Taylor Josephine Stephanie Luciow más conocida como Taylor Mitchell (Toronto, Ontario, 27 de agosto de 1990[1] – Nueva Escocia, Canadá, 28 de octubre de 2009[2]) fue una cantante canadiense de folk. Falleció a los 19 años por las lesiones causadas tras el ataque de dos coyotes.[3]
Taylor Mitchell | ||
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Taylor Josephine Stephanie Luciow | |
Otros nombres | taymith | |
Nacimiento |
27 de agosto de 1990 Toronto (Canadá) | |
Fallecimiento |
28 de octubre de 2009 Halifax (Canadá) | (19 años)|
Causa de muerte | Ataque de coyote | |
Sepultura | Greenwood Cemetery Owen Sound, Ontario | |
Nacionalidad | Canadiense | |
Educación | ||
Educada en | Etobicoke School of the Arts | |
Información profesional | ||
Ocupación | Cantautora, actriz y guitarrista | |
Años activa | 2006–2009 | |
Seudónimo | taymith | |
Género | Folk | |
Instrumentos | Voz, Guitarra | |
Sitio web | ||
Mitchell nació y se crio en Toronto, Ontario, Canadá.[4] Se graduó en la Escuela de las Artes Etobicoke (Etobicoke School of the Arts) con especialización en teatro.[5] Poco antes de su muerte había obtenido su permiso de conducción y su primer vehículo.[1]
Mitchell realizó un álbum independiente titulado For Your Consideration (Para tu consideración) en marzo de 2009.[4][6] En junio de ese año fue invitada para actuar en el Festival de Música Folk de Winnipeg (Winnipeg Folk Festival) el siguiente mes.[7] Días antes de su muerte, había sido nominada para el Premio Canadiense de Música Folk (Canadian Folk Music Award) al mejor músico joven del año.[1]
Había iniciado la gira Maritimes el 23 de octubre de 2009, participando en Nuevo Brunswick, Nueva Escocia y en la Isla del Príncipe Eduardo. También se programó su actuación en Sydney (Nueva Escocia) para el 28 de octubre, la noche de su muerte.[4][8]
Tres tener algo de tiempo antes su proximo concierto, Mitchel, una ambientalista quien disfrutaba dar paseos por la naturaleza, fue al Parque Nacional de las Tierras Altas del Cabo Bretón en la soleada tarde del 27 de octubre de 2009. A las 14:45, una pareja estadounidense de mediana edad que iba en dirección contraria la adelantó cerca del comienzo del sendero Skyline Trail, en Petit Étang. Por razones desconocidas, tras recorrer un pequeño tramo del sendero, dio media vuelta y regresó por la carretera de acceso con la intención de volver a su coche. Es posible que un coyote la estuviera acechando en ese momento.
A las 15:02, una pareja estadounidense llamada Mike y Gayle caminaba por la carretera de acceso en dirección al aparcamiento. Sin embargo ellos se apartaron cuando dos coyotes se acercaban a ellos por la carretera, pero en dirección contraria. Uno de los excursionistas fotografió a los coyotes con su cámara antes de dirigirse directamente al aparcamiento. Brent Patterson, profesor del programa de posgrado en Ciencias Ambientales y de la Vida de la Universidad de Trent e investigador científico del Ministerio de Recursos Naturales de Ontario, comentó más tarde que los dos coyotes de la foto del excursionista mostraban una extraordinaria falta de miedo, y que uno de ellos exhibía una actitud casi dominante hacia los humanos. Se cree que estos coyotes persiguieron a Mitchell por la carretera de acceso seis minutos más tarde, cuando Mike y Gayle oyeron lo que pensaron que podían ser animales aullando o una joven gritando en la distancia. La pareja estadounidense de mediana edad informó de estos disturbios en una cabina telefónica del aparcamiento.
Un grupo de otros cuatro excursionistas llegó al aparcamiento, donde la pareja estadounidense les habló de los posibles gritos que se oían en la distancia. Tras varios minutos caminando por la carretera de acceso, comenzaron a encontrar objetos personales de Mitchell, entre ellos unas llaves y un pequeño cuchillo (que se cree que ella utilizó para defenderse cuando la obligaron a retroceder por la carretera de acceso y entrar en el sendero Skyline Trail). Cuando los excursionistas llegaron al claro al final del sendero, vieron trozos de ropa ensangrentada y una gran cantidad de sangre en el suelo. El baño del claro también tenía sangre en la puerta.
A las 15:25 encontraron a Mitchell tendida cerca, entre los árboles, con un coyote acechándola encima de ella. Tras varias embestidas de los tres jóvenes, el coyote se alejó de ella. Mitchell estaba consciente y podía hablar con los rescatadores. El coyote permaneció cerca, gruñendo y sin miedo, hasta que un agente de la Real Policía Montada de Canadá le disparó con una escopeta.[9] Mitchell tenía mordeduras en casi todo el cuerpo, con heridas especialmente graves en la pierna y la cabeza. Los paramédicos la llevaron al Centro de Salud Comunitario Sacred Heart en Chéticamp, desde donde fue trasladada en helicóptero al Centro de Ciencias de la Salud Queen Elizabeth II en estado crítico. En el hospital, murió por pérdida de sangre. Fue enterrada en el cementerio Greenwood de Owen Sound, Ontario.
Su caso es el único registrado de ataque fatal de un coyote contra un ser humano adulto, y llevó al gobierno canadiense a incluir al coyote en su lista oficial de animales peligrosos.
Hubo especulación por parte de expertos en vida silvestre de que Mitchell podría haber iniciado el contacto al intentar alimentar a los coyotes o al perturbar una madriguera con crías. Otras explicaciones propuestas sobre por qué ocurrió el inusual ataque incluyeron que los coyotes podrían haber sido más grandes y audaces de lo normal porque eran cruces con lobos o perros domésticos, estaban rabiosos, hambrientos o protegían una carroña.[10]Ninguna de estas sugerencias se confirmó posteriormente, lo que provocó una reevaluación del riesgo potencial para los humanos por ataques de coyotes. También se pensó, por parte de expertos, que Mitchell pudo haber provocado inadvertidamente un comportamiento depredador al huir, aunque un coyote podría haber estado detrás de ella cuando fue confrontada por los que venían de frente.[11][12]
Como es práctica habitual cuando un animal permanece suelto tras matar a un ser humano, los guardabosques buscaron al animal atacante en los alrededores, donde se creía que vivían cinco o seis coyotes. La madre de Mitchell emitió un comunicado diciendo que su hija no habría querido que su muerte resultara en la exterminación de los coyotes: “Asumimos un riesgo calculado al pasar tiempo en el entorno de la naturaleza: es el terreno de la vida silvestre”, escribió. “Cuando se tomó la decisión de matar a la manada de coyotes, escuché claramente la voz de Taylor decir: ‘Por favor, no lo hagan, este es su espacio.’ Ella no habría querido su desaparición, especialmente como resultado de su propia muerte”.[13]
No obstante, horas después del incidente, mientras el sendero permanecía cerrado al público, un guardabosques mató a una coyote hembra que actuaba de forma agresiva en la zona del lavadero. Otros tres coyotes que se encontraban dentro de un radio de 1 kilómetro del sendero Skyline fueron capturados con trampas de sujeción en las patas y eliminados antes de que un macho grande, de 42 libras (19 kg), fuera abatido de manera similar a 5 kilómetros de distancia el 14 de noviembre. La investigación científica de los cadáveres determinó que tres de ellos, incluyendo el primero y el último, estaban vinculados al ataque a Mitchell por la presencia de su sangre en sus pelajes y otras pruebas forenses. Se descubrió que el coyote macho grande era tanto el líder dominante fotografiado en el camino de acceso como el que fue hallado de pie sobre Mitchell; las marcas en su pelaje coincidían con las de las fotografías, y su cadáver contenía perdigones del arma del agente de la Real Policía Montada del Canadá que disparó en la escena. Los coyotes muertos que no estaban relacionados directamente con el ataque podrían haber sido miembros de la misma manada. El macho grande y la hembra podrían haber sido una pareja reproductora; ambos estaban emparentados con el otro coyote implicado en el ataque.[11][12][14][15]
A mediados de noviembre de 2009, un coyote se acercó por detrás a una pareja que caminaba en el parque, acercándose tanto que el hombre lo golpeó en la cabeza con un bastón.[15]Los responsables de conservación del parque y los científicos se opusieron a una matanza generalizada, argumentando que los coyotes tienen la capacidad de reproducirse rápidamente, por lo que una matanza probablemente no tendría ningún efecto o incluso el efecto contrario al deseado. Este razonamiento parte del supuesto de que los animales eliminados del acervo genético local mediante una matanza tendrían la misma propensión a temer a los humanos que aquellos coyotes que evitaron ser atrapados y eliminados.[15][16][17]En abril de 2010, Nueva Escocia declaró una recompensa de 20 dólares por coyote, aunque esta no se aplicaba dentro del parque.[18]Se pidió a los visitantes que informaran sobre encuentros con coyotes. Diez meses después de la muerte de Mitchell, una adolescente de dieciséis años que acampaba con sus padres en Broad Cove, en Ingonish, fue mordida dos veces en la cabeza por un coyote.[19]Un estudio científico descubrió que, aunque usualmente no se les ve, los coyotes a menudo están cerca de los humanos. Los coyotes individuales que no son condicionados mediante medidas de aversión no letales y no evitan a los humanos son eliminados.[20][21][22]
Bad Coyote, un documental centrado en parte en la muerte de Mitchell y en el problema más amplio de la expansión del hábitat del coyote en el este de Canadá, fue estrenado en 2013.[23]
En 2022 se publicó un estudio realizado por Stan Gehrt, ecólogo de vida silvestre de la Universidad Estatal de Ohio, que reveló que los coyotes habían estado alimentándose de alces en lugar de su dieta habitual de animales más pequeños. Se concluyó que la falta de presas pequeñas llevó a los coyotes a acostumbrarse a atacar objetivos grandes, lo que los llevó a ver a la joven como una posible fuente de alimento.[24]