Un tarjo es un canto mágico que se lleva a cabo en las ceremonias de la mesa norteña en la costa y sierra norte de Perú, un sistema de creencias y prácticas de la medicina tradicional de corte chamánico que utiliza el cactus de San Pedro (Echinopsis pachanoi) y que combina elementos originarios de Sudamérica y cristianos.[1] Por lo general, los tarjos son acompañados por silbidos y el ritmo de una «chungana» (maraca o sonaja ritual).[2]
Existen otras tradiciones que utilizan cantos mágicos como los anent de las naciones jíbaras, los meye de los piaroas, los eshuva de los huachipaeri, los mariri de los cocama o los ikaros del shipibo-konibo-xetebo.[3][4][5]
Los tarjos son «cuentas» o fórmulas cantadas por el maestro o maestra curandera en diferentes momentos de las ceremonias de la mesa norteña. Estas fórmulas pueden interpretarse como invocaciones y rezos dirigidos a los espíritus del cactus sagrado (Echinopsis pachanoi), del lugar y presentes. Los tarjos pueden combinar silbidos y estar acompañados por el sonido claro y rítmico de una «chungana» (cascabel, maraca o sonaja ritual).[6]
El antropólogo Douglas Sharon, quien realizó un estudio etnográfico detallado del maestro curandero Eduardo Calderón Palomino, describe el llamado a los espíritus del territorio durante un ritual a través de un tarjo:
Llamada a las montañas y lagunas sagradas, a los antiguos santuarios y a los curanderos, vivos y muertos, para que asistan a la sesión en espíritu. La llamada es hecha por medio de un tarjo. Un tarjo se inicia con el curandero agitando rítmicamente la chungana o sonaja. Una vez que se ha establecido un ritmo, el curandero silba de acuerdo con él. Luego salmodia o entona una canción, mientras sigue sacudiendo la chungana. Hacia el final del tarjo vuelve a silbar, y termina agitando de nuevo la chungana.
Los tarjos en la mesa norteña cumplen la función de 'activar' las artes además de poder dirigirse a un paciente y a su enfermedad en particular.[8][9] La antropóloga Laura Larco describe la función de los tarjos en la mesa norteña:
Las palabras que conforman las invocaciones y los tarjos, o cantos, son ordinarias. Sin embargo, su estructura y sintaxis no siguen el orden discursivo de los mitos, que son lineales. Los tarjos describen personas, lugares y cosas, entrando a su núcleo y esencia. A través de las palabras, todo es examinado en detalle y desmontado. Los tarjos que se realizan al final del ritual reordenan todo. A través de los textos, el maestro vuelve a colocar todo en su lugar, equilibrando el mundo una vez más.Laura Larco (1997): 53.
Encuentros con las Huacas: Diálogo ritual, música y curación en el norte del Perú[10]