Las tapas de pila bautismal son cubiertas o tapas que cubren típicamente las pilas bautismales de las iglesias.
Son frecuentes a partir del siglo XIII, en que su uso fue reglamentado por muchas legislaciones eclesiásticas, lo que indica una preocupación por la profanación, seguramente unida a creencias en la eficacia mágica de la pila y su agua. Ante ello la iglesia abogó por el uso exclusivo de las pilas para el bautismo, y propuso cubiertas cerradas con llave y con tras protecciones, como tapas ajustadas forradas de tela, y sobre ellas cubiertas exteriores.[1] Estas cubiertas, a veces en forma de templete o cúpula, han conocido a su vez un gran desarrollo artístico.[2]
Se regulan estas tapas, por ejemplo, en las constituciones del obispo Poore de Sarum (Salisbury, c. 1217) y de San Edmundo Rich (1236) en Inglaterra, al igual que en los Concilios de Tours (1236), Treveris (1238), Fritzlar (1243) y Breslau (1248).[1]
Son también conocidas tapas con partes móviles, como la restaurada para la iglesia de San Juan Bautista de Jaén,[3] o la muy elaborada de la Catedral de Coria.[4]