Teatro del Picadero

Summary

Teatro Picadero: historia, resistencia y espacio de encuentro Fundación y resistencia cultural (1980-1981) En julio de 1980, los jóvenes Antonio Mónaco y Guadalupe Noble impulsaron un proyecto teatral: convirtieron una antigua fábrica de bujías en el Teatro del Picadero, ubicado en Pasaje Enrique Santos Discépolo 1857, en pleno centro de Buenos Aires. Su propuesta era nada menos que romper con el teatro a la italiana: diseñaron una sala flexible, capaz de reconfigurarse según las necesidades de cada puesta Al año siguiente, en pleno régimen militar, fue elegido como sede del emblemático ciclo Teatro Abierto, que reunió a 21 dramaturgos para crear obras de resistencia cultural. Fue un verdadero faro: se presentaban obras críticas antes de las funciones, como respuesta al silencio impuesto por la dictadura. Sin embargo, la reacción fue brutal: en la madrugada del 6 de agosto de 1981, un comando militar colocó bombas incendiarias en la sala, que quedó casi destruida. Solo se salvaron la fachada –hoy casi intacta– y un viejo vestuario. El ciclo continuó en el Teatro Tabarís que brind{o el espacio como acto de solidaridad. Cierres, abandono y reaperturas Tras el atentado, el Picadero permaneció cerrado. En 1985 fue reconvertido en estudio de filmación y luego comprado por Lázaro Droznes, quien en 2001 junto al director Hugo Midón reabrieron el teatro, aunque el emprendimiento duró muy poco tiempo y cerró rápidamente afectado por la crisis del 2002. En 2007, una constructora comenzó la demolición del interior del edificio para un desarrollo inmobiliario, pero gracias al impulso de organizaciones como Basta de Demoler y la intervención del GCBA, la destrucción fue detenida. El compromiso de reconstrucción permitió que el teatro fuera finalmente adquirido por Sebastián Blutrach en junio de 2011. Nuevamente, El Picadero (2012–presente) La reapertura definitiva ocurrió en mayo de 2012, con la obra Forever Young, en una sala semicircular de unas 295 butacas, y con una propuesta que combinaba teatro, gastronomía y encuentro cultural. La puesta en valor del edificio fue total, donde cada rubro fue cuidado y llevado a cabo por un equipo de profesionales de primer nivel, entre ellos: el arquitecto Gustavo Keller, el experto en escenotecnia Marcelo Cuervo y la ambientación en manos de Mariana Flombaum y bajo la idea e impronta de la dirección del Picadero y todo su equipo. Desde entonces, bajo la gestión de Sebastián Blutrach —actual presidente de AADET y figura clave del sector teatral— el Picadero se consolidó como un lugar de encuentro de artistas y de la comunidad teatral. Durante estos años, se ha cimentado como sede de las propuestas más novedosas de la escena porteña: estrenos de dramaturgia contemporánea, teatro de autor, experimentación escénica y formatos híbridos en su sala principal, espacio del bar y en su terraza. También suma a su propuesta ciclos de charlas, conversaciones, debates y lecturas especiales (como la colectiva Cometierra en noviembre de 2024, con más de 120 autores y 300 espectadores).

Teatro del Picadero

Marquesina en 1981
Ubicación
País Bandera de Argentina Argentina
Localidad Buenos Aires
Dirección Pasaje Santos Discépolo 1857
Coordenadas 34°36′13″S 58°23′36″O / -34.603725896579, -58.393309673673
Características
Estilo Eclecticismo
Aforo 292
Administrador Sebastián Blutrach
Historia
Arquitecto Benjamín Pedrotti (1926)
Gustavo Keller (2012)
Construcción 1926
Inauguración 21 de julio de 1980
Reapertura 2001, 2011 y 2012


El Teatro Picadero nació con una fuerza única, resurgió del fuego de la dictadura y se renovó bajo una gestión que entiende al teatro como territorio de encuentro. Hoy mantiene viva aquella energía creadora, impulsa nuevas propuestas y sigue siendo un motor para la escena teatral, con una programación diversa, de calidad, y un ambiente que recibe y abraza a artistas, hacedores y espectadores.


Arquitectura

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El edificio fue diseñado en 1926 por el arquitecto italiano Benjamín Pedrotti, para la fábrica alemana de bujías Bosch, que había pasado a manos norteamericanas luego de la Primera Guerra Mundial, tomando el nombre de American Bosch. El representante argentino de la firma era Don Armido Bonelli, quien encargó el diseño a Pedrotti. La obra estuvo a cargo del constructor A. Carte, y ostentó el logo de la American Bosch en las molduras de su fachada: la caricatura de un aviador de la Primera Guerra.[1][2]

La fachada original, lo único que se conservó del incendio de 1981, ostenta un estilo industrial muy ecléctico, que hace difícil su encuadre en una corriente particular. El uso del ladrillo a la vista es típico de la arquitectura industrial inglesa, pero también tiene raíces en la del Renacimiento italiano, más asociable con el origen del arquitecto Pedrotti. Las molduras, cornisas, balaustradas y el frontis sobre la entrada principal, son elementos de raíces italianas. Así, se da una fusión particular de elementos y ornamentos que vuelven muy particular a la arquitectur

Referencias

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  1. Fábrica de Bujías American Bosch / ex Teatro "El Picadero" HOMENAJE AL ARQUITECTO BENJAMIN PEDROTTI
  2. El edificio nació como fábrica de bujías, sobre un pasaje histórico clarin.com, 20/05/2012
  •   Datos: Q2888836