azul que presenta y a la forma de sus flores, muy similares a aquellas de las especies del género Crocus.[1][14]
Los nombres comunes «azulillo»[4] en español y «Chilean blue crocus»[3][7][8] ('croco azul chileno') en inglés hacen referencia al color de sus flores y a su origen geográfico.
Es una planta monocotiledónea endémica de Chile.[4][5][6] Esta geófita es originaria de las zonas áridas, semiáridas y mediterráneas[4] del centro de dicho país,[5] donde se halla en el sector montañoso de la zona meridional de la Región Metropolitana; en particular, habita en la estepa alto-andina de la cordillera de Santiago,[4] en planicies cordilleranas con afloramientos rocosos, entre los 2000 y 3000 m s. n. m.[8]
En la actualidad, existe solamente una población en la naturaleza, ubicada a unos 40 km al sur de Santiago, que fue hallada durante la primavera de 2001.[8] Esta población ocupa un sector claramente delimitado, de 20 por 50 metros. La cobertura es densa, existiendo entre 30 a 50 plantas por metro cuadrado, agrupadas de 5 a 20 cormos. Una población más pequeña, principalmente integrada por individuos aislados, se encontró en un lugar cercano, en una hendidura por donde había corrido agua producto del deshielo.[9]
Necesita de un periodo hibernal muy frío para inducir la floración,[14][15][16][17] que se produce a fines del invierno austral, entre agosto y septiembre;[6] sus flores se encuentran dulcemente perfumadas.[3]
Es una especie que presenta 24 cromosomas en sus células somáticas; es decir, en las células que componen todo el cuerpo de la planta.[18]
Pertenece al orden Asparagales, integra la familia Tecophilaeaceae y es una de las dos especies del género Tecophilaea. De acuerdo al ITIS y al NCBI, su clasificación taxonómica es la siguiente, respectivamente:[2]
Se relaciona estrechamente con Tecophilaea violiflora, la otra especie del género Tecophilaea. Este género fue originalmente ubicado en la familia de las Amaryllidaceae; sin embargo, se le clasificó posteriormente de manera separada.[19]
Es una planta bulbosa que alcanza entre los 8 y 12 cm de altura.
Se le considera fácil de cultivar y se desarrolla bien en maceta, en una ubicación soleada. El sustrato debe permitir un buen drenaje y debe suspenderse el riego durante el letargo veraniego; además, es necesario que pase un periodo de frío en el invierno. Es resistente a las plagas y enfermedades, salvo a la botritis.
La floración es más abundante cuando recibe fertilizantes que incluyan fósforo, magnesio y potasio. Los cormos se multiplican muy lentamente, siendo su reproducción más rápida por semillas, que tienen una alta capacidad germinativa en un sustrato levemente ácido. Los nuevos ejemplares demoran de tres a cuatro años en florecer. En el mercado internacional de plantas bulbosas, hay una amplia oferta de cormos y semillas de sus tres variedades.[24]
En cultivo se distinguen tres variedades —los nombres no han sido válidamente publicados y corresponden solo a denominaciones comerciales—:[4]
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Entre 1950 y 2001, se consideró que Tecophilaea cyanocrocus estaba extinta en la naturaleza[7] debido, por un lado, al sobrepastoreo del ganado doméstico en su hábitat natural que hizo declinar sus poblaciones naturales y, por otro lado, a la desmedida extracción de bulbos para su venta en el mercado de plantas ornamentales.[25]
Fue redescubierta por miembros de la Fundación Philippi de Estudios Naturales[26] en un sitio desconocido hasta ese momento en campos privados al sur de Santiago en 2001.[8][19] Desde entonces, se han estado llevando a cabo esfuerzos para reintroducir esta especie en lo que fuera su antiguo hábitat.[4][27] No obstante, se la considera una especie en peligro de extinción según la UICN.[9][10]
Tecophilaea cyanocrocus es una especie muy apreciada y considerada rara.[3]
Ya en 1869, una gran cantidad de cormos fue enviada a Europa, al parecer importados por el botánico alemán Maximilian Leichtlin de Baden-Baden. Se trataba de 2000 ejemplares, que Leichtlin entregó a grandes firmas comerciales, correspondientes a Tecophilaea cyanocrocus de tépalos azul con blanco, diferente al tipo enteramente azul, que denominó «variedad leichtlinii» para distinguirlos. En 1872 esta especie apareció dibujada en la revista científica Gartenflora[28][29] y pocos años después se la presentó en las exposiciones de Londres.
El azulillo se distingue principalmente por su valor como planta ornamental.[4] En 1993, sus características[30][31] y las del cultivar Tecophilaea cyanocrocus 'leichtlinii'[32][33] fueron reconocidas a través del premio Award of Garden Merit (AGM), concedido por la Real Sociedad de Horticultura del Reino Unido.[34]